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Proverbios V; La insensatez

Proverbios V; La insensatez

por Desarrollo Cristiano

Serie de bosquejos basados en el libro de Proverbios.

Introducción

Las personas que prefieren juzgar, y no confesar sus pecados concederán, sin embargo, que cierta acción reprochable fue estúpida, trágica, miope, equivocada, desafortunada, mal calculada, errónea, lamentable, o fuera de lo establecido. Es como aquel ejecutivo que estafa y le roba a miles de personas los ahorros de sus vidas. Al ser arrestado, el ejecutivo confiesa que cometió «un error de juicio» o tuvo un «comportamiento inadecuado». A pesar de los ridículo y cobarde de su disimulo, el criminal, sin embargo ha admitido de manera importante que hizo mal: ha admitido que no hizo lo debido, que fue, en una palabra insensato. No aceptará que ha sido un bribón, pero se siente obligado a aceptar, de hecho, que ha sido un necio.


El camino de la insensatez es el más transitado porque es fácil de llevar, si se sigue astutamente, atrae a la gente.


Por otro lado, pensemos en la Iglesia del Señor, que fue concebida para iluminar. No para deslumbrar ni para iluminarse a sí misma, sino para actuar como un candelabro, para manifestar a Cristo. Hoy día, a causa de la necedad, muchas iglesias deslumbran cuando tienen que iluminar. (Véanse los ejemplos de Apocalipsis 2 y 3)


Hablando de necedad, el sermón del monte previene en cuanto al trato a las demás personas, especialmente al llamar a alguien con el término necio. (Mt. 5.22) Para el Señor Jesús tratar a alguien de insensato, es decirle a esa persona que no tiene valor. Tanto así que lo pone al mismo nivel que el adulterio y el asesinato. Como consecuencia condena la manera en que se trata a las personas.


Y, ¿entonces? ¿Qué hacemos con las personas necias? ¿Con los cristianos insensatos?



Contexto


El libro de Proverbios nos demuestra cómo discernir y tratar el carácter de las personas insensatas.


Los escritores bíblicos conciben al pecado como la principal clase de insensatez. Y consideran que si una persona confiesa su insensatez, y luego, admite que es culpable de ella, lo que ha hecho es confesar su pecado. Eso nos motiva a meditar en la manera tan superficial con la que muchas personas tratan el pecado, tanto que en algunas iglesias ya no se habla de pecado ni del arrepentimiento. Es como la persona que admite que el haber robado dos paquetes de baterías del estante de un supermercado fue «inadecuado» o un «error de juicio».


Este estudio nos ayuda a entender y analizar la estrecha relación entre insensatez y pecado. También, nos muestra como ayudar a las personas que deambulan en la insensatez.



I. La asociación con personas insensatas es imprudente y desagradable.


A. Evite el contagio


1. Le puede disminuir sus capacidades.


La asociación con una persona insensata causa la disminución de capacidades intelectuales, especialmente en el discernimiento entre la verdad y el error, la sabiduría y la locura.


«Deja la compañía del necio, pues no hallarás saber en sus labios» (14.7).



Si después de tratar con el necio no has podido reconocer en sus palabras alguna inteligencia; por tanto; aléjate de su compañía y no pierdas el tiempo con él.


2. Puede estar atrayendo su propia destrucción. Una persona insensata está limitada por su propia destrucción, y es inevitable que destruya todo lo que esté en trayectoria.«El necio que cree tener la razón es más peligroso que una osa que defiende a sus cachorros.» (17.12, BLS)


3. El burlador es la peor forma de insensato, debe ser evitado y mantenido lejos. Tiene el carácter que provoca discusiones y riñas. Es inútil intentar reconciliarse con el arrogante: la única solución es que se vaya. Con él se marchará su cortejo nefasto.


«Echa al insolente: se irá la contienda y cesarán riñas e insultos». (22.10)



B. Asociaciones peligrosas.


1. Casamiento con una persona insensata.


Toda persona debe tener cuidado de no casarse con una persona insensata. No hay peor desgracia. Casarse con una buena persona es de bendición. (31.10-31) Abigaíl estaba casada con un insensato. (1Sm. 25) El Señor tuvo misericordia de ella al permitir que Nabal muriera.



2. Emplear a una persona insensata.


Emplear a una persona insensata puede ser una tragedia.


«Enviar como mensajero a un tonto da lo mismo que no enviar a nadie.» (26.6, BLS)


«Tan peligroso es que lances piedras al aire, como que a un tonto le des trabajo en tu casa.» (26.10, BLS)



C. La insensatez es inherente en los niños.


En la niñez no se es naturalmente bueno ni sensato, algo en su interior responde fácilmente a estímulos malignos. Se diría que le nace de dentro la tendencia torcida, como si le hubieran atado al corazón de la necedad. La ignorancia y la necedad acompañan al niño desde la infancia. Por eso es necesario la corrección dolorosa, como principio saludable.


«La necedad se pega al corazón del muchacho; la vara de la corrección se la apartará». (22.15)



Proverbios ofrece esperanza a los padres de que la insensatez será curada si es detectada temprano, aplicando una disciplina diligente. Es responsabilidad de los padres saber ocuparse de la insensatez de sus hijos. Se tiene que ser optimista el muchacho es necio, sí, pero es corregible.



D. Los necios deben ser tratados en forma de diferente que los sabios.


No podemos tratar a todas las personas de la misma manera. Nuestro trato hacia ellas se debe basar en la clase de carácter que han demostrado.


«Si corriges a los burlones, sólo ganarás que te insulten; si reprendes a los malvados, sólo te ganarás su desprecio. No reprendas a los burlones, o acabarán por odiarte; mejor reprende a los sabios, y acabarán por amarte.» (9.7-8, BLS)


«No te pongas al nivel del necio, o resultará que el necio eres tú. Pon al tonto en su lugar, para que no se crea muy sabio.» (26.4-5, BLS)



II. Las características del insensato


A. El necio es malvado (injusto).


El insensato no quiere nada con lo santo, lo recto, lo bueno; persiste en la maldad.


«Deseo cumplido es dulce al corazón, para el necio es odioso apartarse del mal» (13.19).


Apartarse del mal es cosa buena, debería ser dulce al cumplirse, pero es demasiado pedírselo al necio. El lo encuentra repugnante y prefiere seguir su mal camino. No es capaz de imaginarse y saborear por anticipado la dulzura que le traería la buena conducta. Su necedad el condena a seguir su mal camino.


«El necio se divierte haciendo trampas, el hombre prudente es hábil». (10.23)


«Los necios se burlan de la culpa, los rectos disfrutan el favor». (14.9)



B. El insensato es imprudente.


A través del libro de Proverbios, el necio es la contraparte del sabio, así como la sabiduría se contrapone a la locura. El insensato no posee sabiduría, no puede obtenerla.


1. El insensato no posee sabiduría:


«Labios honrados apacientan a muchos, los necios mueren por falta de juicio» (10.21; cf. 1.20-33).


2. El insensato no es capaz de obtener sabiduría:


«De qué le sirve al necio tener dinero para comprar sensatez si no tiene seso? (17.16).


«El cínico busca sensatez y no la encuentra, el saber es fácil para el inteligente» (14.6).


«La sensatez es demasiado para el necio: no abrirá la boca en público.» (24.7).



Según los versículos anteriores, el insensato no tiene ninguna capacidad para la obtención de sabiduría. Podría decirse que no tiene inclinación a ella. Tal vez, puede buscar sabiduría pero es incapaz de reconocerla o de conservarla.



3 El insensato no desea la sabiduría, si la encuentra la rechazaría.


«El temor al Señor es el principio de la sabiduría, los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.» (1.7; cf. 1.22).


«El hombre inteligente procura saber, la boca del necio se apacienta de necedades» (15.14)


«El necio no ama la discreción, sino publica lo que piensa.» (18.2)


«No hables a oídos insensatos, porque despreciarán tus sensatas razones.» (23.9)



C. El insensato es poco realista.


El necio no puede ver las cosas como son. Tuerce la realidad por la desviación que tiene en su vida.


1. El necio es poco realista en cuanto a su conocimiento y capacidades. Podría decirse que es una persona fanfarrona que se considera superior, se arroga derechos, desprecia a los de arriba y a los de abajo.


«Quien actúa con pasión e insolencia tiene fama de insolente, fanfarrón y cínico.» (21.24).


2. El insensato es poco realista en cuanto a la vida. Cree que las cosas son fáciles de obtener.


«De qué le sirve al tonto el dinero, si no tiene entendimiento; ¡la sabiduría no se compra!» (Pr. 17.16, BLS).


3. El insensato se despreocupa por la realidad.


«El prudente se orienta por la sensatez, el necio mira a las musarañas» (17.24).


4. Podemos construir una ficha del necio en su actitud arrogante. Nótelo en los siguientes versículos de la versión BLS, esté atento las palabras en cursiva:


«Ustedes, jovencitos sin experiencia, enamorados de su propia ignorancia; y ustedes, jovencitos malcriados, que parecen muy contentos con su mala educación, ¿seguirán siendo siempre así? Y ustedes, los ignorantes, ¿seguirán odiando el conocimiento? (1.22)


Dios se burla de los burlones, pero brinda su ayuda a los humildes. (3.34)


Si corriges a los burlones, sólo ganarás que te insulten; si reprendes a los malvados, sólo te ganarás su desprecio. (9.7)


El hijo sabio acepta que su padre lo castigue; el hijo malcriado no permite que le llamen la atención. (13.1)


El malcriado quisiera ser sabio, pero jamás llegará a serlo; en cambio, el entendido muy pronto gana conocimientos. (14.6)


Al malcriado no le gusta que nadie lo corrija, ni se junta con los sabios. (15.12)


El tonto sólo aprende a través del castigo; al que es sabio le basta con sólo ser reprendido. (19.25)


Para el malcriado, el castigo; para el tonto, los azotes. (19.29)


Es de tontos emborracharse porque se pierde el control y se provoca mucho alboroto. (20.1)


Qué bien le queda al orgulloso que lo llamen «¡Malcriado y vanidoso!» (21.24)


Jóvenes sin experiencia acepten el consejo de los sabios, y aprendan del castigo a los malcriados. (21.11)


Aleja de ti al buscapleitos y se acabarán los problemas. (22.10)


El que sólo piensa en pecar se gana el título de necio. ¡Y nadie los aguanta! (24.9 )



D. El insensato es indisciplinado.


El necio mira el dominio propio como algo que no vale la pena seguir. Por tal razón, su vida carece de disciplina.


1. El necio es indisciplinado con sus bienes materiales:


«Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio pero el necio lo disipa.» (21.20)


2. El necio es indisciplinado con su genio:


«El necio muestra en seguida su rabia, el que disimula el insulto es sagaz.» (12.16).


«El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime» (29.11)


3. El insensato es indisciplinado con su boca:


«El hombre sagaz encubre su saber, el insensato grita su necedad.» (12.23, cf. 10.14)


«La lengua sensata destila experiencia, la boca del necio borbota necedades» (15.2; cf. 18.2,7; 10.8,10)



E. El insensato no es confiable


1. No se puede confiar en lo relativo al trabajo: por ser deshonesto y malvado. (26.6 y 10).


«Enviar como mensajero a un tonto da lo mismo que no enviar a nadie.» (26.6, BLS)


«Tan peligroso es que lances piedras al aire, como que a un tonto le des trabajo en tu casa.» (26.10, BLS)



2. No se puede confiar en sus palabras. Las palabras del necio deben ser siempre aclaradas porque es mentiroso y murmurador.


«Labios embusteros encubre el odio, quien difunde calumnias es insensato.» (10.18).


«La pericia del sagaz discierne su camino, la necedad del insensato se engaña.» (14.8).


«Más vale pobre de conducta íntegra que embustero insensato.» (19.1)



3. En ocasiones, cree que sólo él tiene la razón:


«Lengua sensata destila experiencia, la boca del necio borbota necedades.». (15.2)


«Los labios del sensato destilan experiencia, la mente del necio es insensata.» (15.7, cf. v. 14)



F. Al insensato no se le puede enseñar.


1. Intentar enseñar a una persona insensata es un trabajo frustrante, y muy a menudo doloroso. La sabiduría y la instrucción no son para el necio. (1.7)


«Porque aborrecían el saber, y no escogían el respeto del Señor; no aceptaron mis consejos, despreciaron mis reprensiones; comerán el fruto de su conducta, y se hartarán de sus planes. La rebeldía da muerte a los irreflexivos, la despreocupación acaba con los imprudentes…» (1.29-32).



2. El insensato se opone a la disciplina.


«El necio desprecia la corrección paterna, quien cumple los avisos se hace cauto.» (15.5).


«Quien corrige al cínico se acarrea insultos; quien reprende al malvado desprecio; no reprendas al cínico, pues te aborrecerá; reprende al sensato, que te lo agradecerá…» (9.7-8).


«El insolente no quiere que lo reprendan, y no se junta con los hombres sensatos.» (15.12).


«Una reprensión aprovecha al prudente más que cien golpes al imprudente.» (17.10).



3. La insensatez en el necio tiene raíces profundas. Cuesta mucho quitar la necedad, la mayoría de los intentos fracasan.


«Aunque machaques con el mazo al necio en un mortero entre el grano molido, no se apartará de él su necedad.» (27.22).



4. Al necio es difícil enseñarle que está en un error. Recalcarle su condición es una locura.


«Perro que vuelve a su vómito es el necio que insiste en sus sandeces» (26.11).


«El perro vuelve a su vómito, y el necio insiste en su necedad.» (26.11, BLS)



La relación entre el vómito y el borracho está bien afirmada en el A.T. (Véase Jr. 25.27; Is 19.14; 28.8)



5. Es irónico, pero en ocasiones, el necio pretende enseñarle a otras personas su sabiduría, hace alarde de su saber.


«Si realmente eres sabio, no presumas de lo que sabes; sólo los tontos se jactan de su estupidez.» (Pr. 12.23, BLS)


«Al tonto no le interesa aprender sino mostrar lo poco que sabe.» (Pr. 18.2, BLS)



G. El necio es despreciable, difícil e indeseable.


1. Su insensatez perjudica la sociedad: Le causa dolor a familia, especialmente a sus padres (15.20); le causa amargura a su familia. (10.1; 17.21, 25; 19.23) El insensato causa desastres. (10.14; 17.12) Impide que otras personas entiendan. (14.7) Tiene una actitud de calumniosa. (10.18) Causa rencillas, divisiones. (20.3).



2. Los labios del necio entran en contienda, y su boca clama por los golpes. (18.6).


«Cuando el tonto abre la boca, causa discusiones y pleitos.» (18.6, BLS)


«Echa fuera al burlador, y se evitará la contienda; también cesarán el pleito y la afrenta.» (22.10).


«Los burladores agitan la ciudad, pero los sabios aplacan la ira.» (29.8).


«La intención del insensato es pecado, y el burlador es abominación a los hombres.» (24.9).



III. Las causas de la necedad


Las dos posibles causas de la necedad son: la decisión de desconfiar en Dios, y la decisión de confiar en sí mismo.


A. Voluntariamente ha decidido no seguir la sabiduría.


Aunque la sabiduría lo ha buscado, ha sido rechazada, y ella lo ha rechazado. (1.20-25, 29) El necio ha tomado su decisión tocante a la sabiduría: no la quiere, a su manera, prefiere la maldad.


«Al tonto lo divierte la maldad; al sabio lo entretiene la sabiduría.» (10:23, BLs)


«¡Cómo nos alegramos cuando se cumplen nuestros deseos! ¡Y cómo le cuesta trabajo al necio apartarse del mal!» (13.19, BLS)


«Ni el hombre justo soporta al malvado, ni el malvado soporta al hombre justo.» (29:27, BLS)



B. El necio confía en sí mismo. No confía en Dios, (1.7, 29), confía en su propia «sabiduría». Tampoco le interesan los consejos de los sabios.


«Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio atiende al consejo.» (12.15)


1. Para el necio, nadie es más digno de confianza o sabiduría que él. «El que se fía de sí mismo es un necio, el que procede con sensatez está a salvo.» (28.26)


Aunque el sabio hace todo lo contrario:


«Confía en el Señor con toda tu alma, no te fíes de tu propia inteligencia; en todos tus caminos piensa en él, y él allanará tus sendas; no te tengas por sabio, respeta al Señor y evita el mal.» (3.5-7).


El necio, al confiar en su propia comprensión, rechaza el temor del Señor, y elige caminar mal.



2. Resultado de la confianza en sí mismo: la arrogancia, (21.24), que a la vez es un rechazo a toda autoridad, inclusive a la de sus propios padres. (15.5; 10.8) El necio se caracteriza por querer su propia satisfacción. (1.32) Después de todo, ¿para qué se necesita la instrucción si se sabe todo? ¿Para qué la corrección? ¿Quién necesita sabiduría?, si ya ha llegado a la madurez. El necio tiene su manera de hacer las cosas, es imprudente por naturaleza. (14.16)



IV. Cómo tratar al necio


Lo más difícil de enfrentarse con una persona insensata es saber cómo tratarla. Algunas recomendaciones que ofrece el libro de Proverbios son:


A. Haga todo lo posible para evitar a las personas insensatas.


1. Pareciera que el necio está inmunizado contra la sabiduría, pero el sabio no lo está contra la necedad. De ahí, que la persona sabia debe evitar al necio.


«Deja la compañía del necio, pues no hallarás saber en sus labios.» (14.7).



2. Por otro lado, el necio es peligroso y dañino, debemos evitarlo, como evitar a una osa que le han robado sus cachorros. (17.12)



B. Manténgase lejos de las personas insensatas. En ocasiones, no se podrá, pero se debe tratar.


«Echa al insolente: se irá la contienda y cesarán riñas e insultos» (22.10)



El N.T. enseña que los cristianos no se deben juntar con las personas que se dicen cristianas y están viviendo en pecado. (1 Co. 5.9-13) A la iglesia se le manda a echar a los que no aceptan la reprensión y la corrección. (Mt. 18.15-17; 1 Co. 5.5) Note lo que Pablo le dice a Tito. (Tit. 3.10-11).



C. Se debe evitar perder el tiempo en personas insensatas.


Jesús dijo: no debemos echarle las perlas a los cerdos. (Mt. 7.6) Proverbios nos invita a no enseñar a los necios. (Véase 23.9)



D. No se debe permitir que las personas insensatas arrastren nuestra sociedad a bajos niveles.


Las personas insensatas exasperan. Están buscando que nos metamos en problemas para fastidiar. No se permita caer en las artimañas del necio.


«No respondas al necio según su desatino, no te vayas a igualar a él.» (26.4).



El problema de nuestra sociedad, insensata por derecho, que basa su moralidad en asuntos de preferencia personal, donde todas las personas son víctimas, donde es mejor sentir que pensar, donde los derechos son más importantes que las responsabilidades, e incluso en los niños el derecho a escoger está por encima de todo otro derecho. En esta sociedad la verdadera libertad se puede disfrutar sin virtud, el censurarse a uno mismo es cosa de viejos (caducos), Dios es compinche o incluso un asistente cuya tarea es hacernos ricos o felices o animarnos religiosamente, es más satisfactorio ser envidiado que respetado, es mejor que los políticos y predicadores sean alegres que veraces, el culto cristiano es un fracaso a no ser que sea divertido.


En esta sociedad vivimos, y está muy metida en la iglesia, y está corrompiendo a los mejores: los sabios se están volviendo insensatos.



E. Evite ensalzar a las personas insensatas.


La pomposidad y el orgullo animan al necio.


«Ni nieve al verano ni lluvia en la siega, ni honor al necio les va bien» (26.1).



«…responde al necio según su desatino, no se vaya a creer listo.»