Mientras van
por Christopher Shaw
La formación de discípulos de Jesucristo debe hacerse en el contexto de nuestra vida cotidiana.
Versículo: Mateo 28:19
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28:19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las *naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
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La frase «por tanto» nos da una clara indicación de que esta comisión está íntimamente relacionada a la declaración que Cristo acaba de hacer: «toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra». Es de vital importancia, para el éxito de esta empresa, que los discípulos caminen y se muevan en esa autoridad
Hacer discípulos es responsabilidad de todo la iglesia.
En la reflexión de hoy queremos hacer notar que el verbo «id» no está en imperativo en el idioma original, no es un mandamiento, aunque la mayoría de los cristianos cree que el mandamiento en la Gran Comisión se refiere a salir del lugar donde uno está para ir a hacer discípulos. Esta interpretación ha llevado a la iglesia a pensar en la formación de discípulos como el resultado de un evento programado. Si lo vemos como un ministerio especial, el resultado lógico será creer que solamente algunos poseen este llamado. De hecho, muchas de las organizaciones misioneras usan este versículo para motivar a algunos dentro de la iglesia a involucrarse con del trabajo transcultural. Los que no hemos respondido nos sentimos seguros en la convicción de que «este» no es nuestro llamado.
Al no usar el modo imperativo en el griego, el verbo podría traducirse más precisamente como: «mientras van». Es decir, el «ir» no es el resultado de una acción planificada ni deliberada por nuestra parte. Más bien es el resultado del camino que nos va marcando la vida. Con los desafíos y las oportunidades que la vida trae, cada uno se instalará en diferentes ambientes desde donde llevará adelante su actividad cotidiana. Esto, aun cuando dedicamos mucho tiempo a su planificación, rara vez está en nuestras manos. Más bien nos adaptamos a las circunstancias que se nos presentan. Es, entonces, dentro del marco de nuestras actividades cotidianas, que debemos obedecer el llamado a hacer discípulos.
Esta exhortación coincide con el estilo de Cristo, para quien el hacer discípulos era consecuencia de su andar diario. Lo vemos paseando entre las multitudes, respondiendo a las situaciones que el Espíritu le presentaba. No planificaba actividades especiales para formar discípulos sino que, dondequiera que iba, aprovechaba las oportunidades para introducir a otros al reino de los cielos.
Desde esta perspectiva, entonces, para obedecer la Gran Comisión no se requiere de programas especiales por parte de la iglesia, sino del compromiso de todos sus miembros a hacer discípulos a través de la vida que desarrollan de lunes a sábado. El carnicero presenta a Cristo a aquellos que son sus clientes. El empresario comparte las buenas nuevas con sus compañeros de empresa. El taxista está atento a las oportunidades para compartir las buenas nuevas con sus pasajeros. Cada uno ejerce este ministerio en el lugar donde Dios le ha puesto, y en su andar diario va formando discípulos de Cristo.
Para pensar:Para aquellos que estamos en el ministerio de capacitar a los santos para la obra del ministerio, es fundamental que comuniquemos este concepto. Solamente de esta manera lograremos cumplir con los cometidos de la Gran Comisión. Hacer discípulos es responsabilidad de todo la iglesia.
Autor: Christopher Shaw. Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2003-2010 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.