Manifestación es una declaración o una exposición de algo.
En este salmo muestra como Jehová nuestro Dios se manifiesta ante el mundo. A través de qué es lo que a él lo conocemos. Tu y yo también podemos tener manifestaciones de lo que hacemos. Que es lo que pone por manifiesto lo que tú eres.
David conoce muy bien a Dios pero no tanto porque sea un investigador consagrado.
David deja claro a través de este salmo que saber de Dios y de quien él es resulta fácil.
Como hacer que otros nos reconozcan o porque otros nos deben reconocer.
1. Por lo que hacemos. V 1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” nuestros hechos son los que deben hablar más que nuestras palabras. Si alguien mira tus obras. ¿Qué pensaría de Ti?
2. Por lo que hablamos. V 2-4 “Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. 19:3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. 19:4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol;” tu forma de hablar también puede decir lo que tú eres. Hablas con sabiduría, con inteligencia o eres de los que habla con vulgaridad y grosería.
Hay personas que con las cuales es muy agradable hablar puede alguien pasar horas enteras escuchándolos y nunca se cansa. Gozan de gran sabiduría y gracia.
3. Por nuestra Actitud. V 5 “Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino.” muchas veces no duele tanto lo que decimos como nuestra actitud a la hora de hablar.
4. Dar mandamientos con amor y para bienestar de todos. V 8 “Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.” cuál es tu forma de mandar. Cuando tú das una orden los demás. ¿Se alegran a pesar de que a casi nadie le gusta que lo manden? O se sienten agredidos por lo que mandas. Las normas no deben ser para molestar. Las normas deben ser para el mejor funcionamiento de algo.
5. Por ser íntegro y limpio de toda maldad. V 13 “Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.” que te motiva hacer las cosas. El quererte lucir, el dinero que puedes ganar o porque quieres beneficiar a los demás.
6. Por ser rico en su forma de hablar. V 14 “19:14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti” que de nuestra boca siempre salgan palabras de vida y nunca salgan palabras de muerte. La envidia hace que muchos saquen por su boca el veneno que está en su corazón.
7. Por nuestra forma de vestir. Los hombres y las mujeres deben tener su propio estilo de ropa. Deuteronomio 22: 5 “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace” la forma de vestir debe ser para hermosura pero también para honra. Éxodo 28: 2 “Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para honra y hermosura.”
Cuando los hechos hablan las palabras sobran. No te preocupes por decir con tus labios lo que tus hechos no lo dicen. Recuerda lo que dice el adagio popular: una imagen vale más que mil palabras.
Su padre lo reconoció a lo lejos a pesar de estar sucio, harapiento, descuidado, etc. Esto quiere decir que ¡por debajo de esta condición tan deplorable el padre pudo ver a su hijo! ¡Aleluya! y no solo eso sino que corrió y dejo todo lo que tenia pendiente o estaba haciendo y corrió a besar y abrazar a ese hombre mugroso y maloliente porque el padre supo que debajo de todo eso estaba su hijo.
El hijo le confiesa su pecado y reconoce su error y ofrece la disculpa y aunque la Biblia no nos dice que el padre la haya aceptado con un “SI” literal, es evidente que lo perdona y dice a sus siervos que saquen el mejor vestido y le pongan el calzado y un anillo para su hijo con lo que el padre aparte de mostrar su perdón muestra que mas allá de lo que este joven pueda hacer, para su papa él siempre será su hijo y siempre tendrá un lugar con él y le organiza una fiesta para celebrar mas que un encuentro… una reconciliación.
Del mismo modo pasa con nosotros. Hay momentos en que guiados por nuestros deseos, costumbres o por alguna otra influencia; decidimos hacer cosas que nos apartan de nuestro Padre celestial y nos impiden mantener una relación cercana con él y nos llevan muchas veces a lo que le sucedió a este joven.
Y si ya te cansaste de vivir entre los cerdos, lleno de dudas, lleno de enfermedad, lleno de temor, lleno de problemas, de rencor, de dolor, de infelicidad, de incertidumbre; si ya te cansaste de vivir en esa suciedad déjame decirte que es tiempo de que te levantes de ese lodo y te decidas ir con tu Padre a donde Él te espera, decídete a ir a la presencia de Dios y ten el valor de decirle “me equivoque, perdóname”, no importa el mal olor que despida tu pecado, no importa como te hagan ver esos harapos de tristeza, dolor y necesidad; nada de esa suciedad impide que Dios pueda ver debajo de todo eso a un hijo suyo que se aparto pero que regresa ¡Aleluya! Y solo esta esperando que te acerques un poco con esa actitud de arrepentimiento para correr, abrazarte, besarte y restituirte tu lugar como hijo junto a Él.
Hoy quiero invitarte que te reconcilies con el Padre y que sin importar ese pecado, esa tristeza, ese dolor o lo que sea que te haya mantenido alejado de Él, te acerque hoy a Él y le pidas que te perdone y te invito a que puedas sentir como el Padre te abraza, te besa y te da la oportunidad de que lo hagas bien y recibir de Él todas las bendiciones.
Y si tú no has tenido la oportunidad y el privilegio de experimentar a Dios como tu padre también te invito a que hoy recibas a Jesucristo en tu corazón y comiences una nueva vida.
Juan 1:11-12… a lo suyo vino, pero los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios.
Si tú quieres ser hijo de Dios, este día es tu oportunidad y toma en cuenta que puede ser la última.
Si te has decidido a recibir a Jesucristo en tu corazón te quiero pedir que cierres tus ojos y repitas conmigo esta oración: “Señor Jesús, en este día vengo a ti arrepentido de todos mis pecados y errores que me han tenido lejos de ti, te pido que me perdones por ellos y que entres en mi corazón, creo en que tu diste tu vida por mi y resucitaste, te recibo dentro de mi corazón y te acepto como mi único y suficiente señor y salvador. Amen.
Si tu has hecho esta oración te felicito y te doy la bienvenida a la familia de Dios por último quiero decirte que todas las promesas que están en su palabra son alcanzables para sus hijos y tu eres uno de nosotros.
Dios te bendiga.
Fuente: www.centraldesermones.com