Biblia

Los colores de esperanza

Los colores de esperanza

por Sam Doherty

¿Ha hablado Dios a tu corazón respecto a los niños y su necesidad espiritual? ¿Desea él que evangelices a algunos niños? ¿Estás dispuesto a involucrarte de alguna manera? En el siguiente artículo, el autor Sam Doherty nos ofrece un sencillo bosquejo del libro sin palabras que nos puede ayudar a evangelizar a los niños.


Segundo artículo de la serie: Mi respuesta es sí


Un sencillo bosquejo para ayudarte a evangelizar a los niños

Sugiero que primeramente compres un «Libro sin palabras». Si no es posible comprarlo, entonces puedes confeccionarlo. El «Libro sin palabras» tiene una tapa verde, y adentro contiene cuatro páginas: una dorada, una negra, una roja y una blanca. Cada color representa un conjunto de verdades del evangelio, y lo debes mostrar a los niños mientras hablas sobre esas verdades.


La página dorada nos habla acerca de Dios y de su santidad.


La página oscura nos habla del pecado y sus consecuencias (Es mejor usar la palabra «oscura» que «negra» ya que es más bíblico y no causa tanta ofensa.)


La página roja nos habla acerca de Jesucristo y de su muerte por el pecado.


La página blanca nos habla de la salvación y sobre todo de la justificación.


La tapa verde nos habla acerca del crecimiento espiritual después de la salvación.


Luego, si lo deseas, puedes usar el sencillo bosquejo que damos a continuación, mientras hablas con un niño o un grupo de niños.


La página dorada


«¿Creen que hay un Dios? Por supuesto que lo creen. Cuando miran alrededor y ven todas las maravillas y la belleza de la naturaleza, saben que no surgieron por sí solas. Alguien las hizo, y ese Alguien es Dios.

«¿Saben cómo es Dios? La Biblia es la Palabra de Dios y nos dice cómo es él. La verdad más importante acerca de Dios es que él es santo. ¿Qué significa esto? Que él es totalmente puro y sin pecado. Cuando miro la página dorada, pienso en el oro. Él oro no es tan sólo un metal precioso, también es sumamente puro. Ha sido calentado hasta que hayan salido todas las impurezas. De esta manera la página dorada nos recuerda un Dios puro, santo y sin pecado. La Biblia dice: «Santo, santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso» (Isaías 6: 3). La página dorada también nos recuerda el cielo, donde vive Dios y donde no hay pecado. La Biblia dice que la ciudad celestial, y la calle principal de la ciudad son «de oro puro, como cristal transparente».

«Pero Dios también es justo. Esto significa que tiene que castigar el pecado. No puede simplemente pasarlo por alto o darle la espalda.»


La página oscura


«La segunda página no es una representación de Dios, sino de nosotros mismos. Todos nacimos con corazones oscuros y pecaminosos y por eso nos es fácil hacer cosas malas. La Biblia dice que «todos han pecado y están privados de la gloria de Dios» (Romanos 3:23). Dios en su Palabra nos ha dado una serie de mandatos, tales como: «Honra y obedece a tu padre y a tu madre»; «no robes»; «no mientas»; «no adores a nadie o a nada aparte de Dios». Pero al leer estos mandatos, nos damos cuenta que no los hemos obedecido o cumplido, por lo menos algunos de ellos. Eso significa que hemos pecado. Dios es santo. En su presencia no hay pecado. Por lo tanto no podemos ir al cielo a estar con él cuando muramos, a menos que nuestro pecado sea perdonado.

«Dios también es justo. Eso significa que tiene que castigar nuestro pecado, salvo que alguien tome nuestro lugar, y asuma nuestro castigo en vez de nosotros.»


La página roja


«Esta página roja me recuerda a alguien que tomó nuestro lugar y llevó el castigo de nuestro pecado. Esa persona es el Señor Jesucristo. Él es el Hijo de Dios. Nos amó tanto que vino a este mundo, hace unos 2,000 años, para vivir aquí 33 años y luego morir en la cruz por nosotros y por nuestro pecado. Por eso esta página es roja. En la cruz el Señor Jesucristo fue castigado por Dios el Padre, no por su propio pecado (ya que él jamás pecó) sino por el nuestro para que nosotros ya no fuésemos castigados. Él derramó su preciosa sangre por nosotros. La Biblia dice que «cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros» (Romanos 5:8). ¡Cuánto nos amó!

«Pero no permaneció muerto. Luego de tres días resucitó de entre los muertos, y ahora vive para siempre. Cuarenta días después volvió al cielo y hoy es el Rey de Reyes y Señor de Señores; y él desea ser tu Salvador y tu Señor.»


La página blanca


«Esta página es linda ¿no es cierto? Es muy diferente de la página oscura.

«El Señor Jesús murió por ti y desea salvarte para que no seas castigado por tus pecados y para que seas cambiado y empieces una nueva vida. Pero hay algo que debes hacer para ser salvo.

«¿Estás convencido en tu corazón que has pecado? ¿Realmente quieres ser salvo? La Biblia dice: «Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo» (Romanos 10:13).

«Les voy a contar un cuento. Beto estaba de vacaciones. Le encantaba la playa, le encantaba el mar, y le encantaba nadar. Mientras su papá dormitaba en la playa, Beto entró a nadar. Pero se alejó demasiado de la orilla. El agua estaba cada vez más profunda. Ya no podía tocar el fondo. Tuvo miedo y pensó que se ahogaría.

«¿Qué creen que hizo? ¿Qué hubieran hecho ustedes? Llamó a su papá: «Papá, sálvame». Y su padre de inmediato entró al agua y rescató a su hijo, evitando que se ahogara.

«La Biblia dice que un niño que sabe que es pecador y que desea ser salvo, debe clamar al Señor Jesús y pedir que lo salve. Él te salvará, no de ahogarte, sino del pecado para que no estés separado de Dios. Si llamas al Señor Jesús hoy en tu corazón, y le pides que te salve, la Biblia promete que él lo hará, ¡de inmediato!

«Si deseas ser salvo, pero aún no estás seguro de lo que debes hacer, estoy dispuesto a conversar contigo después para explicarte con más claridad. Cuando acabe la reunión, quédate en tu sitio, y yo me acercaré a hablar contigo.

«¿Realmente deseas ser salvo? ¿Deseas que tus pecados sean perdonados? ¿Deseas ser transformado y empezar a vivir una vida que agrada a Dios? Si es así, habla con el Señor Jesús en tu corazón, ahí donde estás sentado. No es necesario que le hables en voz alta. Simplemente pídele que te salve, y él lo hará. Él ha prometido que «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo», ¡y él siempre cumple sus promesas!

«Si así lo haces, Dios te verá tan limpio y puro como el mismo Señor Jesús. Serás como esta página blanca a los ojos de Dios. Todo tu pecado será perdonado para siempre, y tendrás la seguridad de ir al cielo cuando mueras. No esperes, hazlo hoy mismo.»


La página verde


Esta página se puede usar para mostrar cómo un niño salvo puede crecer (1 Pedro 2:2) y ser cada vez más como el Señor Jesús:

Leyendo y obedeciendo su Biblia

Hablando con Dios a diario

Contándole a otros que ha confiado en el Señor Jesús

Confesando su pecado ante Dios cuando comete alguna falta. No necesita recibir salvación nuevamente.

Asistiendo a una buena iglesia y reuniéndose con otros creyentes



Un desafío final


¿Ha hablado Dios a tu corazón respecto a los niños y su necesidad espiritual? ¿Desea él que evangelices a algunos niños? ¿Estás dispuesto a involucrarte de alguna manera?

¿Considerarías en oración estas posibilidades?


Los niños pueden ser evangelizados en sus propios hogares

¿Eres padre, madre, abuelo o abuela creyente?

¿Has evangelizado a tus propios niños?


Los niños pueden ser evangelizados en la iglesia local

¿Eres pastor o maestro de Escuela Dominical?

¿Has estado evangelizando a los niños bajo tu responsabilidad?

¿Desearías involucrarte, o incrementar tu compromiso en un ministerio hacia los niños en tu iglesia local?

¿Estarías dispuesto a ser maestro de Escuela Dominical o apoyar en algún ministerio entre semana dirigido a los niños?

La mayoría de los niños no tienen padres creyentes ni asisten a una iglesia evangélica

¿Estarías dispuesto a ayudar a alcanzar algunos de estos niños?

¿Empezando una clase bíblica en tu hogar para los niños del vecindario?


¿Dirigiendo una reunión semanal al aire libre en el verano?


¿Organizando una reunión diaria al aire libre durante cinco días consecutivos?


¿Invitando a los niños a venir a la Escuela Dominical o a alguna reunión durante la semana y buscándolos?


¿Invitando a los niños a un campamento de una semana organizado por tu iglesia, y apoyando en dicho campamento?


¿Organizando y enseñando en una Escuela Bíblica Vacacional en tu iglesia durante una semana?


¿Organizando o ayudando con una campaña evangelística para niños en tu iglesia?


¿Hablando con un niño acerca del Señor Jesús cuando se te presente la oportunidad?


¿Distribuyendo folletos evangelísticos a niños?


Si deseas más información acerca de cualquiera de estas actividades, por favor comunícate con la oficina más cercana de la Alianza Pro-Evangelización del Niño.




En memoria de alguien que tuvo compasión

¿Cuál era su nombre? No lo sé.

Solo sé que oyó la voz de Dios y vino,

Dejó su tierra y atravesó el mar, para vivir y trabajar para Dios y por mí,

Y noche y día con llanto y sudor

Labró la tierra

Para lograr el tierno fruto de los pequeños,

Las almas de los niños.

Y al fin murió sin memorial alguno.

No sonaron las trompetas

Vivió, murió, no sé cual era su nombre.

¿Y yo?

¿Habrá un niño en su hogar, quizá al otro lado del mar

Dónde tú, quien amas a los niños, me enviarías a mí?.

¿Buscar y traer a los pequeños a causa de su nombre,

Llevar un puñado de su semilla

Y esparcirla, hasta que rinda a su vez

Su ciento por uno, la cosecha dorada

Alcanzar a los niños que esperan conocer a mi Rey?

Muéstrame, Padre, la calle o el mar.

¿Es ésta tu voluntad? Gran Dios, envíame a mí.

No importa el lugar, no importa el costo

Iré contigo por los niños perdidos.

(Autor Desconocido)

Tomado y adaptado del libro ¿Por qué evangelizar a los niños?, Sam Doherty, Desarrollo Cristiano Internacional, 2002, pp. 107–112