Niveles de enojo
por No Aplica
Texto de referencia
Dos amigos, Guillermo y Tomás, estaban bebiendo una noche en una confitería nocturna. Se trenzaron en una discusión acerca de la diferencia entre irritación, enojo y furia.
– Mira, Tomás dijo Guillermo aproximadamente a la una de la mañana te daré un ejemplo de irritación.
Guillermo se dirigió al teléfono, depositó una moneda y marcó un número al azar. El teléfono sonó, sonó y sonó
– ¿Podría hablar con Juan? dijo Guillermo cuando finalmente contestó una voz somnolienta al otro extremo de la línea.
– Aquí no hay nadie llamado Juan replicó el contrariado hombre mientras colgaba el auricular.
– Ese le dijo Guillermo a Tomás es un hombre irritado
Pasó una hora, eran las dos de la mañana.
– Ahora te mostraré un hombre enojado manifestó Guillermo, mientras iba al teléfono, marcaba el mismo número, y lo dejaba sonar. Finalmente la misma voz somnolienta contestó el teléfono.
– ¿Podría hablar con Juan, por favor? preguntó Guillermo.
– Aquí no hay nadie llamado Juan fue la respuesta enojada, esta vez en voz alta. El hombre colgó el auricular de un golpe.
Pasó otra hora, esta vez eran las tres de la mañana.
– Ahora te daré un ejemplo de furia le volvió a decir Guillermo a Tomás.
El hombre fue nuevamente al teléfono, marcó el mismo número y dejó que sonara.
– Hola, soy Juan. ¿Ha habido alguna llamada para mí? preguntó Guillermo cuando finalmente contestó el individuo somnoliento.
Tomado del libro Ilustraciones perfectas publicado por Unilit. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.