Por: pastor Daniel Brito
Texto: Romanos 1:1-7
TITULO: Esclavo de JESUCRISTO
INTRODUCCIÓN: En esta noche estaré comenzando un estudio sobre la epístola a los Romanos. La verdad es que si no se hubiera escrito esta epístola, tuviéramos un gran vacío en el conocimiento del Evangelio y la Gracia de JESUCRISTO. Esta hermosa epístola se puede considerar como un quinto Evangelio por la importancia que tienen para poder comprender todo el Evangelio de JESUCRISTO. Romanos es la epístola de la Gracia, es la epístola que le abrió los ojos a la Reforma Luterana. Romanos es la epístola que todo creyente debe leer por ser tan importante para conocer bien el Evangelio de JESUCRISTO. Es así como comenzamos esta enseñanza.
1. Una Introducción. — El apóstol Pablo no había ido todavía a Roma, él no fue el que fundó esa iglesia como algunos han creído, ni tampoco el apóstol Pedro. Hubiera sido falta de cortesía por parte de Pablo, si Pedro hubiera estado en Roma, y él no le hubiera enviado saludo. Pero el apóstol Pablo sabía que Dios le estaba indicando que un día estaría en Roma.
2. Esclavo de JESUCRISTO. — Pablo comienza esta epístola después de poner su nombre, llamándose a sí mismo, esclavo de JESUCRISTO. Tal vez nosotros no podemos entender del todo lo que un esclavo era, pero la esclavitud era muy común y normal en los días del apóstol Pablo. Pero aparte de la esclavitud común, Pablo tenía en mente lo que la Ley de Moisés dice sobre la persona que por razones de caer en deudas y no poder pagarlas, se vendía com esclavo y, servía por un tiempo de seis años. La Ley decía que después de seis años, el esclavo era dejado en libertad, pero si quería quedarse con su amo, tal vez porque no quería dejar a su esposa e hijos, o por cualquier otra razón, el esclavo era llevado al Tabernáculo, al sumo sacerdote quien le abría un agujero en el oído para ponerle una marca de esclavo. Desde ese momento, el hombre perdía su libertad, y llegaba a ser un esclavo de por vida. Es así como Pablo usa la comparación de como él mismo voluntariamente se había hecho esclavo de JESUCRISTO.
a. El uso de esclavo por parte de Pablo, nos debe recordar que JESUCRISTO exige una entrega total de cada persona. Mateo 10:37-39 dice:
i. «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí;38 y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.39 El que encuentre su *vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará.»
ii. El amar a algún familiar más que a JESÚS, descalifica a la persona para el discipulado. Eso no quiere decir que Dios quiere que uno abandone a sus familiares, sino que cuando uno pone los intereses de los familiares delante de DIOS, esa persona a quedado descalificada para el discipulado.
(1) De ahí que la persona tenga que tomar su cruz, esto es negarse a sí mismo para ser digno del discipulado. El negarse a sí mismo es como morir al YO de uno mismo, y entregarse a la Voluntad total de JESUCRISTO.
iii. El verso 39 que hemos leído de Mateo sobre el que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará, es claro que se está refiriendo al morir por JESUCRISTO si hay que hacerlo, pero debemos notar otro significado que es el de poner los propios intereses de uno en vez de los intereses de JESUCRISTO.
(1) De ahí que se nos exhorte tanto a buscar las cosas de Dios, osea las de arriba, por la sencilla razón que es así como ponemos verdaderamente nuestra mirada en JESUCRISTO y llegamos a ser verdaderos discípulos.
(2) El poner nuestros intereses por delante de JESUCRISTO, nos descalifica porque ponemos nuestra mirada en las cosas pasajeras, que cargarán nuestra alma de lo que no edifica, distrayendo nuestra mirada espiritual.
3. El Evangelio de JESUCRISTO. — La palabra Evangelio, quiere decir “buenas nuevas”. El Evangelio no es imaginación de nadie, ni es una emoción, el Evangelio es las buenas nuevas de la realidad histórica de nuestro Salvador JESUCRISTO.
a. Prometido por los profetas en las Sagradas Escrituras que entonces, prueban Su origen Divino. Al cumplirse lo escrito en las Escrituras, prueba que es Palabra de Dios y no de hombre.
b. Las cuatro pruebas de la realidad histórica del Evangelio (1 Corintios 15).
i. Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras.
ii. Cristo fue sepultado.
iii. Cristo Resucitó de entre los muertos.
iv. Cristo fue visto por muchos testigos.
c. Analicemos un poco esto:
i. JESÚS descendía de David por medio de la mujer, o sea, en la carne, y era heredero a ser el CRISTO o el MESÍAS.
ii. Pero JESÚS seguía siendo el Divino Hijo de Dios, como dice el Texto: “pero que según el Espíritu de santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección.”
(1) Designado o declarado Hijo de Dios. Eso no quiere decir que no lo era antes, sino que por la Resurrección de entre los muertos, es anunciado o declarado como el Hijo de Dios que murió en la cruz, dio Su Vida por la humanidad, y Resucita con poder al tercer día.
(a) Si Cristo no hubiera Resucitado, en vano sería nuestra fe, y es por eso que es anunciado o declarado, por la Resurrección de entre los muertos.
(2) El Espíritu de Santidad es el Espíritu Santo, no el Espíritu Humano de JESÚS como algunos creen.
4. El verdadero apostolado. — Como dice un comentarista: “Cristo designó ciertos hombres como apóstoles. En un sentido especifico, sólo aquellos que fueron designados personalmente por Cristo son verdaderos apóstoles. Después de la muerte de Juan no hubo más apóstoles, puesto que no existe cosa tal como la sucesión apostólica.”¹
a. Un vistazo a la historia de la Iglesia, nos muestra que después de la muerte del apóstol Juan, no hubo un apostolado que los sucediera. Es cierto que surgieron algunos que se designaban apóstoles, y casi siempre terminaban en el error.
b. El mejor ejemplo del ministerio organizado que seguiría al de apóstol, lo encontramos en las epístolas del apóstol Pablo a Timoteo y Tito, donde el deja instrucciones sobre los ancianos de la Iglesia, presbíteros u obispos. Ese es el orden que encontramos después de la muerte del apóstol Juan, el último de los apóstoles en morir.
5. El llamado de Dios, y el llamado a la Santidad. — Hay dos cosas muy importantes que debemos observar sobre el llamado de Dios hacia nosotros.
a. Dios es el que llama al pecador, y eso no nos debe de asombrar, en vista de la incapacidad del pecador de buscar a Dios. Juan 6:37-38 dice:
i. «Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.38 Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la del que me envió.39 Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el día final.40 Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.»
ii. Y también Juan 6:65 dice:
(1) «Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre.»
iii. Es muy claro que el llamado lo hace Dios, pero el pecador responde con su decisión.
b. En segundo lugar, Dios nos llama a ser SANTOS, esto es a ser “SEPARADOS” “CONSAGRADOS”. (Colosenses 3;1 Pedro 1:13-18)
i. Eso quiere decir que Dios quiere separarnos del mundo y del pecado para que seamos siervos de Dios. Noten que es Dios quien nos separa para que le sirvamos. O sea que nosotros lo que hacemos es separarnos para JESUCRISTO.
(1) Hay mucha gente que dice que no pueden dejar esto, o aquello, o lo otro, y dicen que tratan por todos los modos y no pueden. Lo más probable es que ellos quieren dejar esas cosas por sus propias fuerzas, sin antes haberse ellos mismo separados para el SEÑOR.
(2) Usaré un ejemplo muy imperfecto, pero muy apropiado, y es que cuando uno se muda de una ciudad a otra, ya uno no tiene que pensar en dejar la ciudad, porque ya se ha trasladado a otra ciudad. Así también nosotros hemos sido trasladados del reino de las tinieblas, al Reino de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.
(3) El problema es en los que siempre se preocupan por lo que dejan, en vez de preocuparse en entregarse al Salvador del mundo.
ii. Debemos notar que la vida antigua era “absurda” como dice el Texto, y no hay nada bueno que uno deba querer recuperar de esa conducta antigua.
Conclusión: ¿Te has entregado a JESUCRISTO? ¿Te has separado para JESUCRISTO? Que en esta noche todos podamos decir que seguridad que somos esclavos de JESUCRISTO.
Notas:
1. Evis Carballosa, Romanos, p. 30, Portavoz Evangélico.
*Toda referencia Bíblica es tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional.
**Este sermón fue predicado el 20 de Julio, 2008.