¿Qué Buscan?
La Escritura guarda silencio en cuento a los acontecimientos que ocurrieron el miércoles de la última semana de Jesús. Sin embargo, ese día de mitad de semana, estaba muy lejos de ser un día pacífico. La anticipación y aún el temor, se podía sentir en el aire alrededor de la vieja ciudad.
Durante esta conmovedora semana festiva, todos estaban buscando algo. Los religiosos al celebrar la Pascua, procuraban recordar su liberación de Egipto. Los “zelotes” estaban buscando un revolucionario que los ayudara a librarse de Roma. Las legiones romanas estaban buscando a cualquiera que hiciera algún disturbio entre la multitud. Y cada judío estaba en la búsqueda del Mesías.
Tan sólo unos días atrás, por haber elegido entrar en la ciudad, Jesús había hecho una declaración intencional y clara de que Él era el Mesías. En verdad, Aquél que había sido prometido y profetizado había llegado. Pero, a pesar de las señales, muy pocos entendieron las implicaciones de Su anuncio, y esos pocos que lo hicieron, rechazaron lo que Él clamaba ser.
La tensión debió haberse hecho sentir entre las calles de la ciudad. Conspiración, Murmuraciones. Miradas desconfiadas. Enemigos en las sombras… los comentarios sobre dinero manchado en sangre. Y mientras los discípulos se cuidaban sus propias espaldas, los fariseos buscaban un espacio adecuado en medio de la muchedumbre para atrapar a Jesús.
Solamente Jesús entendía los acontecimientos que ocurrirían esa semana, anticipada desde antes de la fundación del mundo, y anunciada por videntes y profetas. A pesar de las miles de oportunidades para escapar de Jerusalén, Jesús centró su corazón en lo que había de cumplirse en los días que vendrían.
…Y todo comenzaría al día siguiente..
Jesús centró su corazón en lo que había de cumplirse en los días que vendrían.