Biblia

Influencia peligrosa

Influencia peligrosa

por Christopher Shaw

Algunas actividades, que no parecen «tener nada de malo», con el tiempo, pueden llegar a ser letales.

Versículo: Mateo 16:5-12

16:5 Cruzaron el lago, pero a los discípulos se les había olvidado llevar pan.16:6 Tengan cuidado  les advirtió Jesús ; eviten la levadura de los fariseos y de los saduceos.16:7 Ellos comentaban entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan.» 16:8 Al darse cuenta de esto, Jesús les recriminó: __Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan? 16:9 ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y el número de canastas que recogieron? 16:10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y el número de cestas que recogieron? 16:11 ¿Cómo es que no entienden que no hablaba yo del pan sino de tener cuidado de la levadura de fariseos y saduceos?16:12 Entonces comprendieron que no les decía que se cuidaran de la levadura del pan sino de la enseñanza de los fariseos y de los saduceos.

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Los discípulos no comprendieron la advertencia que Jesús les dio acerca de la levadura de los fariseos y los saduceos hasta que él los corrigió. En cuanto recibieron la aclaración, relata Mateo, «entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos». Resulta instructivo meditar por qué Jesús escogió comparar la influencia de los grupos religiosos más prominentes de la época con levadura, una sustancia cuya mención casi siempre tiene connotaciones negativas en las Escrituras. En el Antiguo Testamento simbolizaba la vida que el pueblo de Israel dejaba en Egipto. Llevaron con ellos panes sin levadura porque su salida fue apresurada y no les dio tiempo para acarrear nada de lo que hubieran podido llevar consigo si su partida hubiera sido planificada con mucha anticipación. De alguna manera el pan sin levadura les recordaría que al salir de Egipto debieron dejar todo lo que ella representaba.El líder sabio entiende que algunos problemas pueden degenerar en verdaderos dolores de cabeza si no son manejados a tiempo. Existen dos elementos en la levadura sobre los cuales vale la pena meditar. El primero de ellos lo señaló Pablo a las iglesias de Corinto y Galacia: «¿Acaso no sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa?» (1Co 5.6). En ambas congregaciones el contexto de este comentario surgía de una actitud ligera y poco seria hacia aquellos que andaban en pecado. La preocupación del apóstol era, precisamente, que para leudar una masa se necesitaba, tan solamente, una pequeña cantidad de levadura. Ya que algo pequeño y aparentemente «insignificante» puede traer serias consecuencias para todo un grupo. No obstante, en el ministerio, no intervenimos en muchas situaciones potencialmente peligrosas porque juzgamos que no son para preocupar a nadie. Tristemente, lo que hoy es un pequeño problema, mañana puede convertirse en una congregación dividida. El líder sabio entiende que algunos problemas de origen insignificante pueden degenerar en verdaderos dolores de cabeza si no son manejados a tiempo. Tal es el caso de Absalón, que lentamente robó el corazón de los hombres de Israel, con comentarios aparentemente inocentes. La falta de intervención en esta situación, eventualmente se convirtió en un intento de destronar a David, su padre. Un segundo elemento a notar en la levadura es que su influencia es prácticamente imperceptible. Si uno mezcla un poco con una medida de harina, no observará ningún cambio inmediato. La harina aparentemente ha hecho desaparecer la levadura. Si vuelve en una hora, sin embargo, encontrará que la masa ha crecido asombrosamente. Sin poder identificar el proceso puntual, la levadura ha efectuado su trabajo y ha contaminado toda la masa. Del mismo modo, los efectos nocivos de ciertos hábitos y pensamientos no son siempre aparentes en un primer momento, pero lentamente van socavando los fundamentos espirituales de la vida y acaban por producir su derrumbamiento. Por esto, es acertado afirmar que el pecado no es el producto de un instante. Más bien es el resultado final de un proceso de debilitamiento interno que acaba en un acto puntual que lo revela. El llamado a estar alertas es uno que demanda de nosotros una actitud de discernimiento. Algunas actividades, que no parecen «tener nada de malo», con el tiempo, pueden llegar a ser letales. Esta puede ser la razón por la cual Pablo afirmó: « Todas las cosas me son lícitas, pero no todas convienen» (1Co 6.12).

Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2010 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.