Cinco hurras por mamá
¿Qué exige la maternidad? Ternura transparente, espiritualidad auténtica, confianza interior, amor desprendido y dominio propio. Toda una lista ¿verdad? Casi más de lo que esperaríamos.
Tal vez eso explica por qué Erma Bombeck, una humorista americana que describía la vida de una ama de casa suburbial con un sentido de humor muy elocuente, solía decir que la maternidad exige 180 partes movibles y tres pares de manos y tres pares de ojos . . . y, yo añadiría, la gracia de Dios. Si resulta que usted es madre, aquí hay uno que aplaude todos sus esfuerzos. ¡Cinco hurras por todo lo que usted hace! . . .
¿Recuerda el caballo de piel en El conejo de terciopelo? Todo su relleno estaba empezando a salirse, casi ni tenía pelo por el «cariño ,» pero, ¡qué valioso que era! Madres que se cuidan meticuliosamente no tienen hijos seguros. Madres meticuliosamente cuidadas, intocables, «de terciopelo» producen hijos frágiles, egoistas, intocables. Pero mamás seguras, nada egoístas, de alguna manera se las arreglan para depositar hijos saludables e íntegros en nuestra sociedad solitaria y asustada.
Tomado del libro Sabiduría Para el Camino (Nashville: Grupo Nelson, 2009). Copyright © 2009 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.