Cuestionando a Dios
por No Aplica
Texto de referencia: Job 7:20-21; Salmo 10:1; Habacuc 1:1-4; Marcos 15:34
Jesús clamó en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Este fue un grito humano, un clamor de desesperación, que brotó de la agonía de su corazón ante el hecho de haber caído en manos de hombres malvados, y de la realidad de convertirse en pecado por usted y por mí.
Nunca podríamos sufrir de esa manera; sin embargo, a veces nos sentimos abandonados y clamamos: «¿Por qué, Señor?» El salmista preguntó por qué. Job, un hombre sin tacha, que sufrió horribles tormentos sobre un montón de ceniza, preguntó por qué. No me parece que ese cuestionamiento haya sido pecaminoso. Lo pecaminoso es resentirnos contra Dios y contra la manera en que nos trata.
Mención: Elisabeth Elliot, Keep a Quiet Heart, Vine Books, 1995. Tomado del libro «ilustraciones perfectas» publicado por editorial Unilit. Usado con permiso.