DIOS QUIERE QUE LE ALABEMOS

Principalmente Dios nos ha creado para que le alabemos. Somos objeto de su alabanza, y pasado un tiempo Dios nos dirá que es lo que quiere de nosotros específicamente. Muchos según su conversión son inducidos a que sean pastores. Nadie nace discípulo y mucho menos pastor.
 
En el tiempo que estamos viviendo se amontonan aquellos que dicen tener todas las revelaciones y eso es falso. Los que aparentan sufrir es mentira y sin embargo, los que sufren en silencio tendrán nuevas fuerzas del cielo muy especiales. Discípulos sin raíces, sin fundamento quiere decir que cualquiera los moverá.
 
En los tiempos de Jeremías, había tal corrupción que no temían en castigar brutalmente al profeta. Los corazones tienen que estar descargados de toda maldad, porque su no serán arrancados de su lugar y puestos bajo los pies de satanás. La medida de mi cielo está en mi corazón. No tendremos una medida de perfección o de santidad como congregación, porque en si hemos sido tardos para oír. Hay muchas lágrimas falsas a la hora de afligirnos. El Señor todo lo ve, pero muchas veces hemos de preguntarnos ¿Soy un estorbo en mi casa, en la congregación? Eso pasa, porque no aceptamos la verdadera disciplina. En Hebreos 12 habla de que para participar de la verdadera disciplina Divina debemos ser corregidos. El toque de trompeta nos corrige y nos enseña.
 
Los hijos obedientes entienden solo con los gestos de su padre. Lo que nos haya pasado en nuestra vida anterior; desgracias, traumas, falta de dinero, crisis morales, etc. a Dios no le importa: esto significa que lo que Él nos concede ahora supera todo lo que nos asusta del pasado. La falta de disciplina o de oír la exhortación. No asistir a la reunión de los santos, es una indisciplina. Esto tendrá consecuencias graves.
 
Lot no falto a la disciplina de los ángeles. Hemos de agradar para no ser desechados. Llegamos tarde a oír, a obedecer, a correr a su Presencia y eso produce en nosotros una apatía o frialdad que nos deja sin aceite del Espíritu.
 
Hay que someterse para agradar, solo se consigue dejándolo todo para oír la palabra del Maestro.
 
“Por la Palabra hay que dejarlo todo, esta es la cita del Maestro”
 
La Palabra es el eje de la venida del Señor, y la verdad es: “Darlo todo por la venida del Señor”.
 
Muchos creen en una venida vistosa para cualquier ojo terrenal, pero no será así. Será de incógnito y solo lo verán los que tienen la fe de irse con Él. La fe terrenal o religiosa no verá al Hijo de Dios.
 
La Fe espiritual tiene la verdadera sensación de que Él viene y lo desea desde adentro.
 
Pocos hoy andan “en el aire” como lo hace el Pastor. En ese nivel solo están aquellos que viven en estado de felicidad, por causa de la disciplina que practican. El legalismo trae miedo y temor. La disciplina nos limpia y nos hace aceptos en el Amado. Lo que es pecado arraigado debe ser arrancado por una disciplina exigente y pura.
 
El verdadero Amor de Dios nos impulsa a seguirle a Él por el camino de la disciplina.
 
Los hermanos que no viven la disciplina, sin aplastados por sus propios pecados. Todo lo que es atractivo a los ojos del mundo es para nosotros algo sin sentido. No daremos nunca más honra a cosas buenas que a Dios mismo.
 
Muchas veces le damos paso a nuestra ira, enojos, maledicencias y después queremos que el Señor nos reciba, pero Él nos desecha de lleno. Lo del cielo nos vendrá cuando aborrezcamos y enterremos todo nuestro pasado. ¿Dónde tengo mi tesoro? Pues ahí estará mi galardón y recompensa.
 
Dios no hace hijos sin condiciones. Corrección, exhortación y reprensión debemos recibirlas para que Él nos acepte como hijos.
A Dios no le gusta pegar, no debemos tomarlo como si Él fuera una autoridad sin medida y con ira del infierno.
 
Los que viven en ese sentir de superioridad viven en una nube terrenal que no pertenece a lo Divino. Los sabios y entendidos, lo primero que hacen es arrepentirse. El Pastor conoce nuestros desaires, ataques de cólera, enojos ocultos, etc. y por ello sabe que no es de todos aceptar la disciplina. La corona del Pastor de la congregación, es lo que él ha ganado de las ovejas. Pablo decía: “Vosotros sois mi corona”.
 
Los creyentes corren la misma suerte de aquellos a quienes veneran. Si veneramos a miembros indisciplinados y que no siguen la luz (poseen su propia ley) entonces lo que a ellos les viene, a nosotros también. No debemos confiar en aquellos que son bastardos. Si van a venir juicios de Dios para Sud América, Estados Unidos, Europa y algunos más, no pensemos que los injustos saldrán ilesos de dicho Juicio. Debemos temer en toda nuestra manera de actuar, para saber si el arrepentimiento está en nuestro corazón. Todo lo que tengo; casa, trabajo, prosperidad, etc. Él nos va a enseñar de quien es antes de que venga el Juicio.
 
Todos lo que se van a la Gloria indiscutiblemente han participado de la disciplina. La disciplina me dice con maestría si yo soy un hijo de Dios. La disciplina me guía y me atrae al Señor. Primero escucho y luego aceptando la disciplina me eleva a otro nivel de Gloria.
 
La ira de Satanás se manifestará sin límites cuando el Rapto tenga lugar. No podemos imaginar que pecados están subiendo a su Presencia. La desobediencia es aborrecida por los que aman su venida.
 
Son muchos millones los que van a morir, en estos últimos años. Los juicios son el resultado de la maldad que ha subido ante Dios.