Cada uno debe esforzarse para escapar por nuestra propia vida. Es bueno tener ambición espiritual, para anhelar con celo todos los títulos disponibles para nosotros. Él dice: “Hagámonos tesoros en el cielo” quiere decir que no nos debemos justificar en nuestra debilidad. Yo mismo soy el tesoro a guardar en su cielo. Todo aquí abajo perece o se corrompe, pero lo que en el cielo acumulamos de Dios eso será nuestra gloria.
Por dos veces el Pastor de Samaria ha soñado con un reloj que marcaba las doce menos cinco, esto significa que allí en Gloria, el tiempo se estaba acabando. (Esto sucedió hace más de quince años) Ahora ya ni siquiera hay reloj en su Cielo. La hora ha llegado para que en cualquier momento acontezca el rapto.
En este tiempo es urgente que el Padre resuelva esta situación y la santidad se vea reflejada en sus hijos. Hoy por hoy no existe una Iglesia bien dispuesta. Él la va a preparar caiga quien caiga. No es suficiente cumplir los ritos de la “religión que nos hemos acomodado”.
La simpatía y la gracia de Espíritu Santo que hemos recibido, se verá cuando estemos a punto de partir. Si no nos humillamos, rompemos el círculo de la unidad y donde quiera que vayamos transmitiremos egoísmo y orgullo. La fe no viene a hacerme próspero, sino para hacerme avanzar allí en los reinos.
Dependiendo de las congregaciones unas están viendo ya la hora cumplida y otras creen que aún falta mucho. Si el Señor no regresa ya a por su novia, es porque Él ve que aún no hay “gracia” para recibir al esposo. La Iglesia que posea la plenitud de plenitudes, será la escogida para alumbrar al mundo y ser el testigo fiel. El poder de Dios es Ilimitado. Nuestra fe se corrige por medio de ser integro en el llamado de Dios.
La Iglesia de Cristo no espera al anticristo. Nuestra fe está puesta en el rapto de la Esposa. El que tienen oídos para oír, cambie en actitud y cada vez será más sabio en lo celestial.
Las Iglesias hoy están vacías de Dios. No puede ser más difícil la hora que nos ha tocado vivir. Debido al poco tiempo que queda, nadie puede saltar ahora del Barco y quedarse esperando que otro tiempo llegue y los salve. La salvación sólo proviene de Dios.
La Palabra derramada en nuestro corazón, es para no ser sorprendidos en esa hora tan difícil. La vida de un justo, debe reflejar la santidad, no podrán ser señalados por nadie. Tomar la vida de un justo no es cosa de adquirirla en cuatro días, es toda una vida de consagración.
Si llevamos muchos años y aún no se nos ha concedido el arrepentimiento de pecados ocultos, lo intentaremos suplantar con otras cosas, pero acabaremos trastornados y apartados de su Amor.
La única influencia que tenemos aquí para que se nos denuncie nuestro pecado, es el Pastor de la congregación.
Había para la gran tribulación, ya están aconteciendo hoy día. No hay temor de Dios en muchos de los que profesan servir al Altísimo. Ningún egipcio por mucho que corrió, alcanzó cruzar el mar rojo como lo hicieron los israelitas. Dios no tiene hijos plebeyos, son hijos del Rey y se merecen pasar una disciplina excepcional.
Hasta ahora muchos han llevado vidas cómodas, pero Él nos va a poner en estrecho y lo primero que Él ve es que no aceptamos su Palabra y le produce angustia en su corazón.
Cuando la fe está viva podemos experimentar revelaciones que se nos permite ver, pero mayormente esto sucede por la fe de nuestros pastores. No acudir a escuchar si Palabra es como escupir a la cara de Jesús.
Si Jesús está en mí, habrá fe. Si Él está, tendré luz propia. El pecado anuló la luz propia de Adán. Nosotros decidimos en que reino ponemos nuestra fe. Las experiencias que algunos hermanos están teniendo mundialmente, sirven para marcar un antes y un después a la hora de servir a Dios. Una experiencia de Gloria marca una vida completamente.
El Pastor en Samaria está para resucitarnos en nuestro interior. Dios detesta todo lo que se fundamente en orgullo. ¿Qué es tomar el pan y partirlo? Es compartir la palabra que nos resucita y nos hace uno en Dios.
Qué bueno es no tener que ser forzados para creer algo de Dios. Si el cielo es real ¿Cómo no nos va a compartir su creación celestial? La fe que naufraga no despertará nunca el interés de nadie.
Si yo llevo una vida de pecado, el ángel que Dios puso a mi lado no podrá protegerme e incluso se marchará. La fe de esfuerzo no fracasa porque no tiene interés propio.
Todos los que se identifican con aquellos que tienen experiencias del cielo, quiere decir que Dios los tiene a ambos en su gloria. A estos les sucederán pruebas y tendrán aflicciones que muchos otros no podrán soportar. Pero si salen victoriosos tendrán recompensas especiales.
Los Pastores deben dar cuentas de aquellos que están siendo lavados por la Palabra. El interés de los santos es verle a Él. Jesús tenía que preguntar de vez en cuando ¿Creéis lo que os estoy anunciando? No siempre hallaba fe. Nosotros por la fe de uno solo, estamos recibiendo muchos resultados. Una iglesia con carácter no deja las almas en las manos de satanás.
Dios vino a este mundo a salvar a aquellos que eran conforme a su semejanza. MI propiedad en origen es mi voluntad. Si pasan los años y yo tengo un impacto de fe con mi creador, le daré mi voluntad a Él. El espiritual en la iglesia debe ser guía del que no lo es. Sea hombre o mujer, en Dios no hay varón ni hembra por ello al que de los dos, Dios la halla capacitado se deben someter el uno al otro (hablando en el matrimonio).
Samaria quiere Dios que sea un árbol que atraiga a muchos a las alas de Él.
El cielo hay que buscarlo desde el corazón, y no desde nuestro ojo natural.
No tendrán límites aquellos que quieran vivir esta última gracia derramada.
Romanos 5:2
por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de
Dios.
No es solamente fe, es necesaria la gracia para estar firmes. La gracia es todo lo sublime de Dios. Gracia no es: practicar todo tipo de pecado u que no me vendrán consecuencias, eso es falso.
La gracia de Dios es nuestra amnistía para no ser acusados más por el diablo. No todos tienen la gracia de llevar a otros a la libertad de Cristo, si yo me acerco a la congregación pero no me humillo desde el corazón, su gracia no me alcanzará. La gracia nos pone un dibujo en nuestro rostro y hace que las impresiones del pasado puedan desaparecer.
Nuestra vida espiritual decidirá nuestra vida en el cielo o en el infierno. Para participar del fruto debemos trabajar primero y con intensidad. La ley natural dice: “eres lo que ves” pero en Dios somos lo que Él dice que somos.
Es fácil caer en trampas y no trabajar por lo que a vida eterna permanece. La fe y la gracia nos quitan los errores, las imperfecciones, las caídas, etc. El Señor siempre peleará para que no nos falte la fe. Hemos sido creados para soñar acontecimientos divinos. La fe y la gracia crean ambiente de milagros.