Predicas Cristianas | Mensajes Cristianos
Texto Biblico: Juan 6
Cada vez parece crecer más el cristianismo, podemos ver mucha gente que de manera desesperada busca iglesias cristianas, estadios, coliseos donde digan que esta Jesús.
Los pastores se gozan en gran manera de poder predicar a grandes multitudes.
Según muchos siervos de Dios estamos en despertar espiritual, el avivamiento a llegado gritan algunos.
Pero la pregunta del millón. ¿Por qué esta gente está buscando a Jesús con tanto afán y desesperación?
En los tiempos de Jesús estaba pasando algo similar la gente quería estar con Jesús. V 22 “El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos”
Lo buscaban donde quiera que el este, no les importaba lo que tuvieran que hacer, ellos querían estar con él. V 24 “Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.”
Se alegraban mucho cuando lo encontraban. V 25 “Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?”
Todo esto parecía maravilloso, ver cómo las multitudes se desesperaban por estar con Jesús, muchos pastores de hoy en día dirían: ¡Que bendición!
Pero Jesús sabía cuál era la verdadera causa por la cual lo buscaban. V 26 “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” Si… ellos lo buscaban solo por lo que él les podía dar, no lo hacían por amor a él, o porque querían cambiar su manera de vivir. Solo era el interés lo que los movía, nada diferente a lo que pasa hoy en día. Multitud de personas se reúnen en los estadios pero solo por un milagro, salen del estadio y su vida sigue siendo tan miserable como siempre.
A Jesús le duele que la gente lo busque solo por conveniencia, él quiere que lo busquemos con milagros o sin milagros. En la gente que cree en él solo por los milagros el no confía. Juan 2: 23- 24 “Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 2:24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,”
Jesús prefiere que lo busquemos por el regalo maravilloso que él tiene para nosotros, la salvación y la vida eterna. V 27 “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.”
Los verdaderos cristianos son aquellos que se disponen a ser enseñados por el padre a través de su palabra. V 45 “Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.”
Los verdaderos adoradores de Jesús son aquellos que están dispuestos a comerse a Jesús, comer su palabra y dejar que ella lo transforme. V 54-56 “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 6:55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 6:56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.”
A muchos este tipo de palabra les molesta, les parece que es demasiado duro, solo quieren oír que Dios es amor. V 60 “Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?”
Pero la verdad del evangelio no es negociable, Jesús no iba a dejar de predicar la verdad por dura que sea y los pastores deberíamos hacer lo mismo. V 67 “Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?”
Por dura que parezca la palabra de Dios es vida para nosotros, solo a través de la corrección podemos llegar a ser perfectos. V 68 “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.”
Si tu estas buscando a Jesús eso es algo muy bueno. Pero deberías preguntarte, ¿por qué lo estás buscando? ¿Qué es lo que te motiva hacerlo?
Isaías 3:24
“…Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura….”
Isaías 66:24
“…Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre…”
Gálatas 6:7
“…No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará…”
Mateo 10:28
“…Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno…”
Mateo 5:29
“…Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno…”
Mateo 5:30
“…Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno…”
2 de Pedro 2:4 en adelante…
Al diablo le conviene que no se hable, ni se sepa nada del infierno. Pero en lo personal, no necesito ver para creer. Así como creo que hay un cielo, una gloria; así creo que hay un infierno.
Hace unos años atrás tuve mi propia experiencia, y no fue nada agradable; y aunque no vi nada me basto oír para creer, y no sé qué da más miedo oír y no ver, o ver y no oír.
Una madrugada unos meses antes de que el Señor nos llamara a pastorear, me levante fui a la cocina y al volver de la cocina a mi recamara, la luz se fue. Quede en oscuridad total, no recuerdo haberme acostado solo recuerdo verme de pie, y ver que la luz se iba, escuche un grito de una mujer, y luego unas cadenas después escuché el gruñido de algo.
Inmediatamente me di cuenta que algo estaba pasando, el grito volvió, luego las cadenas enseguida el gruñido de ese ser, en ese momento sentí detrás de mi miles y miles de voces de gente, llorando, gritando, clamando fue algo indescriptible. En ese momento puse mis manos en mi rostro, pues la oscuridad era mucha y le dije Señor no me digas que es lo que yo pienso por favor, dime que no me trajiste a escuchar el infierno, ¡por favor no!
Sentí mi corazón latir a mil, sentí que ya no podía que me desmayaría o algo, cuando de repente la luz volvió, y me vi ahí parada; volví a ver el reloj pues cuando la luz se va el reloj queda en 12:00. Pero no fue así el reloj marcaba la hora normal creo como 3:20 o algo así, no recuerdo muy bien estaba en shock.
Me tire de rodillas confundida le dije al Señor; ¿Señor donde me llevaste?, no quería mencionar la palabra infierno, porque pensé que él me llevaría de nuevo y yo no quería volver. Llore; le dije no me digas fue ahí Señor, no, no. Pero el Señor con su dulce voz habló a mi corazón y me dijo, si hija era el infierno, llore, y llore, las voces no se iban eran agudas en mi mente.
El Señor me dijo, dile a la gente que el infierno es real pero que soy más real, yo le dije pero sé, o decimos y la gente no quiere saber, no sé ya cómo predicar de ti la gente es cada vez más dura. El Señor me dijo, tu solo diles que yo les amo el resto lo haré yo.
Como por dos o tres semanas dormí con la luz prendida, temía que volviera a pasar, yo no quería, incluso le dije al Señor no me lleves ahí, yo creo que existe, lleva a los que no creen para que crean.
Espero esta enseñanza les ayude.
Dios les bendiga.
Fuente: www.centraldesermones.com