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Líderes que trapean pisos

Líderes que trapean pisos

por No Aplica

Texto de referencia Mateo 20:20-28; Juan 13:1-17; 1 Pedro 5:3

Kevin recuerda en ChurchLeadersOnline.com una lección que aprendió de su padre acerca del liderazgo:

Papá y yo caminábamos tranquilamente entre los elevados pinos sobre la alfombra de paja de marrón de pino. Habíamos llegado de New Hampshire solos los dos, algo que nunca antes había sucedido. Supe entonces que habiendo cumplido los once años me estaba haciendo hombre.


Pusimos en la canoa nuestra red, cajas de aparejos y cañas, y luego nos deslizamos en silencio por el río Ossipee. Mientras papá remaba desde la parte trasera, yo lanzaba mi confiable carnada Mepps cerca de los lirios blancos. Padre, hijo, canoa, agua, peces, pinos…Este era el cielo de mi niñez. Con desesperación quería mostrarle a papá que era digno de la confianza que había puesto en mí al invitarme a este viaje.


Dos noches después desperté con un terrible dolor de estómago. Temí vomitar. Debía ir rápidamente al baño. Pero la cabaña estaba fría y oscura, y tendría que bajarme de mi cálida litera superior. De repente vomité por el lado de la litera.


Papá oyó la horrible salpicada, entró corriendo, prendió la luz y observó la suciedad.


– ¿No pudiste llegar hasta el baño? – me preguntó.


– No. Perdóname – dije.


Sabía que merecía cualquier comentario de enojo que pudiera venir. Había hecho algo ridículo, sucio, vergonzoso…y lo peor de todo, infantil.


Sin embargo, papá no gritó. No me insultó. Meneó un poco la cabeza, luego salió y regresó con un balde de jabonosa agua caliente y un cepillo de fregar. Yo observaba asombrado mientras él se ponía de rodillas y restregaba y limpiaba cada tabla de pino.


Como papá murió repentinamente, me quedó este recuerdo.


Como líderes cristianos enfrentamos muchas suciedades horribles y vergonzosas.


A menudo nuestra gente podría desilusionarnos. Pero Jesús ya nos mostró lo que debemos hacer en esa situación: «Si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros» (Juan 13:14 NVI).

Tomado del libro Ilustraciones perfectas publicado por Unilit. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.