Provocadores de Milagros

Tema de la predicación: Provocadores de Milagros

Lucas 5:17–25

Existen personas que son buscadores de milagros, pero hay otros que son provocadores de milagros, a estos son los que el Padre les suelta los milagros sobrenaturales.

Introducción

La casa estaba llena de buscadores de milagros, pero no de provocadores. Ahora hay una gran diferencia entre un provocador de Milagros y un buscador de milagros.

1. Los buscadores de milagros están de aquí para allá tras el rugió de los milagros. Los provocadores saben que el Dios al que sirven no se limita a una persona en particular y que ellos también pueden ser usador (no vivamos con las experiencias de otros, provoquemos nuestra propia experiencia de poder).

2. Los buscadores de milagros van para escuchar y criticar. Los provocadores creen aun sin ver.

3. Los buscadores de milagros andan buscando lo que no tienen, los provocadores saben que el potencial y autoridad esta en ellos y lo usan en pos del Reino de Dios.

4. Los provocadores no se detienen por lo que ven adelante, buscando o crean soluciones alternativas para que Dios se glorifique.

Al llegar se dieron cuenta que no podían entrar porque había mucha gente, ellos no dijeron: Vamos, si no que buscaron otra solución. Los provocadores de milagros nada los detiene. Es mas ellos nunca andan por debajo ellos siempre hablan de subir, porque saben que los milagros desciende, no suben. Números 13: 30. (BT) “Entonces Caleb trató de apaciguar al pueblo en presencia de Moisés, y dijo: ¡Subamos ya y conquistémosla, pues ciertamente podremos con ella!”.

¿Qué debes hacer para convertir en un provocador de milagros?

1. Romper los techos.

Lucas 5: 19. (LBLA) “Y no hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azotea y lo bajaron con la camilla a través del techo, poniéndolo en medio, delante de Jesús”. El techo te limita, espiritualmente, económicamente, social, familiar, laboral.

Cada vez que encuentres una puerta cerrada debes buscar otra alternativa, porque no siempre Dios cierra puertas, a veces el enemigo cierra la puerta para que no entres a tú bendición. Siempre va a haber alguien que quiera tapar tu bendición. Génesis 15: 5. (BT) “Y lo sacó fuera, y le dijo: Contempla ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia”.

Hay personas que, ni entran ni dejan entrar. Siempre se que darán en la puerta. Lucas 5:17 – 18. (LBLA) “Y un día que El estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseos y maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y de Jerusalén; y el poder del Señor estaba con Él para sanar. 18 Y he aquí, unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús”.

Puedo llamar a este tipo de comportamiento en el ser humano de espectadores y no de protagonista. Si Dios nos ha permitido vivir hasta aquí, es para que seamos protagonista de su gloria, ¿cómo? Provocando milagros a nuestro alrededor, con nuestra fe, nuestra confesión, nuestra actitud y testimonio, nuestra manera de pensar, nuestra manera de creer y caminar en lo que creemos.

Hay que buscar alternativas, no vuelvas atrás, sigue avanzando y si hay que romper un techo, rómpelos en el nombre de Jesús. El techo es aquello que nos ha detenido por mucho tiempo en el mismo lugar y no te ha dejado experimentar y provocar ese milagro.

Decreto: Declara hoy en el nombre de Jesús que todo techo que me ha limitado en mi vida es roto en el nombre de Jesús.

2. No pierden el tiempo discutiendo.

Estos provocadores de milagros no empezaron a pelear con los que estaban en la puerta. Los provocadores de milagros no pierden el tiempo discutiendo, ellos buscan soluciones, invierten su tiempo en crecimiento, en romper sus límites.

Los provocadores de milagros no pierden el tiempo discutiendo porque ellos saben que nadie los va a entender.

Este paralítico no podía entrar porque estaba cerrada la puerta, esto nos habla que a la gente no le interesan tus problemas, no van a venir a ayudarte.

3. Busca a provocadores de milagros que te acompañen.

Tienes que buscar provocadores de milagros; estos hombres creían que Jesús podía hacer algo en la vida de su amigo. Tienes que juntarte con gente que crea que el Padre puede hacer funcionar eso que no estaba funcionando, el paralítico no podía hacer nada solo, necesitaba de provocadores de milagros que lo llevaran. El secreto para alcanzar milagros es rodearse de personas provocadoras de milagros.

Amos 3:3 – ¿Andan dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?

Tienes que huir de la gente que habla mal de otros, de la gente negativa que se vive quejando. Tienes que asociarte con gente provocadora de milagros para ir más lejos.

4. Reciben sus milagros mientras los demás murmuran.

Jesús estaba predicando, de repente el techo se empieza a romper, a entrar la luz del sol y empieza a bajar una camilla y Jesús de repente se da cuenta que el que estaba bajando era un paralítico que no decía nada, solo miraba, entonces Jesús al ver a los provocadores de milagros le dijo: Tus pecados te son perdonados, Jesús quedo asombrado de lo atrevido de estos hombres. Lucas 5: 20. (LBLA) “Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados”.

Cada vez que provocas un milagro muchos no lo van a entender. Lucas 5: 21. (LBLA) “Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrir, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?”. La gente toxica siempre está en la puerta escuchando para criticarte y hablar mal de los demás.

Lucas 5: 25. (LBLA) “Y al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios”. La gente incrédula ve pasar la bendición y no la disfruta, porque los que la disfrutan son los provocadores de milagros. Yo hoy vengo a profetizarte que no veras pasar la bendición, la vas a disfrutar.

5. Solo abren su boca para dar gracias.

En todo el camino no abrió su boca para criticar, dar su opinión respecto a lo que el creía, ni en el techo, abrió su boca. Los provocadores de milagros ellos solo la abren su boca para glorificar a Dios y demuestran gratitud cuando reciben el milagro. Están convencidos que ellos no caminan solo con palabras, sino con acciones.

Hay personas que pueden hablar mucho de fe, pero no tienen resultados, entonces su fe está muerta. El Padre busca a personas provocadoras de milagros, que con cada acción de fe hace que el Padre venga hacia ellos y sea manifiesto lo que esperan.

Al Padre le gustan las personas que sean provocadoras de milagros. Te pregunto: ¿Qué estás haciendo para provocar el milagro en tu vida? 

Como hemos visto la vida cristiana comienza  como toda vida con el nacimiento, el nuevo nacimiento.  Para explicarlo más sencillo, una persona puede saber toda la Biblia de memoria, componer canciones, hacer las mejores ofrendas, pero si no tiene a Cristo en su corazón nada de esto servirá para hacerle crecer en una vida que no tiene. Quizá le ayuda de muchas maneras y será bueno que lo haga, pero de ninguna manera esto le servirá para sentirse más cerca del Señor.

Dio nos ha proveído de los medios para el disfrute de la vida cristiana. No debemos dejar que el recién convertido compare su estado con otros, por que las comparaciones no son buenas y quizá ese triunfo y gozo que vemos en otros no sea más que fingido. Cuando nos medimos con otros cristianos, debemos tener en cuenta que no siempre las cosas son como se ven, simplemente por diferencias de carácter, algunos exhiben una seguridad que no tienen, de lo cual quizá ni se dan cuenta. También debemos de pensar que Dios actúa distinto con cada uno, por razones que en general desconocemos.

Es bueno saber estas cosas al principio de la vida cristiana, cuando pensamos que los triunfos de la primera hora continuarán indefinidamente.

Para crecer saludablemente es necesario que tomemos en cuenta que se necesitan tres cosas: 1) la oración, que es la respiración del alma. 2) La lectura de la palabra que es la alimentación y 3)el testimonio que es el ejercicio. De esas tres cosas precisamos en nuestra vida física y también en nuestra vida espiritual.

1. Desde que Caín y Abel rindieron culto a Dios hasta la última frase del Apocalipsis, la oración está presente en toda la Biblia. Ello responde a un impulso natural del alma, pues vemos que algo similar aparece en todas las religiones y culturas, aunque adopte formas tan diferentes. La oración es el encuentro de nuestras almas con Dios. Casi siempre hablamos de lo que es la oración privada, pero la Biblia muestra claramente que también debemos orar junto con otros. Jesucristo dijo que él está presente donde se reúnen dos o tres en su nombre. En algunos casos será de mucha ayuda ofrecernos a acompañar a alguien para compartir esos momentos especiales. La iglesia debe dedicar tiempo a orar, y tener reuniones y grupos especiales para ello. Hay formas muy distintas de hacerlo y debemos aprender a adaptarnos. Hay que tener sabiduría para lo que se presenta en oración. El que ora debe hacerlo en nombre de todos, debe hacerlo en el lenguaje de todos y mencionar aquellas cosas que todos coincidieron, es muy grave hacer mal uso de ese momento sagrado para lucimiento personal o peor aún para hacer una crítica o sermonear a los demás. Hay que tomar en cuenta cuando presentamos nuestro pedido o gratitud, que se está haciendo en público y muchas cosas es mejor mantenerlas en privado y por supuesto debe usarse un tono de voz que todos oigan.

2. Tan importante como respirar es alimentarnos, por eso debemos leer la Biblia que es el alimento espiritual, pero no solo aconsejar al nuevo creyente que lea la Biblia, si no explicarle: ¿Por qué? ¿Para que? Como y que debe leer.

A. Para conocer a Dios. En este libro se narra toda la obra divina, sin este conocimiento nunca sabríamos quien es en realidad aquel en el cual hemos creído y por el cual su nombre invocamos.

B. Para conocer la voluntad de Dios. En este libro encontramos como se debe vivir una vida cristiana, y como es inspirado divinamente, en sus páginas encontramos la respuesta para mucha de las situaciones que atravesamos.

Para saber que obedecer. Para un cristiano solo es obligatorio lo que está en la Biblia. No tiene que creer algo que no está escrito en ella. Lo importante es leer la Biblia con un espíritu de obediencia. Hay que instruir al nuevo creyente que aunque estén escritos en la Biblia hay mandatos que solo tenían que ver con la época y las circunstancias en que se escribieron.

Tenemos que ser claros con los nuevos convertidos y decirles que nadie entiende toda la Biblia, porque es un mensaje de inteligencia perfecta. Al principio encontraremos cosas que no entendemos o hasta quizá parezcan contradictorias, pero tomemos en cuenta que la Biblia no está equivocada, puede ser un problema de traducción o interpretación, por lo cual debemos estar solícitos a ayudar a los que no entienden.

3. El último tema que es el testimonio, para nosotros los cristianos es la acción de transmitir a otros el mensaje del evangelio, especialmente a través de nuestra propia experiencia. Pero es importante estar seguros de que estamos dando a conocer algo que es bueno y que queremos que los demás obtengan.

Los recién convertidos muchas veces están tan gozosos por su salvación que quieren compartir con todo el mundo de lo que Jesús hizo en sus vidas y gloria a Dios por eso. Pero nosotros como iglesia nuestro deber es ayudarlos para que puedan llevar un mensaje más efectivo. Por supuesto que el cambio efectuado en sus vidas es el mejor testimonio que ellos pueden tener, pero con las palabras debemos de ser cuidadosos y saber que decir y que callar y ese discernimiento solo lo adquirimos por medio del Espíritu Santo, a medida que vamos creciendo en el conocimiento de las escrituras.

Es necesario que como iglesia nuestro testimonio no haga tanto ruido que no puedan escuchar nuestra predicación, pues lo que hacemos dice más que lo que decimos, y eso atrae o desanima a los recién convertidos, según sea el caso.

1. Alimenta

Mateo 24:45-46: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?  Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.

La última instrucción que Jesús dejó a los suyos antes de regresar al cielo, fue que permanecieran juntos, el mismo había formado un grupo de doce los cuales llamó apóstoles para que fueran los líderes de un grupo mayor de ciento veinte,  y estos luego de la multitud de miles que se congregó por su trabajo en el día de Pentecostés. Desde entonces el cristianismo no es concebible sin que los cristianos se reúnan. Eso significa que cuando una persona entra a formar parte del cuerpo invisible de Cristo, que es su iglesia universal, no puede eludir el hecho de que también debe entrar a integrar un cuerpo local junto con aquellos a quienes desde ese momento puede llamar con derecho “hermanos”.

La iglesia existe para alabar a Dios, para predicar a los perdidos, pero también para capacitar a los salvados y  ayudar a los necesitados.

El evangelio no termina cuando recibimos a Cristo, en realidad allí empieza, debemos trabajar para perfeccionar los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe del conocimiento del Hijo de Dios, esto evitará las falsas doctrinas y hará crecer espiritualmente a cada uno y a todo el cuerpo.

En la iglesia encontramos a los que tienen más experiencia y conocimiento que nosotros. Ellos nos ayudan a descubrir el don que Dio nos ha dado y desarrollarlo, de manera que nosotros mismos nos afirmemos y podamos servir mejor a los demás, creyentes y no creyentes.

Así hermanos debemos ser claros y entender que fuimos salvos para servir. No somos salvos por buenas obras, si no salvos para buenas obras.

Cuando alcanzamos el crecimiento, estamos listos ya para alimentar, no es el deseo de Dios que nos quedemos siendo bebes, El quiere personas grandes y hermosas que alimenten y no se olviden de donde las rescató.

Fuente: www.centraldesermones.com