por Alberto Roldán
A raíz del rechazo del Reino por parte de Israel, Jesús inicia un nuevo programa no previsto en el Antiguo Testamento: la Iglesia. Dentro de esta perspectiva, la Iglesia no es la comunidad mesiánica final. No es el pueblo de Dios prefigurado por el Israel del Antiguo Testamento…
Parte II: El Premilenarismo Dispensacional (PD)
Esta es la corriente teológica que, privilegiando el método histórico literal de interpretación de la Biblia, afirma que la Segunda Venida de Cristo ocurrirá en dos etapas: rapto secreto y revelación, y concibe al Milenio como una restauración de las 12 tribus de Israel, la reedificación del templo de Jerusalén, la reanudación de los sacrificios del Antiguo Pacto y el gobierno mundial de Cristo desde Jerusalén por mil años.
Esta concepción es parte de un todo, el cual comprende también que Dios se ha revelado en distintas dispensaciones o economías, que hay dos pueblos de Dios (Israel y la Iglesia). Según esta postura, Cristo vino a Israel a ofrecerle el Reino en términos davídico teocráticos, el cual, al ser rechazado por los judíos, quedó suspendido y, en su lugar, se fundó la Iglesia.
El PD indica que en los primeros siglos de la Iglesia la fe milenial fue una constante sostenida por todos o la mayoría de los Padres. Erich Sauer sostiene que «en la primera época de la Iglesia todos los cristianos creían firmemente en el establecimiento del Reino visible de Dios en esta tierra»(El Triunfo del Crucificado, pág. 201). Otro autor, Lewis Sperry Chafer, en su Teología Sistemática y valiéndose de un trabajo realizado por Jorge N.H. Peters, ofrece un listado de autores que, en los primeros siglos, sostuvieron el premilenarismo, incluyendo a Andrés, Pedro, Felipe, Tomás, Santiago y Mateo.
Siguiendo las líneas históricas trazadas por Norman Kraus en Dispensationalism in America, puede decirse que el sistema dispensacional fue propagado en los Estados Unidos de América y Canadá a través de las conferencias proféticas. John Nelson Darby realizó varios viajes por los Estados Unidos a fines del siglo pasado, propagando sus ideas sobre escatología. Dentro de su denominación (Piymouth Brethren) fue donde se desarrolló más sistemáticamente la teología dispensacional; referente a esto, un autor de esa comente como lo es Charles Ryrie, dice: «No cabe duda que los Hermanos de Piymouth… tuvieron mucho que ver con la sistematización y propagación del dispensacionalismo» (Rispensacionalismo Hoy, pág. 85). Pero el instrumento que dio mayor auge y difusión al sistema fue la famosa Biblia Scofield que vino a resultar de gran ayuda para popularizar el sistema.
El PD sostiene que el único método válido para interpretarla Biblia es el histórico literal y éste es uno de sus principales énfasis. En efecto, Dwight Pentecost dedica los cuatro primeros capítulos de su obra Eventos del Porvenir a la cuestión hermenéutica. Afirma que «quizá la consideración primaria en relación con la interpretación de la profecía es que, como en todos los demás campos de la interpretación bíblica, debe interpretarse literalmente? (pág. 47). John Walwoord, citado por Hoyt, sostiene que «el pre-milenarismo está fundado principalmente sobre la interpretación del Antiguo Testamento. Si se interpreta literalmente, el Antiguo Testamento da un claro cuadro de la expectativa profética de Israel… La interpretación premilenial ofrece el único cumplimiento literal para cientos de versículos del testimonio profético. (The Meaning of the Millenium, Four Views, pág. 67).
Los dispensacionalistas proponen que Jesús ofreció a Israel el reino davídico teocrático, el cual, al ser rechazado quedó suspendido (teoría de la posposición del Reino). Es utilizado el esquema de Mateo para demostrar que el Reino fue ofrecido a Israel, que éste lo rechazó y que, por ende, quedó suspendido. Hermán Hoyt sintetiza del siguiente modo este hecho: «Claramente, la nación de Israel llegó a estar empedernida en su pecado (Mt. 12.24-45). Esto finalmente culminó en la muerte de Cristo, el rechazo del Reino y su suspensión para el presente (Mt. 12.38-40). Habiendo rechazado al Rey, la nación de Israel rechazó el reino que Cristo vino a establecer. (pág. 86, The Meaning of the Millenium, Four Views).
A raíz del rechazo del Reino por parte de Israel, Jesús inicia un nuevo programa no previsto en el Antiguo Testamento: la Iglesia. Dentro de esta perspectiva, la Iglesia no es la comunidad mesiánica final. No es el pueblo de Dios prefigurado por el Israel del Antiguo Testamento. Es un segundo pueblo que no hubiera surgido de no haber mediado el rechazo de Israel. En forma inequívoca, Pentecost afirma: «En las parábolas (Mt 13.1-50) el Señor reseña el programa del desarrollo del Reino teocrático durante el período de ausencia del Rey, y anuncia el comienzo de un programa completamente nuevo, no anunciado, e inesperado: la iglesia (Mt. 16.13-20) (Eventos del porvenir, pág. 351). Este aspecto no es un accesorio del sistema, sino por el contrario, como dice Ryrie, «la clara diferencia entre Israel y la Iglesia… es parte vital del dispensacionalismo». (Dispensacionalismo hoy, pág. 178).
La Segunda Venida de Cristo ocurrirá antes del Milenio y será en dos etapas. La primera es llamada el «rapto secreto». Su base escriturad está especialmente en 1 Tesalonisenses 4.13-17 y Apocalipsis 4.1. En el primer pasaje Pablo dice que los que vivamos al momento de la Parusía «seremos arrebatados juntamente con ellos? (los muertos que resuciten). Sobre el segundo pasaje (Ap. 4.1), donde el vidente Juan oye una voz que le dice: «Sube acá», la nota de la Biblia Scofield dice textualmente: «Esta invitación parece indicar claramente el cumplimiento de la primera cita 1Tesalonisenses 4.14-17». En la practica, estas dos etapas constituyen dos segundas venidas, tal como lo pone Samuel Vila que, luego de discurrir referente al problema de la interpretación de la enseñanza paulina y del discurso escatológico de Jesús, dice: «Pero todo queda aclarado y en su lugar, aceptando la hipótesis, bastante probada, de que tendrán lugar dos venidas, una secreta y otra pública». (Cuando El venga, 134).
Luego del rapto secreto de la Iglesia, habrá en la tierra un período de Gran Tribulación. Algunos dispensacionalistas dividen ese período en dos etapas de 3 años y medio cada una (42 meses), citando Apocalipsis 13.5 y Daniel 7.25. Durante este período, se predicará el Evangelio del Reino y 144.000 judíos se convertirán (Ap. 7.8ss). También habrá convertidos de entre las naciones. (Biblia Scofield, nota de Ap. 7.14).
Al término de la Gran Tribulación, se producirá el regreso de Jesucristo, inaugurando así el Milenio que consistirá en un reinado de mil años literales sobre la tierra. En cuanto al carácter del Milenio, se sostiene que será una teocracia, es decir, la restauración del reinado davídico bajo el Ben David (Hijo de David) y que ese reino será de paz, justicia, santidad, prosperidad económica, etc. Durante el mismo, aparte de la restauración de las 12 tribus de Israel y de la reedificación del templo de Jerusalén, se reanudarán los sacrificios del Antiguo Testamento.
Siguiendo con el PD, al final del Milenio. Satanás hará un último intento por rebelarse y lograr la hegemonía universal, pero será derrotado y lanzado al lago de fuego (Ap. 20.7-10). Los muertos resucitarán y comparecerán ante el Gran Trono Blanco donde serán juzgados. Así se inaugurarán el cielo nuevo y la tierra nueva.
Otros articulos de la serie:
- Parte I
Apuntes Pastorales, Volumen VI ? Número 2