Dios habló
por Christopher Shaw
Somos parte de un pueblo que ha gozado del privilegio de recibir mensajes por parte de Dios
Versículo: Hebreos 1:1
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1:1 Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas,
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Muchas veces la historia pareciera poseer poca relación con nuestras vidas. No obstante, el autor de Hebreos escoge comenzar su carta con una frase que, de inmediato, nos saca del pequeño círculo de nuestra existencia cotidiana y nos ubica ante figuras tan distantes como Abraham, Moisés, Elías, Oseas o Habacuc. Todos ellos poseen una característica en común: fueron testigos de la iniciativa de Dios. A lo largo del tiempo él escogió, una y otra vez, darse a conocer. Esta iniciativa divina encierra uno de los más grandes obsequios que disfruta el pueblo de Dios, pues el Señor es, en su esencia, misterio. La suma total de las más meticulosas observaciones no nos habrían acercado a su persona al menos que él hubiera escogido darse a conocer. Tal como sucedió cuando Pedro confesó la identidad del Cristo (Mt 16.16), nuestro «descubrimiento» de Dios es pura gracia del cielo. «Bendito eres, Simón hijo de Juan», exclamó Jesús, «porque mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano». (Mt 16.17 – ntv [itálicas añadidas]). Esto es lo que lo distingue a Jehová de los dioses que han atrapado el corazón de los seres humanos. Ellos son dioses cuyos deseos y caprichos deben ser interpretados por especialistas, porque existen en un estado de silencio permanente. No se dignan comunicarse con meros mortales, salvo por los caminos más rebuscados. Nosotros, en cambio, contamos con la bendición de caminar con un Dios deseoso de cultivar la comunión con su pueblo. Antes de que nosotros hayamos pensado en buscarlo, él ya ha iniciado el camino para comunicarse con nosotros. Es por esto que los grandes emprendimientos que marcaron el paso del pueblo de Dios siempre tuvieron sus orígenes en la iniciativa del Altísimo. Dios le propuso a Abraham formar una nueva nación. Dios invitó a Moisés a sacar a Israel de Egipto. Dios indicó a Josué que debía iniciar la conquista de la tierra prometida. Dios envió a Samuel a ungir a David. Dios ordenó a Elías a desafiar a los profetas de Baal. Dios envió a Jonás a predicar la Palabra entre los Asirios. Este mismo Dios es el que camina con nosotros hoy. El peso de la historia nos inspira a creer que él no dará rodeos ni esconderá de nosotros su voluntad a la hora de darse a conocer. Más bien recorrerá todos los caminos necesarios para que entendamos, con toda claridad, lo que nos quiere hablar en este tiempo. Se deleita en que lo conozcamos. Nos invita a entrar en los misterios de su persona por medio de aquellas intimidades que escoge compartir con nosotros. ¡Qué tremendo privilegio gozamos de participar de semejante acontecimiento! Celebremos, hoy, que caminamos con un Dios que ha escogido, por el puro amor de su corazón, darse a conocer.
Producido y editado por Desarrollo Cristiano para www.DesarrolloCristiano.com. © Copyright 2013, todos los derechos reservados.