Lo que necesitamos y lo que no
Por: Carlos Padilla Esteban
Tenemos muchas necesidades. Necesitamos un ventilador cuando hace calor. Ropa de abrigo con el frío. Necesitamos de vez en cuando un abrazo, más de uno, más largo. Y un beso que nos recuerde cuánto nos quieren.
Necesitamos una palabra de aliento, de esperanza, una mirada de consuelo. Mirar un paisaje bello y quedarnos ahí, callados, sin pensar, soñando imposibles. Pintar con la imaginación un paraíso en la tierra donde vivir y morir.
Necesitamos tiempo para nosotros, para meditar en nuestra vida, para ahondar. Mucho silencio en medio de tantos ruidos. Algo de luz y paciencia. Necesitamos un poco de sol. Y de nubes que oculten un rato el sol.
Necesitamos algo de soledad para no vivir siempre hacia fuera. Necesitamos correr y cansarnos para poder descansar. Necesitamos la risa de los niños que nos habla de una mirada pura, de la mirada de Dios.
Necesitamos llegar a la meta y ponernos de nuevo en camino. Aprender a jugar con cosas sencillas, descomplicando la vida.
Pero no necesito que me apoyen siempre para tener paz. Tampoco necesito todo el dinero del mundo para ser feliz, ni toda la suerte. Ni siquiera algo de suerte o un trabajo fijo.
No necesito triunfar en todas mis carreras. En algunas me caeré, en otras quedaré último. No importa. No necesito necesitar muchas cosas para sentirme vivo, ni caminar mil caminos para llegar a un solo lugar.
No necesito probarlo todo para saber si quiero algo o no lo quiero. No necesito leer todos los libros para sentirme culto. Ni tampoco necesito una mirada de aliento cuando caigo, pero si la recibo me levanto de forma diferente.
Sí necesito estrellas que iluminen la noche. Sobre todo cuando he renunciado a muchas cosas por amor. Necesito algo de sol para evitar que cada día acabe con su muerte.
Necesito levantarme con ganas cada mañana, sin miedo, con la esperanza que me da el ancho mar. Necesito un buenos días, una sonrisa. Necesito sonreír para no olvidar de dónde vengo.
Necesito una oración tranquila que me ponga en mi lugar, y le dé paz a mi alma. Necesito callar para escuchar de nuevo. Y decir algunas cosas para alegrar a alguien.
No necesito sentirme bien a todas horas, ni en todas partes, ni con todas las personas. No necesito comer todo lo que me apetece. Necesito esperar lo que aún no poseo. Y alegrarme al mismo tiempo con la vida tal y como venga.
Necesito sonreír aun en medio de la tormenta. No necesito evitar todo fracaso posible. Los fracasos son parte de la vida. La derrota y la victoria no las necesito. Suceden. Y cuando llegan sí que necesito cuidar esa sonrisa que está grabada en el alma suceda lo que suceda.
Necesito vivir cada día como si fuera el último. Aprovechando cada hora. Saludando con alegría. No necesito ser más joven. Aunque las canas me turben. Sí necesito esperar callado el final del día.