Suba el ancla
¿Le ha hecho usted algún daño a alguien? ¿Ha sido usted ofensivo? ¿Han causado daño sus acciones? No hacer nada no sólo es directa desobediencia a la enseñanza de Jesús, sino que también complica su vida. Añade pesos mentales más pesados de los que usted puede llevar. Es como echar un ancla y luego encender el motor del bote y echarlo a andar. El ancla se sujeta y entreda en el fondo, lo que resulta es un avance terriblemente incómodo por el agua. ¡Qué solución más sencilla! Simplemente suba el ancla. . . .
Permítame darle un consejo sencillo: No podemos estar en buena relación con Dios mientras no estemos en buena relación con los demás.
¿Le ha hecho usted algún daño a alguien? ¿Hizo algo para corregir lo que hizo?
Tomado del libro Sabiduría Para el Camino (Nashville: Grupo Nelson, 2009). Copyright © 2015 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.