Biblia

El Interés que no aprovecha en la Biblia

El Interés que no aprovecha en la Biblia

El Interés que no aprovecha en la Biblia

“Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales sino porque comieron pan hasta llenarse.” Juan 6:26 (NVI)

En tiempos de elecciones los políticos intentan convencer a las multitudes que son la mejor opción. Y se afanan por lograr mayor cantidad de adeptos. Lamentablemente, se utilizan elementos de presión para lograrlo y por lo general cada acto político está lleno por el apoyo que la comida y la bebida provoca en las personas.

En Buenos Aires, es habitual que entreguen choripan y coca cola. En consecuencia aquellos políticos que tienen mayores recursos económicos son los que consiguen los actos con mayor asistencia. Y en cada acto, el discurso siempre trata de seducir al auditorio y se cuidan mucho de lo que dicen para no herir la susceptibilidad del público.

Jesucristo es totalmente lo opuesto. Su fama crecía en forma exponencial. Y luego del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, en lugar de ser seguido por cientos de personas, era seguido por miles. ¡Cualquier político hubiera deseado tener ese nivel de popularidad!

Y frente a la multitud que lo aclamaba, Jesucristo hace esta declaración: Me siguen porque les di comida. Se están equivocando. Y los enfrenta con su cruda realidad. En lugar de decirles palabras lindas para que lo continúen siguiendo, Cristo les declara la verdad. Ellos lo seguían por interés. Y ese tipo de seguidores a El no le interesaban.

Hoy no encontramos esta claridad de mensaje. Nos acostumbramos a tener un discurso poco ofensivo y conciliador, que intenta no ofender al auditorio para lograr que los que asisten a los templos lo sigan haciendo. Estamos igual que los políticos tratando de convencer con algún medio que se acerquen a escuchar palabras lindas. Y nos olvidamos del ejemplo de Jesucristo que nos muestra claramente que el fin no justifica los medios. A Él no le interesaba tener un auditorio colmado de interesados por un poco de pan. Pero nosotros medimos el éxito de un culto por la cantidad de personas que asisten, sin importar que tipo de mensaje estamos entregando.

Jesucristo fue bien claro en su exposición, y muchos se ofendieron por lo que dijo. Tanto que dejaron de seguirle. Hoy Cristo nos desafía a hablar con Su Verdad, a predicar el evangelio sin acomodar el discurso pensando que alguien puede ofenderse. ¿Hubieras seguido a Jesús o te hubieras ido a tu casa?

REFLEXIÓN — ¿De que lado estásí

Un gran abrazo y bendiciones