Biblia

Intimidad

Intimidad

por Christopher Shaw

El Señor nos invita a momentos de intensa y prolongada comunión que son indispensables para nuestro crecimiento espiritual.

Versículo: Mateo 6:1-18

6:1 »Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa.6:2 »Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los *hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. 6:3 Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, 6:4 para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. 6:5 »Cuando oren, no sean como los *hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. 6:6 Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. 6:7 Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los *gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. 6:8 No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.6:9 »Ustedes deben orar así: » Padre nuestro que estás en el cielo, *santificado sea tu nombre,6:10 venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.6:11 Danos hoy nuestro pan cotidiano. 6:12 Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.6:13 Y no nos dejes caer en *tentación, sino líbranos del maligno. 6:14 »Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. 6:15 Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas. 6:16 »Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los *hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. 6:17 Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara 6:18 para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.

Leer todo el capitulo

Jesús descarta toda forma de oración que tiene como objetivo impresionar, ya sea que esté dirigida hacia los demás, hacia la persona de Dios o hacia uno mismo, como en el caso del fariseo en Lucas 18.11. En dos cortas frases describe otra clase de oración, radicalmente diferente a esta, que es más sencilla y genuina. No obstante, la sencillez de la misma no disminuye la profundidad ni la intensidad de la experiencia que identifica. Lo invito a meditar, por un instante, en las brevísimas instrucciones que comparte: «Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.» Jesús nos enseña que la experiencia de oración se referiere a algo más que repetir frases delante de Dios. En primer lugar, notamos que Cristo animaba a buscar un lugar apartado del bullicio de la vida cotidiana. Esto no es porque resulte difícil orar en público sino porque los que tenemos poca disciplina en la oración nos distraemos con tanta facilidad. Jesús mismo, según el testimonio de los evangelios, no teniendo acceso a un cuarto interior propio «con frecuencia se apartaba a lugares solitarios para orar» (Lc 5.16). La idea es que el entorno favorezca el momento de comunión con el Padre. En segundo lugar, es interesante notar que Jesús no solamente indicó que debíamos entrar al cuarto interior, sino que debíamos también cerrar la puerta. Si usted piensa en los momentos de su propia vida cuando entra un cuarto y cierra la puerta, la lección que quiso enseñar quedará claramente expuesta. No solemos cerrar la puerta de una habitación cuando tenemos la intención de salir de ella instantes más tarde. Más bien cerramos la puerta cuando deseamos permanecer allí por un tiempo y no queremos que se nos interrumpa. La acción de cerrar la puerta indica para nosotros que la oración no puede ser algo realizado «con apuro». Sin duda podemos orar en cualquier momento, usando frases cortas de adoración, gratitud y petición, del mismo modo que en un matrimonio podemos pronunciar palabras de cariño y amor a lo largo de todo el día. Estos pequeños regalos, sin embargo, no pueden suplantar los momentos de intensa y prolongada comunión que son indispensables para que la relación crezca. Jesús también animaba a que buscáramos a Dios, que está en lo secreto. Esto no indica que Dios es difícil de encontrar, pues él se deleita en mostrase a los hombres. Más bien revela que el crecer en intimidad con el Señor es algo que solamente es concedido a aquellos que tienen un compromiso serio con él. «Me hallaréis cuando me busquéis de todo corazón» declara el profeta Jeremías (29.13). A aquellos que desean guardar sus mandamientos, viviendo una vida de santidad, Jesús promete «y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él» (Jn 14.21). De esta manera el Maestro indicaba que la experiencia de oración se refería a algo más que repetir frases delante de Dios.

Producido y editado por Desarrollo Cristiano para www.DesarrolloCristiano.com. © Copyright 2009, todos los derechos reservados.