por Janis Long Harris Marriage
Todos conocemos los estereotipos sobre las mujeres y el sexo: están menos interesadas que sus maridos en el sexo, prefieren los aspectos románticos a los físicos y se encienden por el tacto más que por la vista.
Todos conocemos los estereotipos sobre las mujeres y el sexo: están menos interesadas que sus maridos en el sexo, prefieren los aspectos románticos a los físicos y se encienden por el tacto más que por la vista. Pero hay preguntas importantes que pocos realizan: ¿cuán importante es la atracción física para la elección de su pareja en la mujer? ¿Cuán prioritaria es la apariencia de sí misma? y ¿cómo inciden los niños en la sexualidad de la pareja? Fueron entrevistadas cuatro mujeres entre los treinta y cincuenta años de edad, representantes de diferentes circunstancias de vida, con el fin de que discutieran el aspecto sexual del matrimonio. Las participantes son: Bárbara, casada por treinta y cinco años con Ricardo, Carolina, casada por quince años con Esteban, Cristina, casada por catorce años con Gregorio y Andrea, casada por doce años con Marcos. A continuación lo que ellas dijeron:¿Qué tan importante fue el aspecto sexual en la elección de tu marido? Bárbara: No busqué intencionalmente a alguien que me atrajera sexualmente, pero me sentí fuertemente atraída a Ricardo desde el comienzo. La atracción física fue, y aún lo es mucho, un factor importante en nuestro vínculo uno con el otro. Carolina: Yo casi hice lo opuesto. Siempre busqué salir con chicos que me atrajeran físicamente. Pero cuando encontré a Esteban, no fue una gran cosa. El era muy amigable y muy divertido, y mi gusto por él fue creciendo. Cristina: Yo no quería casarme con un hombre solo porque me atrajera físicamente. Cuando fui adolescente leí un montón de libros sobre cultura oriental. Descubrí que la mayoría en el mundo no basaban su elección para el matrimonio en el romance y en la química sexual, sin embargo el porcentaje de matrimonios que eran felices era similar a nuestra cultura. También fui influida por una mujer que en sus setenta años me dijo que no me debía cegar por alguien y casarme. Así que yo quise asegurarme de que no solo la atracción sexual fuera la única razón para casarme. Es decir, la atracción física es un asunto, pero no el más importante. Andrea: Tampoco lo fue para mí, aunque de hecho mi esposo Marcos tiene muy buena apariencia. Recuerdo que la primera vez que lo vi pensé: «Oh, es demasiado bonito para mí.» Pero al mismo tiempo, no me sentí atraída sexualmente hacia él por su aspecto. Prevalece el estereotipo de que los hombres se interesan más en el aspecto físico del sexo, mientras que a las mujeres les interesa más el romance. Sin embargo se han realizado estudios que dicen que a medida que las mujeres son mayores, se vuelven más interesadas en el aspecto físico. ¿Cómo ven esto en sus propias experiencias? Bárbara: Definitivamente el sexo cambia después de treinta y cinco años de matrimonio. Para mí ha sido un tema de crecimiento, ambos por separado y juntos. Ni Ricardo ni yo habíamos estado involucrados sexualmente con otro antes de nuestro matrimonio, y fue muy divertido el ir conociéndonos uno al otro y crecer juntos sexualmente. Especialmente después de que los niños crecieron hay mucho más placer en el aspecto físico del amor. A veces no hay mucho romance, pero solo el aspecto físico del amor es maravilloso. Por supuesto, para mí, el área emocional también es importante. Las cosas tienen que andar bien entre nosotros. Creo que los hombres no necesitan hablar de estas cosas con sus esposas de la misma manera que nosotras. Yo sí, siempre he sentido la importancia de hablarlas. Entonces, no ves tensión entre romance y sexo físico, pero sí en medio de una buena relación. La relación tiene que ser buena. Bárbara: Para mí, sí. Necesito saber que las cosas están bien entre nosotros para poder gozar del sexo. Cristina: Yo diría lo mismo. Yo estoy, mucho más que Gregorio, orientada hacia la relación cuando hacemos el amor. Para que nuestra relación sexual sea buena, nuestra relación emocional debe ser buena. Si aún estoy recordando una pelea, siento como: «¡No me toques, todavía estoy enojada!» Andrea: Yo siempre estoy en el lado opuesto. Siempre que leo sobre cómo a los hombres les interesa el sexo y a las mujeres el romance, siento que no comparto la idea. Especialmente cuando era joven, el sexo no era más que una cosa física. Ahora está más ligado a nuestra área emocional, pero aún puedo enojarme y a las dos horas estar bien. Pero Marcos se inclina más a querer solucionar primero las cosas. Así que primero tenemos que arreglar el problema. Para ambos, ahora, el romance es mucho más importante porque tenemos un niño pequeño. No hace mucho nos hicimos una pequeña cita, e hicimos el encuentro muy romántico con flores y velas. Mi esposo fue el único que dijo: «Necesitamos hacer esto más seguido.» Así que siento que crecimos juntos y que estamos en el mismo camino en cuanto a nuestras necesidades físicas y de romance. Carolina: Yo tampoco encajo en el estereotipo. Cuando recién nos casamos, Esteban estaba mucho menos interesado en sexo que yo. Eso fue un problema. Tuvimos que recibir consejería porque no podíamos resolverlo solos. Yo tampoco estoy interesada solo en el sexo. Necesito que todo esté bien entre nosotros. Pero cada vez que leo uno de esos artículos que dicen que los hombres quieren tener sexo todo el tiempo, pienso: «¿Dónde están esos hombres? Estoy segura de que no estoy casada con uno de ellos.» Esto nos lleva a otra pregunta: ¿Cómo difieren de sus esposos en términos de un interés general sobre el sexo y la frecuencia de este? Cristina: Inicialmente, mi esposo se interesa más en el sexo que yo. Yo estoy muy alerta de estar cansada. Si él sugiere un encuentro romántico al final del día, yo no puedo y pienso: «Yo solo quiero dormir.» Es sólo la motivación inicial, pero ¡puedo ser inspirada! Bárbara: La fatiga también es un factor para nosotros. Parte del hecho es que soy una persona de día. Me despierto temprano en la mañana, pero a las diez de la noche, ¡mi rostro se cae! Mi esposo está aún holgadamente despierto hasta la una de la mañana. Así que finalmente le dije: «Si realmente estás interesado, me lo tienes que hacer saber antes de las diez de la noche. A menudo él es el iniciador. Al menos así fue al comienzo de nuestro matrimonio, tal vez por los estereotipos sobre el hombre y la mujer. Pero después que crecieron nuestro hijos, fue más mutuo. No importa quién lo inicia. Andrea: Siempre quise sexo con mucha más frecuencia que Marcos. Ambos sabíamos cuál era nuestro ideal en cuanto a frecuencia y actualmente estoy más cerca del tiempo de Marcos, especialmente porque ambos estamos muy ocupados. Tenemos un pequeño y muchas veces estamos realmente cansados por la noche o, como la otra noche, planeamos llegar a casa a una hora pero nos retrasamos y llegamos exhaustos. Esto no me gusta, pero supongo que será así hasta que nuestro niño crezca. ¿De qué manera sus sentimientos sobre el sexo fueron afectados una vez que tuvieron niños? Andrea: Yo sufrí esto mientras amamantaba a mi bebé, porque consume el tiempo y es muy agotador. Repentinamente no quería demasiado sexo. Ahora las cosas están retornando a ser como yo sentía antes, pero es diferente. Mi relación con mi esposo está algo diluida porque hay otra atadura emocional con nuestro niño. Además, estoy más cansada, porque este pequeño está corriendo todo el día. Bárbara: Es verdad que los niños afectan tu vida sexual. Ricardo y yo terminamos en el síndrome de un encuentro semanal después que nació nuestro primer hijo, y eso no nos satisfacía a ninguno de los dos. Pero a medida que el niño creció, hicimos arreglos para encontrar tiempo y crear las oportunidades. Hacer una cita con tu esposo es realmente importante. Aún lo hacemos, aunque ahora solo estamos los dos en casa. Conscientemente tienes que decir: «Este es nuestro tiempo y esta es nuestra noche para estar juntos.» Andrea: Para mí, la anticipación tiene una gran contribución para el placer en el sexo. Por eso quiero saber que esta será la noche. Pero a menudo, se frustran los planes porque los niños aparecen con algo. Puedes planear sexo pero el bebé se enferma. Entonces me siento confundida y frustrada. Así que no sé si es bueno planificar o no. Pero realmente para mí idear el momento me da mucho placer. Carolina: Me recuerdo diciéndole una vez a mi mamá: «Estamos tan cansados. No tenemos tiempo.» Y ella me respondió: «Bueno, nosotros siempre nos hicimos tiempo para las cosas que eran importantes.» Mi madre tuvo ocho niños, ¡así que obviamente mis padres daban tiempo para el sexo! Cuando tienes demasiadas cosas en las manos, tienes que decirte: «¡Este será mi horario! ¡Esto será parte de mis prioridades en mi lista de cosas!» ¿De qué manera resulta afectado su matrimonio cuando no hay sexo en la medida que ambos quieren? Bárbara: Frecuentemente afecta la manera en cómo yo me siento respecto de mí misma si a menudo no tengo sexo. Si no tenemos sexo a menudo, no me siento femenina, deseada o apreciada. Este me hace sentir amada. Carolina: Como mi esposo no está tan interesado como yo, hacemos la siguiente broma. Si no tenemos sexo un cierto número de veces en la semana, digo que él está ¡caído! (risas) Después de algunas semanas le digo: «Tú sabes que estuviste cuatro veces caído. Una semana, ¡vas a tener que hacer que se levante!» (risas) Es como una cuenta bancaria emocional. Haces depósitos emocionales y luego retiras. Si no hay suficientes depósitos emocionales, entonces hay déficit en el balance. Andrea: Hay tres elementos que se relacionan entre sí que afectan el sexo: el relax del estrés, que estés emocionalmente bien y la conexión entre ambos. Me he dado cuenta que cuando Marcos y yo no tenemos sexo a menudo, comenzamos a echar chispas uno contra otro. Y esto comienza a interferir en la relación. Esto va en dos direcciones: si hay algo mal en la relación, no estamos tan interesados en el sexo. Pero si no estamos teniendo buen sexo, comienza a afectar la relación. Al menos es así para nosotros. Carolina: El sexo es algo así como el pegamento, lo que relaciona y mantiene todo junto. Es cierto que no es lo más importante en el matrimonio, pero es la cobertura de la torta. Si no está allí, si el sexo no está mutuamente planeado y practicado satisfactoriamente, las cosas no andan bien, no están completas. En nuestra sociedad, estamos rodeadas de imágenes de hombres y mujeres que tienen cuerpos perfectos. ¿De qué forma afecta sus vidas sexuales la imagen que tienen tanto de su propio cuerpo como de su esposo? Cristina: Cuando estaba embarazada, no me sentía como la criatura más atractiva de la tierra, y eso afectó mi nivel de interés sexual. Y a medida que envejezco, me he vuelto más atenta a esas espantosas cosas como la celulitis. Así que exclamo: «¡Cuando tenga setenta y cinco años, querré seguir teniendo vida sexual?» Bárbara: Supongo que porque mi peso realmente no cambió mucho y porque nunca me vi a mí misma demasiado esplendorosa, la imagen física nunca me importó demasiado. Pero cuando Ricardo se puso muy gordo, traté de que perdiera peso. Ya no era atractivo para mí, y además yo sabía que los kilos de más no son saludables. Así que le dije: «Realmente quiero que pierdas peso porque no quiero ser una viuda antes de que deba serlo.» Adelgazó. Y después cuando perdió treinta kilos y puse mis brazos a su alrededor, ¡fue como estar con un hombre diferente! Necesitas saber lo que sientes. Dije: «!Hey!, enciende la luz. ¡Quiero estar segura de que eres tú!» (risas) Pienso que él es lindo ahora. Una vez que mi esposo perdió peso estuve más interesada en el sexo otra vez. Eso es interesante, porque el estereotipo es que los hombres se encienden más por el estímulo visual y que las mujeres lo hacen por las caricias. Pero para ti, fue importante que tu esposo se viera bien. Andrea: Marcos me hace bromas sobre mis carnes: «¡Oh!, has conseguido algo más de carne.», como si le gustara. Pero hemos hablado de ello y hemos acordado que ninguno de los dos nos sentimos bien cuando engordamos; y tampoco nos sentimos atraídos uno por el otro. Yo no me siento atractiva cuando tengo sobrepeso. Y me molesta que Marcos engorde. Así que ambos acordamos que cada uno cuidaría de mantenerse en forma. Pero después de los embarazos, aparecieron algunos cambios que no me gustaron y tampoco a Marcos. Tengo que reconocer que me molesta el no tener el cuerpo tan lindo como lo tenía antes de la maternidad. Pero esto es así, nuestros cuerpos no van a ser lo mismo en la medida en que envejecemos. Bárbara: Saben, yo realmente me sentía hermosa cuando estaba embarazada y mi esposo pensaba lo mismo. No sé por qué. No gané muchos kilos en mis embarazos así que creo que esto ayudó, pero me sentía muy bien y muy sexy también. Cristina: Les puedo contar que Gregorio estaba bastante gordo durante mis embarazos, y yo estaba más interesada en el sexo que él, por lo menos hasta antes del último tiempo cuando me sentía completamente indeseable e incómoda. Después de que tuve al bebé, sabía que me veía horrible, tenía todo flojo y me colgaba. Pero Gregorio, casi inmediatamente quiso comenzar nuevamente nuestra vida sexual. Yo pensé: «¿Cómo puedes estar interesado en este cuerpo?» Carolina: Tengo una amiga que está casada con un hombre que es mayor que ella unos dieciocho o diecinueve años. Recuerdo cuando estuve en su boda y pensé: «¿Cómo puede estar ella atraída físicamente hacia ese hombre?» Sin embargo mi amiga amaba mucho a su esposo. Debe haber algo en la percepción del aspecto físico cuando amas de verdad a la otra persona. Hablando de la edad, ¿creen que las arrugas se empiezan a ver bien, o que su visión comienza a cambiar? Andrea: Nunca me sentí atraída por la flacidez, pero a medida que aparecen las arrugas y signos de la edad, parece ser que no me molestan ni a mí ni a mi marido. Hace algún tiempo, se inició su calvicie y pensé: «Bueno, ¡allí va su hermoso cabello!» No sabía cómo iba a sentirme ante él, pero me di cuenta de que no importaba. Tal vez porque sabía que él no podía hacer nada al respecto. Pero los kilos de más sí me molestan, tal vez porque eso es de control humano. Si fueran a decir a los hombres algo sobre la sexualidad de la mujer, algo que ustedes piensen que la gente tiene que saber para estar más alertas, ¿qué les dirían? Carolina: El estereotipo de que los hombre tienen más empuje por la sexualidad o que son más apasionados sexualmente que las mujeres, es totalmente erróneo. Sí creo que las mujeres tienen un disparador diferente. Parece que cuando los hombres están en la etapa del cortejo hacen todo emocionalmente bien para encender a la mujer. La etapa del galanteo encierra mucho de admiración, amor y el querer a la otra persona en todas sus formas. Si los hombres se dieran cuenta, pueden volver a encender ese tipo de admiración de la mujer, no solo el romance, porque hay algo más, también hay adoración pasional. Esa esposa sería también igualmente apasionada. Creo que el disparador para la mayoría de las mujeres es la cuenta en el banco emocional, dónde te encuentras en términos de la relación. Las parejas que conozco que están muy unidas son las que parecen estar conectadas en ese nivel. Parecen especialmente íntimos. Pienso en los padres de una amiga, por ejemplo. Tiene treinta y nueve años de estar casados, y puedes ver que están enamorados uno del otro. Hay algo en la manera como se miran y como se acercan uno al otro. Creo que ese es el nivel en que los hombres pueden introducirse más en la sexualidad de la mujer. Andrea: Para mí es importante que nuestra relación sexual se construya sobre algo más que mero acto sexual. Esto es algo en lo que Marcos y yo estamos trabajando. Yo necesito abrazos, tomarnos las manos, diferentes maneras de interacción física que no necesariamente desemboquen en sexo. Estoy empezando a descubrir la gran importancia que tienen para mí estas cosas en el paquete total. Tal vez la clase de intimidad física es más importante para las mujeres que para los hombres. Bárbara: Creo que el mejor sexo se da dentro de la totalidad de una buena relación; no es solo intimidad emocional, sino también social, de recreación o intelectual. Hay intimidades en las que uno va creciendo, y cuando tienes una relación muy enriquecedora, compartes muchas de esas áreas íntimas.
Dirigido y escrito por Janis Long Harris Marriage. Tomado de Partnership Invierno, 1993. Usado con permiso.