Predicas Cristianas | Estudios Biblicos
Estaba viendo el televisor en estos días y me di cuenta de algo que encontré muy interesante. No se cuantos se han dado cuenta de los comerciales en el televisor, la radio, y todos los anuncios en los periódicos y catálogos, pero todos promueven lo mismo. Lo único que se promueve es la venta de mercancía en esta fecha tan especial para todo cristiano. Esta fecha cuando celebramos el nacimiento de Cristo; cuando celebramos la Navidad.
Y lo interesante de todo esto es que estos anuncios rara vez mencionan la palabra Navidad, sino que lo popular y aceptado es decir: “Felices Fiestas.” Como todo cristiano fiel seguramente ha podido apreciar, “Feliz Navidad” ha sido remplazada por este lema del mundo. Esto es debido a que el mundo quiere ser “políticamente correcto”, cual es otra expresión o lema muy famoso aquí en los Estados Unidos.
Todos buscan avenidas diferentes de expresarse no diciendo la verdad ni lo que sienten porque no quieren ofender a nadie. Es muy bonito el no ofender a nadie, es muy bonito el no herir a nadie, pero si el hacer esto significa que tenemos que cubrir o revestir la verdad, entonces estamos haciendo el mal. Quiero que pasemos ahora a la Palabra de Dios y veamos el verdadero significado de la Navidad.
Lucas 9:28-36 – Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. 29 Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. 30 Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; 31 quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. 32 Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. 33 Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. 34 Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube. 35 Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. 36 Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.
En nuestras rutinas y rituales de todos los días en muchas ocasiones se nos hace fácil olvidar o ignorar las cosas que hemos aprendido. Escogí esta pequeña parte de las escrituras con el propósito de demostrarles exactamente esto. Fíjense bien que cosa más interesante ocurrió aquí. Aquí tenemos a estos tres discípulos, hombres que habían viajado con Jesús, hombres que habían presenciado los milagros que Él había hecho, hombres que conocían la Palabra de Dios, pero que en este momento determinado perdieron de vista lo importante. En este momento determinado, al ver la transfiguración de Jesús, se fijaron más en Elías y Moisés que en el milagro que Dios había permitido que ellos presenciaran.
Esto es evidente porque como podemos ver aquí acto seguido de ellos presenciar este milagro, ellos dijeron: “…Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías…” Ellos no reconocieron a Jesús por quien él era, sino que en sus mentes le pusieron al mismo nivel que a Elías y a Moisés. Hermanos aunque estos dos hombres fueron utilizados por Dios grandemente, aunque ellos hicieron grandes señales, no existe comparación que se pueda hacer. Este es más o menos el problema que encontramos en el mundo hoy en día.
Hoy en día, como les dije al principio, el verdadero significado de la Navidad esta siendo remplazado. Para el mundo, la época navideña es un tiempo de mercadería; una época de ganancias financieras y nada más. En otras palabras, el mundo remplazado el verdadero significado de la Navidad por mercancía. El mundo ha remplazado el significado de la Navidad con lo material.
El mundo ha cambiado el verdadero regalo que Jesucristo no hizo, nuestra salvación, por mercancía y objetos no duraderos. La luz del mundo (Juan 8:12) ha sido remplazada con lucecitas. Pero digan lo que digan, y hagan lo que hagan, la Navidad es el acontecimiento más grande que el mundo ha presenciado. Digo esto porque la Navidad es el único acontecimiento que ha impactado, y continuara impactando al mundo desde ese entonces hasta el fin. Digan lo que digan, la Navidad dividió la historia de la humanidad. Digo esto porque el mundo mide el tiempo en a.C (antes de Cristo) y d.C (después de Cristo). Desde el inicio del mundo no ha existido nadie, y nunca existirá alguien capaz de permanentemente dividir la historia como lo hizo Jesucristo.
En este mundo lleno de maldad y confusión en ocasiones es fácil perder de vista la verdad, en ocasiones se nos hace fácil desviarnos del verdadero camino a causa de seguir los caminos de este mundo, pero como Cristianos debemos tener mucho cuidado. Como cristianos fieles tenemos que ejercer mucho cuidado de no perder de vista el verdadero camino (Juan 14:6). Como cristianos fieles tenemos que ejercer mucho cuidado de no desviarnos debido a rituales y tradiciones. En el estudio bíblico de hoy vemos que estos hombres estaban cansados; el viaje había resultado agotador y apenas podían mantener sus ojos abiertos, y que fueron testigos de algo que hasta este momento había sido algo muy privado entre Jesucristo y el Padre. Ante sus propios ojos Jesús comenzó a resplandecer, y después se aparecieron Elías y Moisés.
Esto fue un momento glorioso e impactante; los discípulos se impactaron de tal manera que se les olvido todo lo que habían escuchado y visto. Digo esto porque Pedro se emocionó e impacto tan grandemente que sintió que él debería decir algo. Pedro creyó haber interpretado la intención de su maestro al llevarlos a ese lugar a orar y le dijo a Jesús: “…hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías…”. ¿Qué hizo Pedro en este instante? Pedro hablo sin pensar. En ocasiones a nosotros nos pasa igual, hablamos sin pensar o usando las frases del mundo, tal como “Felices Fiestas”.
Fíjense bien si Pedro cometió un error que la palabra de Dios nos dice: “…no sabiendo lo que decía…” La realidad es que estas breves palabras deben servir de llamado a reflexionar a todo cristiano fiel. Todo cristiano fiel debe y tiene que reflexionar en la manera que reflexionamos acerca de la Navidad. ¿En qué se ha convertido la Navidad para ti? ¿Un día feriado? ¿Un día de comercio? ¿Un día de regalos? ¿Has reemplazado el regalo de la salvación por algo material? Si este es el caso, entonces escucha lo que te dice la palabra de Dios: “…Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd…” Con esto Dios les dijo a los discípulos donde debía estar su atención, y nos habla a nosotros de la misma manera. La Navidad no es acerca de regalos, cascabeles, Santa Claus y los Reyes Magos. La celebración de la Navidad no es una fecha de un festival pagano. Jesús y solo Jesús es la razón por la Navidad, y es a Él quien tenemos que adorar y honrar.
Como cristianos fieles tenemos que dar gracias a Dios, porque a pesar de que vivimos en un mundo lleno de confusión, Él nos ha permitido escuchar Su voz que nos dice: “…a él oíd…”, y las palabras de nuestro Señor son las que han producido paz y sosiego en nuestra vida, y nos han fortalecido para que podamos permanecer firmes en medio de los problemas y desafíos que experimentamos en nuestra vida cotidiana.
Conclusión:
No perdamos de vista lo que Jesucristo ha hecho por nosotros. No dejemos de abrir nuestras bocas para proclamar la verdad acerca de la Navidad. En solo unos días millones de personas se reunirán para celebrar la Navidad; esa fecha simbólica que la iglesia adopto para celebrar el evento más grande que la creación ha experimentado. Así que celebremos la Navidad como la celebraron los ángeles y huestes celestiales, con júbilo y gran gozo (Lucas 2:11-14).
“Jesús es la Navidad.” ¡Feliz Navidad!
© 2001, José R. Hernández. Todos los derechos reservados.
Fuente: www.centraldesermones.com