Absoluto silencio
Estoy convencido más que nunca de que no hay manera en que usted y yo podamos avanzar a una relación más profunda, más íntima con nuestro Dios sin prolongados tiempos de quietud, lo que incluye una de las más raras de todas las experiencias: silencio absoluto.
¿Sueno más como un soñador místico? Si es así, lo mismo el salmista que escribió estas palabras familiares que a menudo citamos pero rara vez obedecemos: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» (Salmos 46:10).
Se nos ordena que nos detengamos (literalmente) . . . descansemos, nos relajemos, aflojemos y hagamos tiempo para Él. La escena es de tranquilidad y quietud, escuchando y esperando ante Él. ¡Experiencias tan foráneas en estos tiempos atareados! Con todo, conocer a Dios profunda e íntimamente requiere tal disciplina. El silencio es indispensable si esperamos añadir profundidad a nuestra vida espiritual.
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.
Tomado del libro Sabiduría Para el Camino (Nashville: Grupo Nelson, 2009). Copyright © 2015 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.