Biblia

Proverbios VI; Moverse para no moverse

Proverbios VI; Moverse para no moverse

por Desarrollo Cristiano

Serie de bosquejos basados en el libro de Proverbios.



Introducción


Según un nuevo diccionario de términos políticos a las personas perezosas no se les debe llamar así, porque eso es desvalorarlas como personas. Mas bien se les tiene que decir «desposeídas de motivación», suena más bonito.



Pero como dice el refrán: «aunque la mona se vista de seda, mona se queda». Llamarlas «desposeídas de motivación» es tan divertido como las actitudes del perezoso frente al trabajo. Uno se ríe, se goza. Se le describe dando vueltas en la cama; en la cama se mueve para no moverse. (26.14) Sonreímos cuando lo vemos poniendo la mano en el plato, y apenas puede llevársela a la boca. (26.15) Y es divertido cuando da sus excusas para no trabajar: «hay un león en la puerta». (26.13)



Pero no deberíamos engañarnos por el humor con que se describe al perezoso. Ese humor pretende enseñarnos algo: Primero, el estilo humorístico evita que fácilmente lo olvidemos. Entendemos al perezoso. Segundo, el humor pretende que el lector entienda todo el mensaje hasta aquello que no ve con facilidad.



Ya por reírnos, estamos admitiendo que parte de las anécdotas se relaciona con nosotros. Tal vez, hay algo en ellas que nos incomodan.



Ahora aprendamos sobre el perezoso y sobre nosotros.



I. Características del perezoso


Son varios síntomas los que indican que una persona es perezosa. Proverbios los describe así:


A. El perezoso es un dilatador


1. Su lema es «nunca haga hoy lo que puede hacer mañana». El perezoso ha desarrollado la capacidad de posponer las cosas.



No puede conseguir trabajo porque hay peligro en el camino. (22.13) Cuando puede ir a trabajar dilata porque tiene sueño. (6.9-10) En el tiempo de la cosecha no ha podido estar listo para ir a trabajar. (10.5) Casi siempre está listo para ir a trabajar.



Las tareas las puede iniciar pero nunca las termina. Desperdicia más el tiempo que lo que trabaja.


El perezoso no atrapa presa, pero el diligente ya posee una gran riqueza. (12.27)



2. La falta de voluntad para trabajar hace que cualquier tarea física le resulte forzosa.


«El perezoso mete la mano en el plato, pero le pesa llevarse el bocado a la boca» (26.15)


Las cosas que emprende no sabe llevarlas a término, aunque sean importantes y vitales.


«El perezoso no labra la tierra en otoño; en tiempo de cosecha buscará y no hallará.» (20.4)


Quizás está demasiado cansado o hace frío para preparar el campo. (Véase 10.3; 19.24; 21.25; 24.30; 26.23-26).



B. El perezoso es un buscador de pretextos


1. Quizá no se deba hacer tanta mofa del perezoso. El ha logrado que su mente trabaje más rápido que su cerebro. Es capaz cumplir con ciertas tareas pero también es capaz de evadirlas así como le llegan. Siempre tiene alguna razón para evitar el trabajo, ya sea por apatía o inactividad.


Cuando ha decidido no trabajar no hay explicación que valga. Podría ser un león la excusa o porque tiene sueño. (Véase 22.13 y 26.13) La idea es: mejor estarse quieto por los peligros que pueden aparecer. En ciertos momentos son las enfermedades. El perezoso puede hacer una crisis de algo muy sencillo. Las razones puede que no satisfagan a otras personas pero para él son muy válidas.



2. Le cuesta tomar la decisión de ir a trabajar, prefiere posponerla. No es lo suficientemente honesto para decir que no va a trabajar.


«Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos…» (6.10; cf. 24.33).



3. El perezoso se consuela con descansar un poco más. Acaso, ¿causa algún daño? Raramente toma una decisión consciente en cuanto al trabajo, más bien la pospone.



C. Al perezoso le gustan los atajos.


1. El perezoso realmente es ocioso. Su única herramienta es la cama. (Véase 6.10; 10.5; 19.15; 20.33; 26.24) Él carece de la diligencia de las personas sabias.


«Como vinagre a los dientes y humo a los ojos es el perezoso para quienes lo emplean.» (10.26)


«El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo.» (18.9)


«La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre.» (19.15)



2. El perezoso elegirá el trayecto más corto, el que implique menos trabajo; elegirá lo que le dé más placer inmediato.


«No te des al sueño, o te quedarás pobre; manténte despierto y tendrás pan de sobra.» (20.13)


«La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabaja; todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad.» (21.25-26).



3. El perezoso esta dispuesto a trabajar cuando no hay otra opción pero buscará la manera más fácil de ganar dinero.


«El que labra su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es un imprudente. Los malos deseos son la trampa de los malvados, pero la raíz de los justos prospera.» (12.11-12).


«El que trabaja la tierra tendrá abundante comida; el que sueña despierto sólo abundará en pobreza.» (28.19)



D. El perezoso es insensato.


1. Mientras las personas insensatas no son necesariamente perezosas, todos los perezosos son insensatos.


«El camino del perezoso está plagado de espinas, pero la senda del justo es como una calzada.» (15.19).


2. En Proverbios, el perezoso se contrasta con las personas buenas. Pareciera que el perezoso es malo, mientras la persona buena es diligente.


a. La diligencia del sabio se contrasta con la pereza del ocioso. «El perezoso es, para el que lo envía, como el vinagre a los dientes o el humo a los ojos.» (10.26, DHH)


b. El perezoso carece de cordura.«Pasé por el campo del perezoso y por el viñedo del hombre falto de seso: y lo que vi fue un terreno lleno de espinos, con su cerca de piedras derrumbada. Al ver esto, lo grabé en mi mente; lo vi y aprendí esta lección: mientras tú sueñas y cabeceas, y te cruzas de brazos para dormir mejor, la pobreza vendrá y te atacará como un vagabundo armado.» (24.30-34, DHH)


c. Es sabio en su propia opinión.«Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale entendimiento que plata.» (26.16, DHH)


d. Es un insensato. Como todos los necios, va en camino a la destrucción repentina (pero, hasta ahora, imprevista). «La pobreza vendrá y te atacará como un vagabundo armado.» (20.34, DHH)


«La maldad se cura con golpes y heridas; los golpes hacen sanar la conciencia.» (20.34, DHH)



E. El perezoso requiere supervisión y apoyo constante.


El perezoso requiere presión e impulso, de otra manera no cumplirá sus responsabilidades. Para que supere tal desinterés se requiere algo más que punzadas de hambre (13.25; 16.26); o el azote de un patrón. (12.24) Se le anima a que aprenda de la hormiga. (6.6-8)



II. Consecuencias de la pereza


Las primeras consecuencias que el perezoso tendrá son problemas y presión. ¿Por qué tales consecuencias?


Según la sabiduría de Proverbios, «él que no trabaja no come.» La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre. (19.15)


A. A menudo, el resultado de la ociosidad es la pobreza.


«Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos… ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez como un hombre armado!» (6.10-11; cf. 10.4; 20.13).


El perezoso no sólo sufrirá de hambre y pobreza. Su vida estará llena de dificultades:


«¡Qué difícil es la vida para el que es perezoso! ¡Y qué fácil es la vida para la persona honrada!» (15.19, BLS)


«El que da buenos consejos se gana el aprecio de todos, pero el que da malos consejos acabará en la ruina.» (13.15, BLS )



B. La ociosidad causa presión. Evitará en cualquier forma trabajar. La persona diligente prospera y se promueve, el perezoso lo hará sólo cuando estén dadas las condiciones que a él le parezcan.


«El que trabaja, dominará; el perezoso será dominado.» (12.24, DHH).



III. El origen de los problemas del perezoso


Factores que inciden en una persona falta de carácter:


A. El egoísmo lo domina.


Siempre quiere ser el primero. No tiene consideración para las demás personas.


«La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar; todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad.» (21.25-26, NVI)



Las buenas personas son consideradas con las necesidades de las otras personas. (Pr. 21.26b; véase 22.9; 29.7; 31.20) Los perezosos sólo se preocupan por ellos mismos, en lo más mínimo se sacrificarían por otros.



B La búsqueda de placer.


1. Será destruido por la satisfacción de sus pasiones que lo dominan. (Véase Pr. 21.25-26) «El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos.» (13.4, NVI)


«El que ama el placer se quedará en la pobreza; el que ama el vino y los perfumes jamás será rico.» (21.17, NVI)


2. Su deseo es tener una vida fácil, llena de lujos y comodidades. Está controlado por sus apetitos, sus deseos, que tiene la disposición de consumir todo lo que se le presente por delante lo más rápidamente posible. Como no puede negarse a satisfacer sus deleites, pronto va a la pobreza



C. Es corto de vista.


1. Piensa solamente en el presente. Habla mucho acerca de sus planes de trabajar pero no los ejecuta. No planea el futuro ni le preocupa.


«¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría! No tiene quien la mande, ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos.» (Pr. 6.6-8, NVI)


«El que es precavido guarda comida durante el verano; el que duerme durante la cosecha termina en la vergüenza.» (Pr. 10.5, BLS)



2. Es indiferente a las demandas del futuro.


Las excusas que pone para no trabajar son muy creativas. Para el tiempo de cosecha, cuando tiene la comida en la mano, dice que hace demasiado frío para trabajar. A pesar de que el invierno esté lejos, va a sufrir hambre. El futuro no es su prioridad.



D. El perezoso carece de autodisciplina.


1. La carencia de dominio propio es evidente.


El perezoso no tiene problemas para comer cualquier alimento que haya en la casa. No se preocupa si otras personas se quedan sin comer. Es más, si existe una opción entre trabajar o divertirse; escoge divertirse. Le encanta lo fácil y ligero.


2. La persona sabia está consciente que tiene que sacrificarse para obtener beneficios futuros.Un atleta disciplinado sabe que tiene que sacrificar ciertas cosas para ganar una competencia.El perezoso no está dispuesto a realizar ningún sacrificio. Claro que quiere beneficios, si es posible, sin o con muy poco esfuerzo.



IV. La solución a los problemas del perezoso


Las personas perezosas pueden estar satisfechas por un tiempo. Pero como pide y no da, llegan momentos de crisis. Proverbios anima a los perezosos a salir de ese modo de vida, y a contribuir con la sociedad.



¿Cómo lo hace?



A. Lo presiona por medio del dolor y la angustia para que pueda reaccionar.


1. El estilo de vida de la haraganería conlleva presión y aflicción. Cuando un holgazán reconoce su situación; ya está iniciando su proceso de sanidad. Por naturaleza el perezoso no quiere ejecutar aquello que le sea desagradable o le produzca dolor. Unicamente el hambre y la pobreza lo harán reflexionar seriamente en cuanto a su vida.


«El justo come hasta quedar saciado, pero el malvado se queda con hambre.» (Pr. 13.25)


«Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula.» (16.26)



2. Se debe distinguir entre el motivo por el cual se es pobre, y la satisfacción de las necesidades básicas.Algunas personas consideran que la pobreza se encuentra fuera de su control, y no es cierto. Pobres tendremos todo el tiempo, dijo el Señor Jesús. A diferencia de las consecuencias de la pobreza del holgazán; una cosa sí es segura, la pobreza, no es consecuencia del pecado. En el caso del perezoso, sí, por tal motivo se le debe buscar ayuda para salir de su insensatez.



El hijo prodigo aprendió de una manera muy dura las consecuencias de malgastar lo que tenía. Como resultado de la insensatez, su nivel de vida lo llegó hasta la miseria. (Véase Lc. 15)


Nuestro compromiso como cristianos es el de prestar ayuda a las personas necesitadas, pero a los perezosos debemos darles la oportunidad que sufrir los efectos de su pecado para que así logre salir de ese estilo de vida. También es imprescindible eliminar la idea de que las personas pobres y necesitadas lo son por causa del pecado. Nuestra tarea hacia la gente perezosa no es de hacerle la vida fácil, es volverla al camino de sabiduría. (Véase Pr. 15.19)



B. Es necesario que cambie su perspectiva y sus prioridades de la vida.


El Señor Jesús resumió la ley así, cuando le preguntaron que era lo más importante para la vida:


«—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?


—Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente —le respondió Jesús—. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.» (Mt. 22.36-40, NVI)



1. Tiene que cambiar sus actitudes.El perezoso no está interesado en cumplir ninguno de los dos mandatos anteriores. El no ama ni teme al Señor. Sus actitudes son malvadas. Son todo lo contrario del justo. (Pr. 15.19; 21.25-26) El perezoso tiene que aceptar los efectos de su decisión. (13.25) Al perezoso no le interesan ni Dios ni las demás personas. Para él lo importante es evitar el dolor y seguir en el placer. Proverbios enseña que la prioridad de nuestra vida es amar al Señor. Como resultado de amarlo se sirve a los demás, antes que satisfacer nuestros deseos egoístas. (Véase Filp. 2.3-8)


2. Debe confiar en la obra de Cristo. Sólo el Señor puede hacerlo cambiar. Pablo lo dice así: «El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.» (Ef. 4.28)



La obra de Cristo en la cruz puede transformar un parásito en un trabajador, de sólo ser carga a compartir con esfuerzo para el necesitado. La manera de Dios es transformar a un perezoso en un santo. Ahí se encuentra la solución al problema.



3. El perezoso debe retraerse de vivir solo para el presente. El perezoso vive como si no hubiese mañana, pues, por eso busca vivir plácidamente hoy.El cristiano vive conforme a las promesas de Dios recibiendo bendiciones que le hacen crecer espiritualmente y le fortalezcan. (Véase el ejemplo de Moisés en He. 11.24-26)



4. El perezoso de cambiar su sistema de valores. La meta del cristiano no es ser feliz, es ser santo conforme a la estatura de la medida de Cristo.El cristiano debe esforzarse en ser piadoso, no simplemente próspero. (Pr. 30.7-9) Muchos cristianos van a tener que sobrellevar sufrimiento y angustia. (Véase 2 Ti. 3.12; 1 Pd. 1.3-7; Stg. 1.2-4) Aún la libertad del cristiano se tendrá que poner de lado por el Señor. (1 Co. 8)



C. El perezoso debe ponerse a trabajar.


1. Debe dejar su haraganería y conseguir trabajo. Con su nueva perspectiva de la vida, la presión y el dolor debe superar su letargo, y poner manos a la obra.«Todo esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza.» (14.23, BLS)


«El que trabaja la tierra siempre tiene comida de sobra, pero el que sueña despierto es un gran tonto.» (12.11, BLS)


« El que trabaja tendrá suficiente comida; el que no trabaja acabará en la pobreza.» (28.19, BLS)



2. Ahora, su nueva prioridad es trabajar. Debe estar preparado para enfrentar dificultades. Cubrir nuestras necesidades es la prioridad, ya no es la comodidad ni el facilismo.«Si piensas construir tu casa, atiende primero a tus negocios, y no desatiendas a tu familia.» (24.27, BLS)



Conclusión


1. Tenemos que admitir, que en ocasiones, actuamos como perezosos, especialmente cuando no realizamos esas tareas desagradables de la vida. Tanto en el hogar, el trabajo, el estudio, en la iglesia, debemos aprender a cumplir con lo importante antes de aquello que nos agrada.


2. Descuidar las tareas cotidianas en la casa es algo obvio en cantidad de personas. Ya lo dice el dicho: «Casa de herrero cuchillo de palo.» Para los cristianos donde hay más descuido es en el área de deberes y obligaciones espirituales. Como cristiano puedo considerar que orar, leer la Biblia, adorar, dar testimonio de mi fe en Cristo son aspectos fundamentales pero no puedo ni debo ser un «perezoso» espiritual.Estas prácticas son importantísimas pero ¿de qué vale si no se cumplen a cabalidad? ¿Qué sentido tiene? ¿Realmente las cumple cómo debiera?


3. Proverbios no sólo nos llama a prestar atención a la sabiduría, también nos demanda esfuerzo. (Véase 2.3-5; 3.1-28; 4.1-9)La iglesia de Corinto era una iglesia carnal e indisciplinada. (1 Co. 3.1-3) A causa de la falta de disciplina, no podían crecer ni salir de su situación por culpa de la negación a los placeres de un hermano de la iglesia. Por la diversión se convirtieron en perezosos espirituales. Pablo les va a llamar la atención por esa falta de disciplina. (Véase 1 Co. 8 y 10) A ustedes, ¿qué les diría?


4. En el N. T. se hace referencia al carácter perezoso. En Mateo 24, el Señor Jesús le dice a sus discípulos que estén alertas y preparados en lo importante de su reino. (Véase Mt. 24.42-43, 50) En el capítulo 25, vuelve a hacer referencia a la pereza espiritual. La parábola de los talentos expresa la falta de laboriosidad de uno de los siervos. (Mt. 25.14-30) El amo lo trata de perezoso por no cumplir con lo mínimo. (Mt. 25.26)


5. El Señor Jesús tuvo un poquito de compasión con los perezosos. Pablo fue un poco más duro. Indicó que no se debía alimentar a quienes no querían trabajar. (2 Ts. 3.10) Demandó diligencia y el dominio propio como requerimiento de la labor diaria de los santos. (Véase Ro. 12.9-16) También, les pide que despierten ante la venida del Señor. (Véase Ro. 13.11; 1 Ts. 54-6)


6. Al perezoso se le exige que impida que la vieja naturaleza lo controle. (Véase Ef. 5.11-16; Col. 3.5-10) Al creyente se le estimula a quitar aquellas actitudes y prácticas del viejo hombre; y que se revista del nuevo. (Col. 4.5-6)


7. El ejemplo del perezoso es una advertencia para las personas adictas al trabajo. Las cuales, por tanto trabajo descuidan lo prioritario para ellas mismas y su familia. No estoy diciendo que no le pongamos empeño y ganas a nuestro trabajo, mas bien no descuidemos nuestras obligaciones. (Ro. 12.11) La persona adicta al trabajo no asume sus responsabilidades para con su familia (cónyuge e hijos), sus padres, menos con la iglesia. El trabajo es su «león en el camino».


8. A lo mejor, usted es negligente para cumplir sus responsabilidades espirituales por otra razón. Tal vez, las descuida por apatía u holgazanería, o porque no tiene una vida espiritual. A lo mejor, no tiene vida espiritual porque no ha confiado en Cristo como su Salvador. Los paisanos de Jesús le preguntaron en una ocasión: «—¿Qué es lo que Dios quiere que hagamos? Jesús respondió: —Lo único que Dios quiere es que crean en mí, pues él me envió.» (Jn. 6.28-29) Es la misma respuesta para usted hoy. ¿Qué decide?