La alegría compartida, es alegría doble
Hay un antiguo refrán sueco que he visto en muchas cocinas: «La alegría compartida es alegría doble. La tristeza compartida es la mitad de tristeza.» . . .
Adquirimos perspectiva al tener alguien a nuestro lado. Tenemos objetividad. Tenemos valor en situaciones amenazadoras. El tener a otro cerca modera nuestro dogmatismo y ablanda nuestra intolerancia. Adquirimos otra opinión. Adquirimos lo que hoy, en nuestro mundo técnico, se llama «opinión.»
En otras palabras, es mejor no trabajar ni vivir la vida solos. Es mejor no ministrar solos. Es mejor tener a alguien al lado nuestro en la batalla. Por esta razón, en mis días en la marina, se nos enseñó que si se daba la orden «a cavar,» debíamos cavar un agujero en donde cupieran dos.
El tener a otro cerca modera nuestro dogmatismo y ablanda nuestra intolerancia.
Tomado del libro Sabiduría Para el Camino (Nashville: Grupo Nelson, 2009). Copyright © 2015 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.