Reflexiones – Próximos al abismo
Reflexión – Próximos Al Abismo
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).
Alguien, que viajó por las montañas rocosas canadienses, contó que notó una grande cantidad de árboles creciendo junto al margen de los abismos. Muchas de ellas tenían sus raíces casi que totalmente descubiertas. Algunas si descolgaron completamente y cayeron despeñadero abajo.
Crecieron muy próximo del abismo.
¿Que semejanza puede haber entre aquellos árboles y muchos de nosotros, cristianosí Es simple: profesamos la fe en el Señor Jesus y continuamos viviendo peligrosamente a lo margen del abismo. Nuestras bases espirituales están presas, parte junto al altar de Dios y parte junto al despeñadero de las trampas mundanas. Pendemos para un lado y para otro y, en la mayoría de las veces, acabamos Rodando cuesta abajo, sin la perspectiva de conseguir subir nuevamente.
Quien mire de lejos ve los árboles frondosos y firmes. Si se aproximan, perciben qué ellas no tienen firmeza alguna. Cuando estamos en la iglesia, asistiendo las reuniones, parecemos estar firmes y comprometidos con el Señor y con la obra que nos confió. Pero, cuando alguien se aproxima a nosotros y pasa a nos conocer en la intimidad, verifica que estamos “por las puntas”, casi cayendo, casi sucumbiendo, casi igualmente perdidos.
Los árboles de las montañas canadienses no pueden moverse para un lugar más seguro, mas, nosotros podemos. Es preciso que paremos de jugar de Santos y siervos y pasemos a vivir verdaderamente en la presencia del Señor. Nuestras raíces espirituales deben estar plantadas sólidamente, en la obediencia a Dios, en la vida de oración y testimonio, en la busca incesante de las enseñanzas de Cristo, contenidas en Su Palabra santa.
¿Va a continuar jugando de “cae o no cae” o va buscar firmarse concluyentemente en la presencia del Señor Jesusí