“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni- caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni- cliente, te vomitaré de mi boca.” – Apocalipsis 3:15-16 –
Una de las maneras más simples y seguras de determinar el estado de salud de una persona es tomando su temperatura. Si usted ha sido alguna vez paciente de un hospital, usted sabe que una de las primeras cosas que ellos hacen después de haber sido admitido, es poner un termómetro en su boca, y continúan haciéndolo periódicamente hasta que usted se va para su casa. En realidad no lo dejan salir del hospital hasta que su temperatura es satisfactoria. Esto sucede porque la temperatura alta es una indicación de que algo en nuestro organismo anda mal.
Las palabras de nuestro texto de Apocalipsis que leímos al principio, y que fueron dichas por el Cristo resucitado a la Iglesia de Laodicea, demuestran que lo mismo sucede en el sentido espiritual. Es decir, la temperatura espiritual es una indicación de salud espiritual.
Si nosotros prestamos tal atención a la temperatura de nuestros cuerpos para determinar nuestra condición física, ¡cuánta más atención deberíamos poner a nuestra temperatura espiritual! Este mensaje a la Iglesia de Laodicea nos ofrece una oportunidad para hacerlo. Escuchemos cual dice Cristo que era la temperatura espiritual de esta iglesia del primer siglo: No era caliente ni fría sino tibia. A continuación el Señor usa una de sus más fuertes expresiones encontradas en el Nuevo Testamento “Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. En esta carta, que contiene el estado espiritual de la Iglesia de Laodicea, observamos que Jesús primero hace un diagnóstico de la condición espiritual de la iglesia, y después ofrece una prescripción para su cura.
Consideremos primero el diagnóstico que el Señor hace de la condición espiritual de la Iglesia de Laodicea. Pero no se olvide que este diagnóstico tiene más que un valor histórico, porque lo que el Señor le dijo a la Iglesia de Laodicea en el primer siglo, se lo ha dicho a la iglesia de cada generación, y se lo dice también a la iglesia de hoy. Eso lo vemos en las palabras finales de su mensaje: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (3:22). Veamos entonces, que es lo que Cristo tiene que decirle a la iglesia de hoy, no sólo como cuerpo, sino también a cristianos individuales; porque tanto ellos como las congregaciones pueden estar en una condición de tibieza espiritual.
Para poder entender como esto se aplica a nuestra vida, observemos la diferencia que hay entre lo que Cristo decía acerca de la temperatura espiritual de los miembros de Laodicea; Y lo que ellos pensaban que era su propia condición espiritual. Hay una realidad que podemos ver en la actualidad. Muchas personas se muestran renuentes de ir donde el doctor. Constantemente se quejan de dolores y síntomas de enfermedades, pero si usted les sugiere que vayan donde el doctor, le dicen que todo está bien, que en realidad no hay nada de que preocuparse. Y algunos de ellos cuando al fin van donde el doctor, ya es demasiado tarde.
Lo mismo sucedía en esta iglesia de Laodicea. Las personas de esta congregación tenían su propia idea de su salud espiritual. Mire lo que ellos pensaban de sí mismos: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”(3:17a); pero esto es lo que Cristo dice que era realmente su condición espiritual: “Y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”(3:17b), éste era el verdadero diagnóstico. Aquí está una iglesia que pensaba que estaba bien espiritualmente. Hacían alarde de su fuerza y de su condición; pero la verdad es que su estado era deplorable. Ellos no eran fríos ni calientes, sino que estaban tibios.
Esto significa que eran solamente cristianos nominales. Es decir, profesaban creer en Cristo, muchos eran incluso bautizados, se llamaban a sí mismos una iglesia cristiana; pero no tenían ninguna de las gracias y de los frutos de un verdadero creyente. No tenían nada de Jesucristo, ni del Espíritu Santo. Cuando Jesucristo les dijo: ¡Ojalá fueses frío o cliente! (3:15), no significaba que Él quería que fueran espiritualmente fríos. Lo que quería era que ellos entendieran que el estado de tibieza espiritual es más peligroso, que si ellos fueran totalmente fríos al Evangelio. La palabra “frío” aquí se refiere a aquellos que no pertenecen a la Iglesia, a los inconversos que no conocen al Señor, a los incrédulos. Es más fácil para las personas que no tienen salvación convertirse a Cristo, que los cristianos nominales se conviertan en verdaderos cristianos.
Alguno podría preguntarse cómo es posible que esta iglesia fundada por los apóstoles –probablemente Pablo o Juan– estuviera en tan miserable condición espiritual. Habían perdido todo su entusiasmo, su fervor y todas sus cualidades espirituales. La respuesta a esa pregunta es dada en la carta enviada a la Iglesia de Laodicea. La condición espiritual de esta iglesia era deplorable porque había tomado su carácter del medio ambiente social y político de la ciudad donde estaba situada; en vez de tomarlo del Señor. La ciudad de Laodicea era una de las ciudades más ricas del mundo antiguo. Es frecuentemente mencionada en libros de historia y literatura debido a su enorme riqueza. Cuando la ciudad sufrió mucho daño después de un terremoto que hubo en el primer siglo, rehusó la ayuda que Roma le ofrecía y fue reconstruida totalmente con capital local. Materialmente, ellos no tenían necesidad de nada. Eran tan ricos que pensaban que no tenían ni siquiera necesidad de Dios; Vivían para el dinero. Las cosas terrenales habían usurpado en sus corazones el lugar que le pertenecía únicamente al Dios invisible y eterno. Las riquezas que habían ambicionado las habían obtenido, pero en su mundana prosperidad habían perdido toda su riqueza espiritual. Por eso eran tibios.
Haríamos bien en recordar que ese mismo peligro existe entre nosotros hoy. El materialismo es la única forma de vida que millones de norte-americanos conocen, y el peligro es que también se convierta en la única forma de vida para la Iglesia. Por eso es importante escuchar la admonición que la Biblia nos hace. “Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas” (Salmo 62:10). No nos olvidemos que la Iglesia de Laodicea se volvió espiritualmente miserable porque tomó su patrón de vida, del mundo y no de Jesucristo que es la cabeza de la Iglesia. Como muchas iglesias están haciendo lo mismo hoy, nosotros también necesitamos escuchar lo que el Espíritu dice a las iglesias. Recordemos que la tibieza es una condición espiritual repugnante para el Señor.
Pero Jesucristo que es el Médico de médicos y Doctor de doctores, no sólo nos deja con el diagnóstico, sino que también nos da la cura para este mal. Veamos cual es el remedio prescrito por el Señor: “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas” (3:18).
(1) Al decir oro les recuerda el interés que ellos tenían por las riquezas. Lo que Él quería que ellos supieran es que las riquezas materiales tienen muchas limitaciones. Por ejemplo: Nunca traen verdadera felicidad; No pueden curar la soledad; No pueden comprar genuinos amigos; Son absolutamente sin valor en la hora de la muerte. Al decir oro refinado en fuego, el Señor sin duda se refiere a “una fe viva y verdadera en Jesucristo. Es la única fe que puede pasar el fuego de la prueba y era lo que ellos realmente necesitaban para curar su pobreza espiritual.
(2) En vez de las prendas de lana que eran famosas en la ciudad, lo que realmente necesitaban vestir eran las verdaderas prendas que cubren la real desnudez del hombre, es decir, la desnudez de su pecado. Y estas vestiduras son, “La perfecta Justicia de Jesucristo”. El profeta Isaías dijo: “Todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia”. Por eso es que la única vestidura que cubre la desnudez de nuestro pecado es la perfecta justicia de Jesucristo. Imputada en la Justificación, e impartida en la Santificación.
(3) La tercera cosa que Jesucristo les dijo que compraran de Él fue colirio para sus ojos. Laodicea era una ciudad famosa por sus descubrimientos médicos. Tenían ungüentos que podían ayudar a restaurar la falta de visión. Sin embargo, lo que los miembros de esta iglesia realmente necesitaban era el ungüento que abriera sus ojos a su condición espiritual. Ellos no sabían que eran desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos (3:17). Por lo tanto, el ungüento que tenían que comprar de Cristo que les permitiera ver su verdadera condición espiritual era, la Persona del Espíritu Santo. Sólo Él podía traer convicción de pecado a sus corazones. Sólo Él podía capacitarlos para abandonar su obsesión por las riquezas. Y sólo Él podía convencerlos de su necesidad de Cristo.
Hoy podemos comprar de Cristo todas estas cosas:
(a) Oro refinado en fuego (una fe viva y verdadera en Jesucristo)
(b) Vestiduras blancas (la perfecta justicia de Jesucristo)
(c) Colirio para nuestros ojos (la persona del Espíritu Santo).
Con Dios no podemos hacer tratos ni convenios, lo único que Él acepta es la rendición total de nuestra voluntad. ¿Por qué? Porque es la única forma en que podemos ser curados de ese mal fatal que es nuestra tibieza espiritual. Si no tomamos la cura que Él nos ofrece, entonces moriremos. Isaías dijo: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura”.
No es suficiente la humillación, ni sería tan solo lo milagroso, el ciego tuvo que obedecer, significa, moverse en la dirección de la voz del Señor. Jesús podría haberlo hecho inmediatamente pero ubica la dirección, Ve a lavarte, el ciego tenía que tomar una decisión Ir o no ir, obedecer o desobedecer.
La renovación de nuestra mente, significa escuchar la voz de Dios.
Usted quiere escuchar a Dios no tan solo los domingos, usted empieza un proceso de revelación de su palabra.
Pero también de obediencia.- Usted tiene que obedecerle.
Romanos 12:2 – No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
¿Por qué tantos proyectos inconclusos? ¿Por qué tantos cristianos sin ver mejoría en su situaciones? Porque no obedecen. ¿y por qué no obedecen? Porque no le creen a Dios. No creen que sea lo mejor para sus vidas. Obedecerle.
Detrás de un mandato hay una promesa.
Deuteronomio 28:8-14 – Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. 9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. 12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. 13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, 14 y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.
4. SOLO ADÓRELO
Juan 9:38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
Para eso fuimos creados.
El principal fin del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de Él por siempre.
(Catecismo Menor de Westminster: Pregunta # 1) En 1648 multitud de teólogos se reunieron y después de muchas discusiones acordaron que esa es el principal fin del hombre.
UBIQUE A DIOS EN SU NUEVO SISTEMA DE CREENCIAS
PERMITA QUE SE MANIFIESTA LA GLORIA DE DIOS, ADMITA SU CEGUERA.
Si notan en el pasaje el obejetivo de nuestro crecimiento y desarrollo es la santidad sin la cual nadie vera a Dios.
Por eso hermano yo quiero que te preguntes personalmente ¿Estoy creciendo en santidad? ¿Es mi vida un reflejo cada vez más exacto de la imagen de Cristo?
No debemos dejarnos engañar por cosas superficiales y algunas mentiras que el enemigo quiere hacerte creer para mantenerte aislado de un crecimiento sano, hermanos no vale de nada ninguna acción por piadosa que parezca es valiosa si eso no repercute en hacerte crecer en santidad, de manera practica puedes evaluar que cosas te convienen o con esa sencilla evaluación, me ayuda a ser mas santo o mas mundano, hay conversaciones que no te convienen, hay programa de tv que no te convienen, hay personas con las que no te conviene estar; y como lo sabes por que no te ayudan a crecer en santidad y todo lo que no te ayuda a crecer te estanca y finalmente te hace retroceder.
Mira esto cualquier actividad por provechosa que te parezca que te impida estar el domingo en la iglesia donde nos reunimos en el día del señor para adórale y ser expuesto a la predicación de su palabra, cualquier actividad que impida que tu estés aquí es una obra del enemigo o de tus propios deseos pero no de Dios, entiende esto si mi exposición de la palabra se ciñe de una manera estricta a lo que dicen las escrituras ya no son mis palabras sino las de Cristo y en este momento yo no soy mas que un vocero de Nuestro señor Jesús entonces si hay algo en tu vida mas importante que lo que Cristo tiene que decirte para animarte y para fortalecerte entonces revísate por parablemente el no es tu señor.
Hay pastor usted como que esta exagerando tome un papel y un lápiz y apunte para que estudie estos textos en su contexto:
Luc 10:16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
1Ts 4:7-8 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
Jua 12:48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.
Los cristianos como individuos y en la unidad que forma la iglesia van creciendo de una manera armoniosa en santidad y el principal método que Dios usa para ello es la predicación de su palabra.
Finalmente el apóstol cierra esta especie de conclusión en cuanto al tema de la unidad y la obra reconciliadora de Cristo haciendo una declaración poderosa en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu si tu has rendido tu vida a Cristo no debe quedarte la menor duda que Dios esta trabajando en tu vida el te esta convirtiendo progresivamente en parte un templo santo en el que el va a morar posicionalmente ya eres parte de ese templo pero aun Dios esta trabajando en tu vida y en la mía y si de algo puedes estar seguro es de que el terminara su obra dice Flp 1:3-6 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, 4 siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, 5 por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo
Conclusión
Hermanos si tu hoy estas en Cristo esta es tu realidad eres ciudadano de reino de los cielos con todos los derechos legales que eso amerita, eres parte de la familia de Dios y por lo tanto hermano de nuestro señor Jesucristo heredo y coheredero con el, eres parte de este gran edificio perfecto y majestuoso que es la iglesia de Cristo beneficiaria de todas la bendiciones espirituales y materiales que Dios ha prometido a los hombres.
Ahora bien si tu estas hoy sin Cristo espero que hayas sido tocado por el poder del evangelio y que alla en tu corazón a partir de este día el deseo de caminar en una nueva vida dejando a tras las cosas pasadas y rindiéndote a Cristo.
Pero esa barrera fue derribada Cristo hizo en el de ambos pueblos una unidad espiritual inquebrantable, sigue diciendo el texto aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz. Vemos entonces que ese muro divisorio era la ley, pero no debemos entender en ninguna manera esta ley como los diez mandamientos o la ley moral de Dios realmente aquí apunta a la ley ceremonial dado que los judíos se extraviaron he hicieron de la ley ceremonial un requisito indispensable para tener comunión con Dios y agregaron a la misma mandamientos establecidos por ellos mismo haciéndose practicante de mandamientos tradicionalistas y no los verdaderos preceptos que Dios había establecido.
Jesús se refirió duramente a esta condición de los judíos cuando dijo Mat 15:7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: 8. Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. 9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Jesús vivió una vida totalmente apegada a las leyes establecidas por moisés incluyendo las leyes ceremoniales y rituales pero una vez que muere en la cruz del calvario el se lleva en si mismo el objetivo principal de aquellas leyes las cuales eran sombra de lo que habría de venir esto es Cristo por eso el apóstol dice que el abolió en su carnes las enemistades que había entre judíos y gentiles, logro la unión donde siempre había reinado la desunión, uno de los rasgos característicos de su cuerpo que es la iglesia es la unidad de hecho lo hemos visto como una evidencia de una conversión genuina, usted no puede tener unidad con Cristo sino tiene unidad con su hermano por quien Cristo murió bien es cierto que somos diferentes y que tenemos diferencias pero somos parte de un mismo cuerpo y eso debe de ser mas que una unidad conceptual una unidad practica.
Cristo hizo de dos partes antagónicas una unidad de dos hizo un hombre nuevo dice MacArthur “Espiritualmente en Cristo ya no hay judíos, ni gentiles sino solo cristianos”
Cualquier barrera que antes pudiera separarnos hermanos a sido derribada en el señor todos somos iguales el no hace distinción de personas por eso no existe tal cosa como iglesias para negros o para blancos para chinos o para americanos para ricos o para pobres solo existe la iglesia de Cristo compuestas por hombres que a pesar de sus diferencias se esfuerzan por mostrar el amor de Cristo a coherederos con el de la gracia de Dios.
Cristo hizo la paz, Cristo es la paz el logro una reconciliación total del hombre con el hombre en el.
En segundo lugar vemos en el texto una reconciliación en un sentido vertical dice el texto 16. y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Esa unidad creada en Cristo que son todos los hombres y mujeres redimido por su sangre su cuerpo, su iglesia, fue reconciliada por el con Dios por medio del sacrificio en la cruz del calvario donde pago el precio de sus transgresiones y de esa manera cumplió con la justicia de Dios.
Irónicamente esa cruz que para los judíos es piedra de tropiezo y para los gentiles locuras llego a ser para los que se salvan tanto judíos como gentiles el medio de reconciliación entre ellos y para ambos con Dios. Cristo acabo con su muerte en la cruz las enemistades que mantenías separados a judíos y gentiles el con su muerte logro unir lo que estaba separado.
Continúa el texto 17. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18. porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Tanto gentiles los que estaban lejos como judíos los que estaban cerca fuimos hechos participes de la gloriosa verdad del evangelio las buenas nuevas de paz ese mensaje de salvación que transforma la vida de personas y les une entre si y a su vez con Cristo.
Una vez que se consuma la obra de Cristo en la cruz del calvario y su asenso a la presencia del padre el espíritu santo descendería y habitaría en su iglesia como arras de nuestra herencia. Así la presencia del espíritu santo en tu vida y en la mía nos garantiza un acceso libre y continuo a la presencia del trono celestial lo que nada en el mundo podía conseguir ni las religiones ni los esfuerzos de la voluntad humana Cristo lo consiguió en la Cruz y su obra se hace evidente con la presencia del espíritu santo en nuestras vías.
Conclusión
Después de haber presentado estas gloriosas verdades en las vemos la condición en que nos encontrábamos nosotros los gentiles sin Cristo y ver como Dios nos saco de ahí formando una unidad inquebrantable que es su iglesia tanto de judíos como de gentiles como ahora hemos sido reconciliados con Dios y tenemos un acceso libre continuo y gratuito a la presencia del padre yo le invito a disfrutar de todos esos privilegios que Cristo gano para usted y aprenda a disfrutar de estar a los pies de sus padre celestial.
Fuente: www.centraldesermones.com