CUIDADO CON LO QUE HABLAS PARTE 2
CUIDADO CON LO QUE HABLAS PARTE 2
“LOS LABIOS DEL JUSTO SABEN DECIR LO QUE AGRADA.” (Proverbios 10:32)
Tus palabras pueden producir dos cosas: Primero, ánimo. Decía Ella Wheeler Wilcox: ‘Una palmadita en la espalda sólo se distancia unas vértebras de una patada en el trasero, pero el resultado no podría ser más alejado.’
Salomón escribió: “La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu” (Proverbios 15:4).
Cuando la vida se pone cuesta arriba, “.la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!” (Proverbios 15:23). La esperanza es el antídoto de la desesperación, y con ella las personas afectadas empiezan a creer que van a ser capaces de sobrellevar la situación.
Muchas almas heridas lograron salir de sus valles más oscuros gracias a una palabra de aliento. “Panal de miel son los dichos suaves, suavidad para el alma y medicina para los huesos” (Proverbios 16:24).
Los heridos de la vida son sanados con palabras de ánimo. Una sencilla tarjeta, un correo, una llamada; la Biblia llama a esos detalles “manzanas de oro con figuras de plata” (Proverbios 25:11).
Segundo, tus palabras pueden ser vehículos de salvación. “El fruto del justo es árbol de vida; el que gana almas es sabio” (Proverbios 11.30).
El mayor uso de tu lengua debería ser para hablarles a otros de Jesús. Él no necesita ser defendido, únicamente presentado. “Manantial de vida es la boca del justo.” (Proverbios 11:30).
Puedes hablar palabras de vida a los perdidos y ayudarles a cambiar su pasado, su presente y su futuro. Tus palabras también pueden ayudar a otros a madurar en su relación con Dios, porque “los labios del justo sustentan a muchos.” (Proverbios 10:21).
Por Bob y Debbie Gass,