Impactar vidas: un llamado ineludible

por Dr. Arnoldo Wiens

Apuntes Pastorales nació de el deseo de hacer un aporte concreto a la vida y el ministerio de quienes se encuentran sirviendo al pueblo de Dios. Por la gracia del Señor, Él ha permitido cumplir este objetivo en incontables líderes a lo largo y lo ancho del continente. Por esa razón, de los muchísimos testimonios recibidos, escogimos algunos para compartir en este número de aniversario.

Dr. Arnoldo Wiens – pastor, escritor y profesorParaguay



Aún recuerdo vívidamente mi primer contacto con Apuntes Pastorales. Fue precisamente el primer número, y llegó a mis manos en Buenos Aires. Estaba en aquellos años estudiando teología y trabajando como encargado de una obra misionera en Del Viso, en el Gran Buenos Aires. ¡No pudo haberme sucedido nada mejor! Tal fue su impacto que me propuse recibir siempre sus ejemplares, y prácticamente tengo ordenados en mi archivo casi todos los números publicados (incluso ese primer ejemplar, hoy ya amarillento). Además, desde hace más de seis años me honra ser distribuidor de Apuntes Pastorales en mi país.


Esta publicación ha tenido un profundo, constante y equilibrante efecto en mi vida y ministerio. Tengo la dicha de ser hijo de pastores y de haber vivido en carne propia, por medio del ministerio de mis padres, muchas de las vivencias narradas y analizadas en muchos artículos de Apuntes. Por eso ha sido mi inspiración, consuelo y guía en muchas ocasiones. ¡Cuántas veces las experiencias y opiniones vertidas expresaban precisamente el latir de mi corazón! Ha sido un instrumento muy importante en mi identidad espiritual personal.


Además, para mi ministerio —el pastorado y la dirección de un centro de medios de comunicación cristiano— Apuntes Pastorales ha sido una indescriptible ayuda y herramienta. Algunos artículos, recuerdo, llegaron en momentos muy especiales; por ejemplo: «Tengo que seguir» —el cual llegó en un tiempo de desierto ministerial, y «Disciplina en la Iglesia», cuando era necesario reorientarme con respecto a casos concretos en la iglesia.


He podido igualmente recurrir a muchos de los artículos para preparar mis clases en los seminarios e institutos bíblicos, o para la formación de líderes en las iglesias, en mi hogar con mi esposa e hijos… Apuntes Pastorales es una herramienta muy importante para mi vida y ministerio. Por ello deseo que la mayor cantidad de líderes y pastores sean sus asiduos lectores. La huella espiritual y ministerial que deja en cada siervo del Señor es imborrable. Gracias a Dios por los consiervos que nos han bendecido en estos veinte años de trabajo. ¡Dios los bendiga a todos ellos, y que puedan seguir dando este aporte sustancial a la extensión del Reino de Dios en la tierra!



Pr. Samuel Marcano – pastorVenezuela



Cuando pienso en Apuntes Pastorales la relaciono con un amigo de ministerio que me ha acompañado a lo largo de varios años. Podría comentar mucho sobre esta amistad literaria pero prefiero compartir tres experiencias puntuales con el fin de ilustrar el grato beneficio que ha traído a mi vida esta herramienta ministerial.

Cuando ejercía mi segundo año de ministerio pastoral en la iglesia donde actualmente ministro, experimenté un agotamiento extraordinario. No me había dado cuenta de la cantidad de actividades que deseaba hacer a la vez: reuniones, entrenamientos, predicaciones, enseñanza, visitas, producción de materiales educativos, asesoramientos, ¡en fin! Para morirse. Mi cuerpo ya no aguantaba más, ni mi familia tampoco. Por supuesto llegó el momento en que colapsé. No había tomado vacaciones en dos años debido a la gran cantidad de actividades a las cuales me había sometido por iniciativa propia.

Un domingo, después de un culto agotador, tomé una revista de Apuntes Pastorales y me topé con un artículo llamado «¿Estamos trabajando en exceso o el problema es otro?» del hermano Donaldo Gerig. Fue como tomar un vaso de agua en pleno desierto. Al leer con detenimiento el artículo pude darme cuenta de que estaba cometiendo un grave error. No estaba enfocado en las prioridades de la iglesia ni estaba siendo consecuente con los dones específicos que el Señor me dio. Tomé las recomendaciones del hermano Gerig en cuanto al rendimiento del tiempo y el establecimiento de prioridades y el resultado pronto se pudo apreciar tanto en mi cuerpo, como en mi familia y la iglesia. De eso hace ya seis años. Agradezco al Señor por ayudarme a corregir a tiempo este error de enfoque en el cual andaba.

En otra ocasión, algunos hermanos de la iglesia estaban inquietos por la práctica de lo que se ha dado a llamar «Guerra Espiritual». Algunos programas cristianos producidos en una televisora por satélite mostraban un fuerte énfasis en este tema. Dos líderes de la iglesia asistieron a un seminario donde el tema fue expuesto, e incluso se ofreció entrenamiento para desarrollar en las iglesias ministerios de «Guerra Espiritual Estratégica». Recordé que había un artículo en Apuntes Pastorales denominado «La verdadera Guerra Espiritual» y lo incluí como lectura de apoyo en un estudio bíblico que estaba dando a los líderes. El efecto fue impactante. El Dr. Juan Kesler, sin apasionamientos, desarrollaba en este artículo una perspectiva bíblica balanceada sobre lo que realmente significa la guerra espiritual. Los líderes pudieron compartir este escrito con otros miembros de la congregación y en poco tiempo casi todo el liderazgo de la iglesia compartía una perspectiva más sana del tema. Sin controversias ni imposiciones, la preocupación se esfumó como el humo.

Finalmente y después de notar la necesidad que tienen las iglesias pertenecientes a la organización en la cual estamos asociados desarrollen una misma visión de crecimiento, hemos diseñado un programa de formación ministerial. Consiste básicamente en ofrecer siete temas esenciales para el fortalecimiento de los creyentes y que describen a una iglesia madura, los cuales se ofrecen en un formato dinámico para el estudio en grupos pequeños como estudios bíblicos inductivos, reforzados con artículos de la revista Apuntes Pastorales, los cuales constituyen el «plato fuerte».

El efecto ha sido sorprendente. Convocamos a los pastores y líderes a seminarios intensivos de tres o cuatro días donde el tema es expuesto y analizado con profundidad. Posteriormente, quienes han sido entrenados, de regreso a sus iglesias forman grupos pequeños y comparten el mismo material durante un tiempo de cuatro a seis meses. Incorporan en estos grupos pequeños a pastores y líderes de otras iglesias cercanas, para que ellos a su vez sean facilitadores en sus congregaciones. Para algunos pastores este es el único entrenamiento ministerial recibido en toda su vida y lo llaman su «Instituto Bíblico». De esta manera, lo que empezó como un deseo de ayudar a las iglesias de nuestra organización, ahora ha llegado a ser un recurso de apoyo que ha alcanzado a más de trescientas iglesias a nivel nacional y unas cincuenta en un país hermano.

Una revista es una publicación periódica compuesta por una colección de artículos, pero cuando esos textos son elaborados por personas que se encuentran en nuestro mismo campo de batalla y puede hablarnos desde su corazón directamente al nuestro, entonces no estamos ante una revista común y corriente. Estamos hablando de vidas en transformación, comunicando alegrías, tristezas, éxitos y derrotas a millones que luchan en todo el continente hispano con los mismos conflictos. En mi opinión, aquí radica el impacto que ha tenido esta revista en mi vida, mi familia y mi ministerio. Por eso mi oración es que Dios se siga sirviendo por muchos años más de herramientas como esta, para el bien de todo el liderazgo hispano.

Pedro Lapadjian, Pastor y EvangelistaUruguay



Hace veinte años, cuando era seminarista, recibí por primera vez un ejemplar de Apuntes Pastorales en un congreso para líderes y pastores en la ciudad de Córdoba, República de Argentina. En esa oportunidad me suscribí a lo que a mi entender, es la revista más importante para líderes cristianos que circula por el continente.

No sé si poseo todas las revistas publicadas pero las que tengo, las conservo como un tesoro. Desde la época en que se imprimía únicamente en dos colores (blanco y negro), hasta las recientes publicaciones llenas de color, les asigno el mismo valor y aunque el formato ha cambiado con el tiempo, siempre ha mantenido el nivel de excelencia en su contenido. Por eso a lo largo de los años he podido recurrir a ella en busca de riqueza espiritual y conocimientos.

Tengo todos los artículos procesados y clasificados por tema y autor, y bastarían cinco minutos para encontrar material de consulta sobre cualquier asunto que me propongo investigar.

Uno de los aportes más significativos para mi vida, es que me ha ayudado a sentirme acompañado en las convicciones teológicas y praxis cristiana. En medio del abanico de expresiones doctrinales que invaden la Iglesia, sus artículos han sido voceros de una línea con la que muchos nos sentimos identificados.

En este sentido, sus editores también me brindaron la oportunidad de escribir y expresar mis pensamientos; para mí es una forma de retribuir lo recibido. Esto, desde un país que muchas veces es olvidado en el contexto evangélico.

Igualmente, entre las muchas bendiciones recibidas, resalto la oportunidad de conocer y entablar amistad personal con Randy, a quien admiro y valoro por su autenticidad, humildad y vocación por servir al liderazgo en América Latina.

Agradezco a quienes, a lo largo de los años, han hecho posible esta publicación, pues invierten en aquellos que de corazón sincero, sirven a «quien nos salvó y llamó con llamamiento santo». Algunos de ellos tienen ministerios conocidos y otros son siervos anónimos. Mas lo importante es que cumplen la labor de proclamar fielmente el genuino mensaje del evangelio y edificar la Iglesia. ¡Adelante! ¡Dios renueve vuestra visión espiritual para que este ministerio beneficie a mayor cantidad de pastores y líderes!



Marcos Witt – pastor, escritor y músicoTexas, EE.UU.



Hace muchos año leí mi primer volumen de Apuntes Pastorales. Recuerdo que me habían regalado varios ejemplares y los comencé a hojear rápidamente. En un par de minutos quedé «enganchado» con el material y rápidamente descubrí un artículo que me llamó mucho la atención. Cuanto más hojeaba, más me convencía de cuán importante era esa revista; no se trataba de otra publicación como muchas, sino de una con gran contenido, excelencia y profundidad.

Hay un dicho que he repetido en muchas ocasiones: «Líderes son lectores y todo lector será líder». Apuntes Pastorales nos está ayudando a ser mejores líderes y mejores lectores. Si lo desarrollamos seremos mejores líderes.

En un tiempo donde muchos afirman que el hispano no lee, me goza saber que la circulación de Apuntes Pastorales ha crecido, para demostrar así lo contrario. Y además, esta opción de lectura resulta de gran calidad y confiable contenido, que gustosamente la devoramos.

Por eso estoy agradecido al Señor por los colaboradores de Apuntes Pastorales, porque siempre han mantenido un compromiso con la excelencia y la responsabilidad literaria. Es loable el esfuerzo para ayudar en la labor de fortalecer el liderazgo iberoamericano.

Como seguidor de Jesús, me ha ayudado a conocerlo mejor. Como pastor, he encontrado ayudas prácticas y relevantes a mis inquietudes. Como líder, me ha ayudado a entender mejor cómo funciona el liderazgo. Como escritor, me ha motivado a mantener un estándar alto de responsabilidad literaria. Como comunicador, me ha servido como fuente de ejemplos, anécdotas e historias que me ayudan a relatar los principios que comunico con mayor efectividad.

Por todo esto le doy gracias a Dios por Apuntes Pastorales. Mi deseo es que siga creciendo su circulación e influencia en todo el mundo. Es un honor para mí ser parte de Apuntes Pastorales, aunque sea con un pequeño aporte. Es con todo mi corazón que recomiendo y apoyo esta hermosa e importantísima visión.

Gabriel Benítez. Pastor, escritor y dibujanteArgentina

Apuntes TelúricosPor Gabriel Benítez

Pa’ la gente que yo educocomo cristianos, sabráver Testigos de Jehováera como ver al cuco.


—Que te marean con trucosy biblias mal traducidas;los pastores advertíanno le harán teclear la fe,pero seguro que a usted le harán quemar la comida.


Paraditos en la puerta como huevo de heladerainsistían desde afuerahasta lograr que esté abierta.


Y a aquel sin mente despierta con poca Biblia y al aireme le daban cada baile;más de uno los vio en el barrioy como no fue al seminariode adentro gritó —«no hay nadie».

De anillo al dedo me vinopara acabar con la afrentaallá en los años setentaese libro «cual camino»tras de la puerta, bien ladino con mi peor cara de pillomirando por el rabillosi algún «testigo» se asoma


Como Nerón miraba a Roma con un fósforo en el bolsilloIgualito a las gallinasni bien pusieron un huevocacareábamos malevoscon orgullo la doctrina.


Se discutió con inquina,se combatió a los «testigos»como a un feroz enemigo,pero fue en vano la guerradiscusión a cara e’perrapero ningún convertido.


En apuntes pastoralespor suerte tiempo despuéssalió una nota que fuela panacea a los males.


De cómo hablar a los talestan singulares «testigos»con un respeto de amigossin ofender y en amor.


Y da fe un servidor:ya vi a varios convertidos.


Supimos no era la pistade ir como chancho al maízy darles por la narizno es de buen evangelista


Si no tenés la revistaen que se explica la acciónte mando mi direcciónlápiz, hoja, anotáanahuel arroba ciudady antes de ar punto com.