En el museo de la fe: Otros héroes
por Christopher Shaw
La fe es el elemento que comparten en común hombres y mujeres de todos los tiempos
Versículo: Hebreos 11:32-34
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11:32 ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, 11:33 los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, 11:34 apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.
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El autor de la epístola reconoce que el tiempo no alcanza para hablar de la multitud de hombres y mujeres que forman parte de rica historia del pueblo de Dios. Entre ellos, menciona al pasar a Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel, y los profetas. Todos estos varones vivieron tironeados entre el compromiso con el Señor y las manifestación más bajas de nuestra naturaleza caída. También ellos nos inspiran al recordarnos que vivir por fe no es algo que alcanzan solamente aquellos que posean alguna unción especial, o que fueron privilegiados con alguna característica que nosotros no poseemos. Cualquiera de nosotros podríamos también ser parte de la lista de integrantes de este museo de la fe. Un aspecto interesante de este capítulo, que se observa con mayor claridad en el texto de hoy, es notar que la actitud de fe produjo siempre una acción. Si aislamos los verbos, notamos inmediatamente el principio: Por la fe conquistaron, hicieron, obtuvieron, cerraron, apagaron, escaparon. El principio que respalda este capítulo es que la fe genuina siempre se traduce en una acción, generalmente osada. La acción siempre nos lleva en la dirección opuesta a la respuesta natural que producen la situación que afrontamos. La fe es mucho más que una conviccicón intelectualLo que quiero dejar en claro es que la fe no es una postura mental. No es una creencia, ni una doctrina. No es estar de acuerdo con la prédica del pastor, ni el entusiasmo que me pueda generar algún autor destacado. Fe es aquello que produce un movimiento determinado en una situación: hablar, andar, proclamar, ofrendar, reprender, declarar, visitar, llamar, orar. La lista de acciones es interminable, porque los proyectos del Señor no tienen fin. La NTV nos ofrece una excelente traducción de la actitud apropiada para moverse por fe: «Su debilidad se convirtió en fortaleza» (11.34). Esta es la tierra en la que prospera la semilla de la fe. La persona que cree que tiene todo controlado, o que con un poco de esfuerzo puede resolver sus dificultades no necesita de fe. Más bien se va a apoyar en su propia disciplina. La fe entra en acción cuando estas mismas personas (a veces luego de haber recorrido un largo e infructuoso camino) se dan cuenta de que solos no pueden. Esta es la razón por la que las historias que más nos inspiran son de aquellos que se encontraban al borde de la desesperación: La mujer con el flujo de sangre, Bartimeo, el hijo pródigo, la mujer cananea, Daniel en la fosa de leones, el centurión, los cuatro amigos del paralítico, José olvidado en una cárcel egipcia. Reconocer que somos débiles y que no podemos hacer nada para revertir una situación es lo mejor que nos puede pasar. El orgullo se opone a esta confesión, pero el espíritu la realiza con alegría. Es la llave que destraba las grandes aventuras que han acompañado, desde siempre, al pueblo de Dios.
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