En los pasos de la bendición

INTRODUCCIÓN

Es muy común al inicio de una actividad o época, que nos tracemos propósitos:

– si tenemos un nuevo trabajo nos proponemos: ahorrar, mejorar el estatus, mayor desempeño, entre otros. – Si ingresamos al colegio o la universidad, nos proponemos prepararnos mejor, para ser los mejores. – Si tenemos un carro nuevo nos proponemos cuidarlo y darle un buen mantenimiento para conservarlo en perfecta condición. – …y así sucesivamente.

El mejor ejemplo de estos propósitos, lo constituye el inicio de un nuevo año, nos proponemos infinidades de metas. Una casa nueva, un carro nuevo, tener mayor comunión con Dios, estudiar La Biblia todos los días, y pare usted de contar.

Noten ustedes que todos estos propósitos se formulan con la finalidad de esperar una recompensa, que en este caso llamaremos, bendición, cabe entonces, preguntarse:

¿Qué es una Bendición? ¿Qué debo hacer cuando espero una bendición? ¿Cómo puedo obtener una Bendición?

Las respuestas a estas interrogantes, la encontramos en la lectura Bíblica de Lucas 10:30-37. Sin embargo, revisemos, previamente un concepto importante para la mejor comprensión de lo que trataremos:

El diccionario Bíblico reina Valera, 1.995, define la bendición como: ”La acción por la que Dios concede por su bien, la de su gracia, a la naturaleza, a la humanidad, a las naciones y a las personas”

Si ilustramos este concepto, pudiéramos expresar que por ejemplo, una nevada en el pico del águila de Mérida, Venezuela, es una bendición para la naturaleza y para quien la vive, como lo es el invento de la penicilina para la humanidad , una zona de libre comercio entre varios países representa una bendición, la restauración de su salud o su hogar, también lo es. Bajo esta perspectiva, vale la pena preguntar ¿Cuántos están esperando y luchando por una bendición este año?

Pues bien revisemos a la luz de esta palabra, tres principios básicos que me preparan para recibir una bendición, que me guiaran en la manera de actuar cuando espero una bendición

1. Debes adelantarte a las intenciones del adversario (V30)

Cuando una persona centra su esperanza en una bendición de parte de Dios, está tomando para sí el único camino que permitirá cristalizar el sueño que, quizás, durante mucho tiempo ha representado, el motor que mantiene su accionar. No piense usted que el adversario, el enemigo o más específicamente, Satanás, se quedará tranquilo, viendo como se apodera de la alegría, la paz y el regocijo, que significa obtener esa bendición. En sus esfuerzos desesperados, pero vencibles, el enemigo hará todo lo posible por robarle esa bendición, la palabra de Dios, expresa, en Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir…”y es que la naturaleza malévola del adversario, usando tanto, los medios disponibles, como lo son: personas, hechos o circunstancias, le hace que concentre toda su energía destructora, en el objetivo, para robarle la bendición.

Los hechos de esta palabra, hacen ver que quienes transitaban por estos caminos de unos, 25 kilómetros, aproximadamente, que separaban a Jericó de Jerusalén, eran precisamente, los judíos, es decir los hijos del pueblo de Dios. En este caso, este hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó, seguramente conocedor de Jesús, salio un día de su casa tras una promesa, a lo mejor a resolver asuntos, a hacer negocios, quizás tras un sueño o una bendición, sin embargo, debía transitar por un paraje que para la época, estaba lleno de maleantes, ladrones, asesinos salteadores del camino que sin compasión y ante la ingenuidad y la falta de precaución de aquel hombre, lo atacaron, lo golpearon, lo robaron y lo dejaron medio muerto. Fíjese usted que estamos hablando de aproximadamente, poco mas de 2.000 años atrás, cualquier semejanza con la actualidad actual no es mera coincidencia, no es producto del azar, de la suerte, o de que aquel judío se levanto ese día por el lado izquierdo de su cama, no amigo, se trata de que ayer hoy y hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, el diablo, Satanás ha ejercido un control directo sobre este mundo, para tratar de robar la bendición que por herencia divina de Abraham, Isaac, y Jacob, le corresponde a usted y a mi y a la humanidad entera. ¿Sabe porque?

En retaliación, en venganza, porque Dios le privó de todas las bendiciones que como creación divina, gozaba antes de la rebelión contra su autoridad, dice la palabra de Dios en Apocalipsis 12:9 “ y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él”.¡Pero en este momento nos ponemos todos de acuerdo y te decimos Satanás, que hemos empuñado la espada del Espíritu Santo, la palabra de Dios, que hemos tomado las armas de nuestras milicias que no son carnales sino poderosas en Dios y hoy destruimos tus fortalezas, tus patrañas, tus mentiras, en el nombre de Jesús, hoy te echamos fuera de nuestra vida y no permitiremos que interfieras en los planes que Dios ha colocado en nuestro corazón para bendecirnos! ¡Aleluya! Seguramente amigos se presentaran obstáculos, problemas, dificultades, pero no te rindas, porque Dios te está preparando, te quiere apto, para que en el momento en que recibas esta bendición, la aproveches al máximo. ¡Aleluya!

Jericó, a la luz de esta palabra representa la bendición, el sueño que usted y yo estamos próximos a hacer realidad, Jericó formaba parte de la tierra prometida por Dios al pueblo de Israel, primero a Abraham, Isaac, Jacob y luego mostrada a Moisés (Dt 34:3),y conquistada por los israelitas de la mano de Josué (Josué 6). Pero note usted, si revisa el capitulo 6 del libro de Josué que hubo, ciertas condiciones que hicieron posible la toma de Jericó por parte de Josué y que son válidas en el proceso que significa conquistar la bendición:

– Escuchar y obedecer la voz de Dios

La obediencia trae de la mano a la bendición, para Josué, la obediencia, representó, oír la estrategia que Dios puso en su corazón y aplicarla al pie de la letra, orando y meditando en su palabra, no solo basta con escuchar la voz de Dios, debemos obedecerla.

– Esfuerzo y trabajo constante,

Durante siete días, de acuerdo a Josué 6, se aplicó un esfuerzo y un trabajo permanente para su conquista, respaldado por la preparación del líder, Josué, durante cuarenta años, antes que Moisés delegara en él, esa responsabilidad en obediencia al mandato de Dios, sin dudar en algún momento, de la promesa que El Señor nuestro Dios le había dado.

Yo no se amiga, amigo, hermano en Cristo, cuál es su sueño, cuál es la bendición qué espera usted, cuál es su Jericó, pero si se que antes que el enemigo ataque para robarle esa bendición, usted puede y debe plantear la estrategia que le permitirá oír obedientemente la voz de Dios, esforzarse y trabajar cada día mas para lograr esa bendición. Esa estrategia se llama Jesucristo, déjelo entrar en su corazón, déjelo entrar en su vida, y dígale a sus adversarios, no me importa lo que hagas,¿sabes por qué? Porque más fuerte es el que está conmigo que el que está en ti, en el mundo. Jesucristo me da el poder y la autoridad para reclamar y obtener la bendición que durante todos estos años has intentado robarme. ¡Aleluya!

2. Solo el medio escogido por Dios te colocará en el camino de la Bendición (V31-V34)

En muchas ocasiones las personas, aún cuando se equivocan una y otra vez, se empeñan en seguir por el mismo camino, utilizando los mismos medios y generalmente, ya saben de antemano, los resultados, el fracaso! Cuántas personas por ejemplo, para colocar un caso doméstico, han iniciado una dieta que al principio funciona, pero luego resulta en unos kilos de más o en el deterioro de la salud, y luego, continúan con la misma dieta, sin obtener el producto esperado. Cuántas personas saben que su mal carácter, afecta la relación en su hogar, con sus semejantes y siguen empeñadas en centrarse como las personas fuertes, hurañas, mal encaradas. Cuántas personas han destruido sus vidas, sus hogares o sus familias por el consumo de drogas, de alcohol y aun lo hacen.

Déjenme decirles algol no se pueden resolver los problemas espirituales con soluciones naturales, usted debe afinar y desarrollar sus sentidos espirituales para discernir, descubrir, cual es el camino, el medio, el instrumento, el momento o la circunstancia que Dios le coloca para obtener sus bendición.

En este texto Bíblico (V31-V34), pudiéramos pensar como los hijos de Dios, el sacerdote y el levita, hombres consagrados al altar y al templo de Dios, ofrecerían ayuda a aquel otro que se hallaba en agonía de muerte, pero no fue así, era más importante la religiosidad, el cumplimiento de la ley, que la vida de una persona.

Fue un extranjero, una persona considerada por los judíos de aquella época prácticamente, un pagano, quien cumplió con el mandamiento de la ley Judía, “Amaras al prójimo como a ti mismo”, este samaritano, ni siquiera se pregunto quien era esa persona, a que religión pertenecía, cual era su Dios, simplemente lo vio como su prójimo y se movió a misericordia.

Quiero decirte algo en este día si tus familiares, tus vecinos, tus amigos, si en la iglesia, no te brindan, la seguridad, la protección, el apoyo que te permita obtener la bendición para restaurar tu vida, tu hogar, tu salud, tu empleo, tu prosperidad, toma el camino que Jesús hoy te señala y veras que mas temprano que tarde, esa bendición llegara a tu vida!¡Aleluya!

La palabra de Dios dice en Isaías 59:10: “palpamos la pared como los ciegos, andamos a tientas como los que no tienen ojos. Tropezamos a medio día como si fuera de noche, estamos en lugares oscuros como están los muertos” , Y es que es la mejor manera de describir a las personas que no se dejan guiar por el camino que Jesucristo, escogió para ellos.

Les cuento rápidamente un testimonio: Hubo un hombre que por no identificar el camino que Dios escogió para su vida, se equivoco tanto, que llego al fracaso total: un hogar destruido, un cuerpo lleno de enfermedades, un corazón lleno de dolor , tristeza, odio, desesperanza. Pero aquel hombre seguía empeñado en obtener ayuda de medios de personas no escogidas por Dios. Domingo a domingo asistía a su iglesia a cumplir los rituales que durante años, practicaba, asistía también a sesiones con parapsicólogos, astrólogos, brujos y hechiceros para encontrar soluciones a sus males. De nada sirvió, porque de igual manera, este hombre, estaba en agonía de muerte a la orilla del camino, pero un día, un samaritano a las costumbres de este hombre, se movió a misericordia y vendo sus heridas, lo ungió con aceite, lo coloco en el caballo de la victoria y desde ese momento cuida de el. El nombre de ese samaritano es Jesucristo, Rey de Reyes y Señor de Señores, para grandeza y gloria de Dios Padre. El nombre de este otro hombre, puede ser usted, pero lo más importante es que ha restaurado su hogar, con una salud de búfalo y con el honor y privilegio que Dios le concedió para servirle. Hoy te confieso delante de la congregación, delante de esta misma iglesia, delante de ustedes mis hermanos en Cristo Jesús y te digo:

GRACIAS MI SEÑOR; GRACIAS MI REY; GRACIAS PRECIOSO JESÚS POR MOSTRARME EL CAMINO DE LA SALVACIÓN! Aleluya!

Al igual que usted, un día entré por una puerta muy angosta, buscando el camino de la paz, de la verdad y de la vida, y al traspasar su umbral, encontré el amor y la misericordia de una nueva familia, el de la mayoría de los que están reunidos hoy en este lugar Santo y a partir de ese momento, somos samaritanos a los ojos del mundo pues llevamos un estilo de vida de santidad, guardados y consagrados para nuestro señor Jesucristo, un estilo de vida que nos hace diferentes el camino de la población:

* Amamos al Señor, nuestro Dios con todas nuestras fuerzas. * No somos dados a los vicios * No somos idolatras * Siempre vivimos alegres, gozosos * Estamos guardados en santidad * Respetamos y amamos al prójimo * Meditamos y obramos la palabra de Dios

En resumen somos testimonios puros, pulcros e irreprensibles ante los ojos de Dios y de las personas y este testimonio, nos permite identificar y escoger el camino de la verdad y de la vida eterna, el camino de la bendición y hace que otros quieran imitar este ejemplo ¡Aleluya!

3. Solo la entrega en amor a Jesucristo, te permitirá alcanzar la bendición (V35-V37)

Recuerda aquel niño que bajo de su trono hasta un pesebre, del pesebre inicio un calvario que culminó con un intercambio en la cruz, un pago que hizo, como lo hizo el samaritano:

Cambio dolor por bienestar Cambio pobreza por prosperidad Cambio inseguridad por protección Cambio pecado por pureza Cambio la muerte por la vida eterna

Eso es lo que te pide ese hombre hoy, ese hombre es, Jesucristo que quiere darte la bendición de su amor, ese amor que te permite que cuando veas a tu prójimo, herido, despreciado, humillado y en agonía de muerte, te muevas a misericordia y lo ames, como Jesús te ama como lo dice su palabra “El que ama a Dios, ame también a su hermano (1 Jn 4:21)

El amor que Jesucristo quiere sembrar en tu corazón, de por si solo, representa una bendición, la de cambiar tu vida, te voy a contar una historia que escuche de labios de un pastor:

Este pastor notó durante algunos días la ausencia de una de sus discípulas, se decidió un día en ir a visitarla, la encontró enferma en lecho de muerte, una mujer que toda su vida la dedicó al Señor. Tenía aquella mujer, 9 hijos, todos menos uno, el menor, eran cristianos. Aquella mujer, encomendó a su hijo mayor, que reuniera a toda su familia, pues, quería bendecirla, al cabo de algunos días, toda su familia estaba reunida, incluyendo sus hijos, luego de bendecir uno a uno a bisnietos, nietos, nueras y nueros, les pidió que le dejaran a solas con sus hijos. En la intimidad con sus hijos, a cada uno le bendijo de esta manera: Hijo te bendigo en el nombre de Jesús y nos vemos al tiempo de Dios, pero al menor, al que no era cristiano, le dijo: Hijo, te bendigo en el nombre de Jesús, este preocupado por que su bendición fue diferente a la de sus hermanos, espetó a su mamá, buscando una respuesta a esta situación, la respuesta de esta madre fue: Hijo amado, cuando el Señor llame al resto de tus hermanos ellos y yo sabemos donde nos reuniremos, nos encontraremos delante de su presencia, pero tu, al no hacer a Jesús Dueño, Señor y Salvador de tu alma, no se a donde vas luego de tu partida de este mundo. Aquel hombre, con un corazón resquebrajado, casi sin poder articular palabra y con sus ojos inundados de lágrimas, respondió a su mamá: Mamá, te amo mucho, y al igual que tu y que mis hermanos, quiero reunirme con ustedes y con el Señor en el momento decisivo. Aquella mujer con el último halito de vida, hizo que su hijo recibiera al Señor Jesús, como Dueño, Señor y Salvador de su vida y sonriendo, con una expresión de paz y gozo, entregó su alma al Creador, en los brazos de su Hijo.

En este momento quiero que entiendas algo, el Señor nos regalo su amor a través de la entrega de Jesús en la Cruz del Calvario, por favor no lo desprecies, si durante algún tiempo te separaste de su amor o nunca has tenido la oportunidad de internalizarlo, puedes hacer como el hijo menor de la anterior historia, abre tu corazón y dile al Señor que en el momento decisivo, tu también quieres compartir de su presencia, que ahora estás dispuesto a inundar tu corazón de su amor, por que has comprendido el intercambio que se produjo en La Cruz del Calvario a tu favor.

CONCLUSIÓN

A partir de ahora debes prepararte para recibir las bendiciones que Dios ha dispuesto para ti, pero entiende algo, el enemigo no se quedará de brazos cruzados, esperando que tu seas, salvo, sano, prospero y multiplicador de la obra de Jesucristo. Él hará todo lo posible por que esto no suceda, sin embargo en tu previsión, tienes que esforzarte y trabajar constantemente, escuchar y obedecer atentamente, el mandato de Dios y actuar en todo momento, movido por la misericordia que Jesucristo demostró por los necesitados de su presencia, muchas veces serás tratado como un samaritano, pero ¡Aleluya!, si lo eres como el del pasaje Bíblico señalado, por que te tengo una maravillosa noticia, estás sembrando en la mejor tierra, la semilla que te permitirá cosechar las bendiciones que Dios dispuso para ti. ¡Aleluya!.

Fuente: www.centraldesermones.com