Acosado por la multitud
por Christopher Shaw
Más allá de las palabras, Jesús era una persona profundamente comprometida con los afligidos.
Versículo: Marcos 7:31-37
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7:31 Luego regresó Jesús de la región de Tiro y se dirigió por Sidón al mar de Galilea, internándose en la región de *Decápolis. 7:32 Allí le llevaron un sordo tartamudo, y le suplicaban que pusiera la mano sobre él.7:33 Jesús lo apartó de la multitud para estar a solas con él, le puso los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. 7:34 Luego, mirando al cielo, suspiró profundamente y le dijo: « ¡Efatá! » (que significa: ¡Ábrete!). 7:35 Con esto, se le abrieron los oídos al hombre, se le destrabó la lengua y comenzó a hablar normalmente.7:36 Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se lo prohibía, tanto más lo seguían propagando. 7:37 La gente estaba sumamente asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»
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Luego del encuentro con la mujer siro-fenicia Jesús volvió hacia la región adonde había ministrado con mayor intensidad, junto al mar de Galilea. Su renombre crecía día a día e invariablemente lo acompañaban inmensas muchedumbres, entre ellos muchos necesitados. El evangelio de Mateo relata que le trajeron «cojos, ciegos, mudos mancos y otros muchos enfermos. Los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó» (15.30). La lista de personas en este pasaje revela, una vez más, el corazón que movía el ministerio de Cristo. Tal como lo anunció el profeta Isaías, más de quinientos años antes de Su llegada, el Espíritu de Jehová reposaba sobre el Mesías para que pudiera ministrar a los «pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel, a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová a consolar a todos los que están de luto; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado» (Is 61.1?3). Si los quebrantados fueron especial objeto de la compasión de nuestro Señor, la Iglesia no puede demostrar un interés menor por ellos.Resulta evidente, por las características de todas las personas enlistadas, que se está hablando de los que menos privilegios y oportunidades tienen en la vida. Son los olvidados o excluidos por aquellos que disfrutan de mayor prosperidad, muchas veces a costa del sufrimiento de los primeros. La respuesta de estos privilegiados es típica de la que podemos esperar de quienes andan en tinieblas, comprometidos con asegurar solamente su propio bienestar. Entre los de la casa de Dios, sin embargo, no debe ser así. Si los quebrantados fueron especial objeto de la compasión de nuestro Señor, la Iglesia no puede demostrar un interés menor por ellos. El problema es que la mayoría de las personas excluidas, precisamente por las condiciones de su vida, no se acercarán a nuestras reuniones para buscar el socorro que tanto necesitan. Más bien, agobiados por la indiferencia, vivirán cada día en un espíritu de resignación, a menos que se les presente la oportunidad de conocer a personas que demuestren verdadero interés en su situación particular. Sin duda, esto es lo que ocurrió en el ministerio de Cristo. No hizo falta que él estableciera un programa para publicitar que estaba interesado en ministrar a los más desafortunados de la tierra. Las multitudes percibían el corazón compasivo y tierno que lo movía y acudían a él en masa. El mensaje que más impacta la vida de los demás es aquel que puede percibirse en las actitudes y acciones de quien lo proclama. Más allá de las palabras, Jesús era una persona profundamente comprometida con los afligidos de la tierra. Este compromiso lo llevó, precisamente, a transitar por las mismas calles que caminaban los que no tenían esperanza. En su andar diario, decenas de oportunidades para ministrar irrumpían a su paso, y jamás tuvo la necesidad de convocar a una reunión especial para alcanzar a los necesitados. Comente: ¿Por qué Marcos escoge resaltar lo ocurrido con esta persona en particular de entre toda la multitud? ¿Qué observaciones puede hacer sobre el «método» qué utilizó Jesús para ministrar a este necesitado?
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