Proverbios VII; Sabiduría en la adquisición y uso del dinero
por Desarrollo Cristiano
Serie de bosquejos basados en el libro de Proverbios.
«Declaró el profeta: Hemos regresado de la guerra santa menos importante (al jihad alásghar) para pelear la guerra santa más importante (al jihad alákbar). Le preguntaron: Oh profeta de Dios, ¿cuál es la guerra más importante? Él contestó: Es la lucha contra ti mismo» (Islam Hadith)
Introducción
La forma en que manejamos nuestras finanzas tiene mucho que decir sobre quiénes somos interiormente como personas: las cosas que valoramos, los principios que obedecemos y el proceso de pensamiento que seguimos para tomar decisiones. Necesitamos producir un cambio interior para lograr un cambio exterior.
Las deudas pueden destruir relaciones, y en algunos casos, causar suicidios. La escasez, en ciertas circunstancias, produce problemas. La medalla se la lleva la abundancia que provoca separaciones, rompimientos y divorcios.
La manera correcto o incorrecta en el uso de las finanzas es una situación que abarca tanto a creyentes y como a no creyentes.
Tener dinero no significa ser espiritual; la iglesia de Laodicea nos ilustra es condición. La prosperidad les había quitado energía y fortaleza espiritual; apatía y satisfacción personal eran palpables. (Ap 3.17)
En el primer estudio sobre el uso del dinero en el libro de Proverbios nos centramos en la actitud apropiada hacia la abundancia. Ahora, nos concentraremos en la instrucción bíblica en lo referente a la adquisición y el uso del dinero.
I. Sabiduría en la adquisición del dinero
Muchas de personas están interesadas de cómo obtener dinero.
A. Proverbios nos recuerda que el Señor está muy interesado por la en manera cómo nos ganamos la vida.
«Dios quiere que seas honrado en todos tus negocios.» (16.11, BLS)
«No abuses del pobre sólo porque es pobre, ni seas injusto con él en los tribunales.» (22.22, BLS)
«Dios es abogado de los pobres, y dejará sin nada a quienes les quiten todo.» (22.23, BLS)
B. El dinero ganado en forma deshonesta no trae ninguna ventaja, más bien produce miseria.
«De muy poco aprovecha el dinero mal ganado. Lo que vale es la honradez, pues te salva de la muerte.» (10.2, BLS)
«Las ganancias del malvado no son más que una mentira; la verdadera ganancia consiste en hacer el bien.» (11.18, BLS)
«Tal vez te sepa muy sabroso ganarte el pan con engaños, pero acabarás comiendo basura.» (20.17, BLS)
«Las riquezas que amontona el mentiroso se desvanecen como el humo; son una trampa mortal.» (21.6, BLS)
Es necesario cuidarse de:
1. De recibir dinero de personas que lo han adquirido deshonestamente.
a. A quienes creen que sus ofrendas les quitarán la culpa.
b. Tienen el convencimiento de que Dios no se preocupa por la manera cómo se han obtenido el dinero. El caso de Jacob es un ejemplo de actuar incorrectamente. Hasta que cambio, el Señor le puso otro nombre. Le había prometió algo a Dios, y luego no cumplió. (Gn 28.20-22) También se enriqueció en forma deshonesta. (Véase Gn 30.25-43)
2. A Dios le preocupan las ganancias por medios cuestionables (lotería, engaño, usura). Después pretenden aliviar sus conciencias compartiendo con la iglesia y la caridad.
3. En sus mentes, la benevolencia es la meta que justifica sus medios pecados. «Quien no hace caso de las súplicas del pobre, un día pedirá ayuda y nadie se la dará.» (21.13, BLS)
4. En este asunto, es fatal contemplar la cantidad de iglesias y organizaciones que utilizan la conciencia sucia (culpable) de las personas para obtener ganancias.
«Dios no soporta a los malvados que le traen ofrendas, y no son sinceros.» (21.27, BLS)
5. Plantinga lo dice muy claro:«El mal pervierte a la religión como a todo lo que es vital e importante. Cuando lo hace, las creencias y prácticas religiosas pueden convertirse en el servicio egoísta de uno mismo que toma el lugar del servicio de Dios. Las personas comienzan a utilizar la religión para hacerse ricos o ser felices o sentirse bien respecto de sí mismos. La utilizan para desarrollar una base de poder o simplemente para afirmar y enriquecer una vida de clase media Los creyentes somos totalmente capaces de utilizar una religión mutante para ocultar de nosotros el carácter de Dios; somos muy capaces de utilizar nuestra religión para oponernos al proyecto de Dios en el mundo.» (El pecado: sinopsis teológica y psicosocial, págs. 141-142)
C. Los siguientes principios resumen la enseñanza de Proverbios de cómo adquirir el dinero.
1. La obtención de dinero requiere sacrificio
Según Génesis 3.17, para obtener algo se requiere trabajo e inversión de tiempo. El dinero que se consigue con facilidad, se va con rapidez. Lo contrario a la diligencia y al trabajo duro es la ociosidad.
«Si no trabajas, te quedas pobre; si trabajas, te vuelves rico.» (10.4)
«El que trabaja la tierra siempre tiene comida de sobra, pero el que sueña despierto es un gran tonto.» (12.11)
«Todo esfuerzo vale la pena, pero quien habla y no actúa acaba en la pobreza.» (14.23)
«Si sólo piensas en dormir terminarás en la pobreza. Mejor piensa en trabajar, y nunca te faltará comida.» (20.13)
«Lo que al principio se gana fácilmente, al final no trae ninguna alegría.» (20.21)
2. El dinero no se debe adquirir a precio concesiones cristianas.
Hay bienes «mal habidos». Proverbios condena esa practica.
«Las riquezas mal habidas no son de provecho, pero la honradez libra de la muerte.» (10.2, DHH)
3. El dinero no se debe ganar a expensas de la verdad.
«Tal vez te sepa muy sabroso ganarte el pan con engaños, pero acabarás comiendo basura.» (20.17, BLS)
«Las riquezas que amontona el mentiroso se desvanecen como el humo; son una trampa mortal.» (21.6, BLS)
4. El dinero no se debe ganar a expensas de justicia.
«Más vale ser pobre pero honrado, que ser rico pero tramposo.» (16.8, BLS)
«Lo que fácilmente se gana, fácilmente se acaba; ahorra poco a poco, y un día serás rico.» (13.11, BLS)
«El rey que hace justicia da seguridad al país; el que sólo cobra impuestos lleva el país a la ruina.» (29.4, BLS)
5. El dinero no se debe ganar a expensas de otros.
«No abuses del pobre sólo porque es pobre, ni seas injusto con él en los tribunales.» (22.22, BLS)
«Amigo de gente malvada es quien roba a sus padres y alega que no ha hecho nada.» (28.24, BLS)
«Al que presta dinero y luego exige que le devuelvan el doble, Dios le quitará todo y hará que alguien de buen corazón se lo dé a los pobres.» (28.8, BLS)
6. El dinero no se debe ganar a expensas de la honestidad.
«De muy poco aprovecha el dinero mal ganado. Lo que vale es la honradez, pues te salva de la muerte.» (10.2, BLS)
«Las ganancias del malvado no son más que una mentira; la verdadera ganancia consiste en hacer el bien.» (11.18, BLS)
7. El dinero no se debe adquirir a expensas de prioridades bíblicas.
Nunca debemos hacer lo incorrecto para obtener alguna ganancia. Hay cosas más importantes que los beneficios materiales. Jamás debemos cambiar esas prioridades.
«Las verduras son mejores que la carne cuando se comen con amor.» (15.17, BLS)
«Vale más pan duro entre amigos que mucha carne entre enemigos.» (17.1, BLS)
II. Cómo perder el dinero fácilmente
Proverbios nos advierte de las diferentes maneras de perder bienes rápidamente. Algunas de ellas son:
A. Ociosidad.
1. El perezoso falla en conseguir abundancia por causa de vagabundería, también por descuidar los recursos que tiene.
«En cierta ocasión pasé por el campo y por la viña de un tipo tonto y perezoso. Por todos lados vi espinas. El terreno estaba lleno de hierba, y la cerca de piedras, derribada.» (Pr. 24.30-31, BLS).
2. En el lado positivo: no debemos descuidar lo que tenemos.
«Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas; pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura. Cuando se limpien los campos y brote el verdor, y en los montes se recoja la hierba, las ovejas te darán para el vestido, y las cabras para comprar un campo; tendrás leche de cabra en abundancia para que se alimenten tú y tu familia, y toda tu servidumbre.» (27.23-27, NVI).
B. Avaricia.
Pareciera extraño pero la avaricia puede llevar a la pobreza. Muchas personas que desean tener más, invierten en lugares equivocados, donde terminan estafados. Para la persona tacaña, el dinero se convierte en un fin y no en un medio. Ahorrar es una buena práctica, pero debe ser para un fin bueno.
«Cuando somos honrados, estamos a salvo del mal; pero a los traidores su ambición los domina.» (11.6, BLS)
«Quien sólo vive pesando en dinero, acabará más pobre de lo que se imagina.» (28.22, BLS)
El avaro se apura por su fortuna; sin que se entere le llegará la miseria. Mientras tiene dinero, vive apurado y angustiado por él; cuando lo pierde, le coge por sorpresa, porque no se había hecho a la idea. Es decir, siempre está temiendo por su dinero y nunca piensa que se le escapará; piensa que a fuerza de solicitudes lo tiene asegurado.
C. Impetuosidad.
Las personas codiciosas también son personas impetuosas y despilfarradoras. La codicia nos hace propensos a tomar todo lo que se aproxime. Proverbios advierte que la codicia lleva a la pobreza. Una mala decisión puede llevar a la quiebra. Las personas y grupos que ofrecen ganancias rápidas y abundantes son las más peligrosas. Esto significa que en economía no vale la proporción matemática: a más velocidad, más ganancia. Por la eficacia y la ética se imponen límites. Los planes del diligente llevan a la abundancia.
«Cuando las cosas se piensan bien, el resultado es provechoso. Cuando se hacen a la carrera, el resultado es desastroso.» (21.5, BLS)
D. Asociaciones indebidas.
Mucho dinero se ha perdido a causa de imprudentes asociaciones. Proverbios exhorta a esquivar personas que nos llevan a la miseria.
«Querido jovencito, escúchame: ¡no desprecies mis consejos! Apártate de esa mujer y no te acerques a su casa, o acabarás entregando tu salud y los mejores años de tu vida a gente cruel y peligrosa; ¡todo tu salario, y el dinero que con tanto esfuerzo te ganaste, irá a parar en otras manos!» (5.7-10, BLS)
«No te juntes con borrachos ni te hagas amigo de glotones, pues unos y otros acaban en la ruina.» (23.20-21, BLS)
E. Despilfarro y extravagancia.
Dos factores que llevan a la pobreza inmediata son el despilfarro y la extravagancia. La falta de satisfacción en lo que te tiene conduce a la extravagancia. Quien se aficiona al lujo muestra insensatez, como consecuencia consume su haber, el sensato sabe guardar y administrar.
«En casa del sabio hay riquezas y perfumes; en casa del tonto sólo hay desperdicios.» (21.20, BLS)
«Si encuentras miel, no comas demasiada; la mucha miel empalaga.» (25.16, BLS)
F. Salir de fiador.
1. Proverbios insiste mucho en evitar salir de fiadores fiar a otra persona. Por haberlo hecho, se reciben muchas sorpresas desagradables; especialmente cuando han confianza en quienes se dicen cristianos.
«Querido jovencito, si algún amigo te pide que respondas por él y te comprometas a pagar sus deudas, no aceptes ese compromiso, pues caerás en la trampa. No dejes que tu amigo te atrape; ¡mejor ponte a salvo! Te recomiendo que vayas a verlo y le ruegues que no te comprometa. Que no te agarren de tonto; mejor ponte a salvo, como huyen del cazador, las aves y los venados.» (6.1-5, BLS)
«Hay que ser muy tonto para salir fiador de otros; ¿por qué pagar deudas ajenas?» (17.18, BLS)
«Si te comprometes a pagar las deudas de un desconocido, te pedirán dar algo en garantía y perderás hasta el abrigo.» (20.16, BLS)
«No te comprometas a pagar deudas que no sean tuyas, porque si no las pagas te quedarás en la calle.» (22.26-27)
2. Según Proverbios fiar a otra persona es una locura. (Véase 17.18) Cuando la situación no se arregla inmediatamente la gente sale humillada. (Véase Pr. 6.3)
Comentario sobre el proceso de fiar: «No conocemos exactamente la legislación o derecho consuetudinario sobre la fianza ni su rito. Tenemos que atenernos a datos alusivos, que suponen una práctica bien conocida. El rito legal parece incluir un gesto, estrechar la mano del acreedor, y una palabra, quizá prestando juramento. El estrechar la mano ocurre varias veces: 6.1; 11.15; 17.18; 22.26. [Proverbios] 6.2 habla de quedar cogido por las palabras, lo cual supone juramento o promesa, acto legal vinculante.
»El hombre sale fiador con sus posesiones o con su propia libertad. Entre las posesiones destacan bienes elementales y necesarios: los vestidos o la cama.» (Tomado de Proverbios, Luis Alonso Schöckel, pág. 210)
III. Prioridades bíblicas en cuanto al uso del dinero
A. Es obligación dar al Señor.
En el A. T., el Señor prescribió leyes sobre los diezmos y sacrificios que se tenían que cumplir. Proverbios enseña acerca de la necesidad de dar abundantemente de lo que Él ha proporcionado, así como las bendiciones de dar.
«Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.» (3.9-10)
Dar de las primeras cosechas era un acto de fe para el judío. Se podía razonar, ¿de qué tamaño será la cosecha? ¿Voy a dar sin saber el tamaño de la cosecha? Cuando se daban las primicias al Señor se estaba reconociendo que habían venido de Él.
B. Es obligación pagar lo que se debe.
Existe una tendencia para retener y ocultar pagos a diferentes instituciones. Proverbios condena esa actitud.
«Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quien lo necesite
«No digas a tu prójimo: Vete, vuelve de nuevo, mañana te daré, cuando tengas contigo qué darle.» (Pr. 3.27-28, RV 95)
El Señor está diciendo que hay necesidades primarias, prioritarias, que no admiten dilación. Como el pago a la persona que se lo ha ganado y lo necesita.
«En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida. Así no clamará contra ti a Jehová, y no serás responsable de pecado.» (Dt. 24.15; RV 95)
«No oprimirás a tu prójimo ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana siguiente.» (Lv. 19.13; RV 95)
«El jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros, clama, y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.» (Stg. 5.4, RV 95)
C. Es nuestra responsabilidad solventar las necesitadas de nuestra familia.
Proverbios da por sentado que se tiene que sostener a la familia.
Pablo dice:
«Pues quien no cuida de sus parientes, y especialmente de su familia, no se porta como un cristiano; es más, tal persona es peor que quien nunca ha creído en Dios.» (1 Ti. 5.8)
1. Según Proverbios, la mujer piadosa se asegura de cubrir las necesidades familiares. (Véase 31.21-22)
2. Es posible que una persona sea muy dadivosa con otros pero hace sufrir su familia. Ocurre cuando se trata de vivir en una estándar más alto de lo que puede cubrir.
D. Es nuestra obligación proveer para las necesidades de los pobres.
Las personas piadosas siempre están proveyendo para cubrir las necesidades de los desvalidos. Quienes tienen abundancia deben utilizar sus recursos para ministrar a los pobres.
«Quienes son generosos, reciben en abundancia; quienes ni sus deudas pagan, acaban en la miseria. El que es generoso, progresa; el que siembra, también cosecha. Al que esconde el trigo para venderlo más caro, la gente lo maldice; al que lo vende a buen precio, la gente lo bendice.» (11.24-26, BLS)
«No debes despreciar al amigo; ¡si eres bueno con los pobres Dios te bendecirá!» (14.21, BLS)
«Quien le quita todo al pobre ofende a Dios, su Creador; quien obedece a Dios trata bien al pobre.» (14.31, BLS)
«Prestarle al pobre es como prestarle a Dios. ¡Y Dios siempre paga sus deudas!» (19.17, BLS)
«Dios bendice al que es generoso y al que comparte su pan con los pobres.» (22.9; BLS)
«El que ayuda al pobre siempre tendrá de todo; el que no ayuda al pobre terminará en la desgracia.» (28.27, BLS)
«y siempre ayuda a los pobres.» (31.20, BLS)
E. Es nuestra obligación prever para futuras necesidades.
Nuestra responsabilidad es cubrir las necesidades actuales de la familia. Se espera que guardemos para las exigencias futuras. No significa tener abundancia, significa ser precavido.
«¡Vamos, joven perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en cómo trabaja, y aprende a ser sabio como ella! La hormiga no tiene jefes, ni capataces ni gobernantes, pero durante la cosecha recoge su comida y la guarda.» (Pr. 6.6-8, BLS)
«En casa del sabio hay riquezas y perfumes; en casa del tonto sólo hay desperdicios.» (Pr. 21.20, BLS)
F. Es nuestra obligación invertir sabiamente.
El Señor nos enseñó que tenemos que ser fieles y cuidados con lo que él nos ha dado. (Véase Mt. 25.26-28)
«La mujer prudente sabe lo que debe hacer: Calcula el precio de un campo; con sus ganancias lo compra, planta un viñedo» (31.16, BLS).
Conclusión
1. Proverbios nos enseña que debemos estar dispuestos a trabajar para disfrutar de cualquier ganancia. A la vez, indica que Dios es quien nos prospera. Cuando olvidamos la procedencia de nuestras bendiciones materiales estamos en serios problemas. Pablo dice que el Señor es quien da abundantemente. (Véase 1 Co. 12.11)
2. Debemos estar convencidos que la ausencia o abundancia material no evidencia nuestro estado espiritual. (Véase 1 Co. 12.7 y 1 Ti. 6.18-19).
3. Nuestra posesiones materiales tenemos que verlas en términos de la mayordomía cristiana. (Véase Lv. 25.23) Los problemas se acrecientan cuando creemos que los bienes materiales son algo nuestro. Dios es soberano, y Él proveedor y sustentador de todo lo que tenemos.
4. El Señor permite que las finanzas sean un medio para hacernos crecer como cristianos piadosos y como prueba de nuestra confianza en el Padre.
5. Debemos estar persuadidos de que con el dinero no se puede comprar seguridad, ni los bienes materiales confieren seguridad en sí mismos. El Señor quiere que crezcamos por medio del uso de las finanzas. (Véase Dt. 11.10-12; Dt. 9.4-6)