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Los argumentos del religioso (el judío) en contra de una religión de corazón (tercera parte)

Los argumentos del religioso (el judío) en contra de una religión de corazón (tercera parte)

por Alpha-Omega Ministries, Inc.

Texto bíblico: Romanos 3.1–8


Punto 3. (3.5–8) Amor—Justicia: La pregunta es: «¿Será injusto Dios si da castigo? Si mi incredulidad y pecado le da a Dios la oportunidad para vencer (Ro 3.4) y mostrar su justicia, entonces mi pecado traerá mayor gloria a Él. Le da la oportunidad de cumplir con su Palabra. ¿Cómo me puede castigar por eso? ¿No es injusto al imponerme un castigo?»


Existen cuatro respuestas:

  • Dios prohibe (me genoito): ¡abajo tal pensamiento! ¡No! ¡Nunca!
  • Dios es moral; por tanto, él debe juzgar al mundo. Él no sería moral y justo si no juzga al mundo.
  • Tal argumento es contradictorio. Analícelo. «Si mi pecado y desobediencia le da a Dios la oportunidad de demostrar su justicia, ¿por qué entonces me llaman un pecador por eso? Mi pecado es realmente algo bueno. Le da la oportunidad a Dios de mostrar lo bueno que él es. Yo podría pecar, eso es cierto, pero sólo cosas buenas resultarán de eso. Cuando Dios me acepta tal como soy, un pecador, Dios tiene la oportunidad de mostrar lo gloriosamente misericordioso que él es. Usted no me puede condenar por darle a Dios la oportunidad de mostrar su misericordia.»
  • La condenación de personas que argumentan este aspecto es justa; no es injusta. Tales argumentos son grandes decepciones. Una persona exclama: «Un Dios de amor no puede vengarse. Él es demasiado bueno y amoroso. Estará negando su propia naturaleza de amor si él me juzga.»

  • Este argumento falla a la hora de ver que el amor genuino es justo. El amor expresado injustamente no es amor; es libertinaje y una indulgencia. El amor de Dios es perfecto, sin prejuicios o imparcialidades. Es para todo el mundo (Jn 3.16; 1 Jn 2.2). No es un libertinaje ni una indulgencia; tampoco puede existir, no en su perfección. Tampoco puede permitir el libertinaje ni las indulgencias. El amor de Dios es completa y perfectamente justo. Demanda justicia. En ningún respeto, este amor puede ser injusto al fallar al juzgar. Tampoco Dios puede ser acusado de no amar cuando ejecuta la justicia (Ro 2.2–16). El amor de Dios es justo; la justicia de Dios es la demostración del amor perfecto.


    La cruz fue el lugar donde Dios exaltó su justicia perfecta por medio de su Hijo, y esto es el mejor ejemplo de la gloriosa verdad. La cruz es la demostración perfecta del amor y de la justicia de Dios. Lea Juan 3.16; Romanos 5.8; 2 Corintios 5.21; Gálatas 3.13; Efesios 5.2; 1 Pedro 2.24, 3.18


    Las personas serán juzgadas y condenadas si han rechazado el amor y la salvación de Dios provista en su Hijo Jesucristo. Lea Mateo 16.27, 25,31–32; 2 Corintios 5.10; 1 Pedro 1.17; 2 Pedro 2.9; 3.7; Judas 1.14–15; Apocalipsis 22.12


    Usado con permiso,


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