Trabajo en equipo
por Eric Reed
¿Cómo es posible que existan congregaciones que ardan por el fervor de la evangelización mientras otras no pueden ni siquiera mantener sus puertas abiertas? El autor analiza varios métodos utilizados por diversas iglesias que están marcando una diferencia en sus ciudades. ¿Interesado? ¿Desea saber como promover la pasión por la evangelización…?
Algo muy extraño me pasó cuando estaba en la ciudad de Daytona Beach. Uno esperaría que una ciudad costera durmiera hasta tarde los domingos, pero en las calles aledañas a la cuadra donde están la Primera Iglesia Bautista y la Primera Iglesia Metodista Unida había mucho movimiento.
Al principio no me había percatado la iglesia metodista. La colección de edificios que bordeaban la cuadra fueron en un tiempo locales de comida rápida y tiendas de souvenir. Ahora alojaban a los ministerios especiales de la iglesia bautista. Al final de la cuadra, se encuentra la iglesia metodista, el edificio es color beige (igual a la iglesia bautista) y el techo es del mismo estilo español. Al principio pensé que era el «viejo» santuario bautista, pero el letrero al lado de la puerta decía Iglesia Metodista, y la hora del culto: 11 a.m. La iglesia Bautista empezaba a las 9:45 a.m., por eso decidí asistir a ambas.
Vine a esta ciudad porque la Primera Iglesia Bautista de Daytona Beach está desarrollando un nuevo programa de evangelización. Un plan que une el testificar con la escuela dominical, FAITH (Fe en español) está por todas partes: en los boletines, en un estandarte de ocho metros en la entrada. FAITH es un acróstico que invita a compartir, bueno, la fe de uno.
El auditorio tiene capacidad para dos mil personas, y la Primera Iglesia Bautista está doblando el número de las clases de escuela dominical este año.
Después de un alegre canto, un himno con trompetas, y un simple pero sincero mensaje acerca del hijo pródigo, el pastor hace una invitación. A medida que se arrodilla junto al púlpito que tiene forma de cruz, más de una docena de personas caminan hacia el altar para profesar su fe en Cristo y unirse a la iglesia. Me escabullo de mi asiento de balcón, el único que estaba disponible cuando llegué, y me dirijo hacia las escaleras. Puedo sentir los ojos de las personas que están en el piso superior y cuya esperanza es que ahí va otro pecador que va a pasar adelante.
En realidad, me dirijo hacia la puerta.
En menos de un minuto, estoy en la iglesia metodista y sentado en una antigua butaca de terciopelo. Hay menos de cien personas en un templo construido para quinientas. A excepción de la niña de nueve años que visita a su abuela, soy la persona más joven en el templo. Yo y tal vez el pastor. Después de un tranquilo preludio de órgano, el pastor se acerca al púlpito y ofrece unos cuantos anuncios generales. Luego, lo último:
«Esto ha sido una decisión difícil para todos nosotros, una decisión que ha llegado después de mucha oración y debate. En la noche del miércoles, en la reunión de la congregación, votamos para cerrar la iglesia. Todos sabemos que esto se veía venir desde hace tiempo. Para nadie es fácil, especialmente después de ministrar aquí por cien años. El último domingo de enero celebraremos nuestro último servicio».
Parece que a nadie lo tomó por sorpresa la noticia.
Algunas personas lloran durante el sermón. Cantamos «Firmes y adelante» y después de recibir la santa cena, un hombre bastante mayor nos da a cada un clavel blanco. Es triste, pero estoy agradecido por haber visitado a una anciana mujer que yo no sabía que estaba muriendo.
¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo es posible que una congregación arda con el fervor de la evangelización mientras otra no puede mantener sus puertas abiertas? Y (perdóneme por esta pregunta) ¿Comprarán los bautistas el último cuarto restante de la cuadra y lo llenarán con los recién convertidos? Después de todo, el edificio combina.
Una encuesta revela que en los Estados Unidos 46% de las personas se identifican como evangélicos. El investigador George Barna, basado en las respuestas obtenidas a las preguntas básicas acerca de la salvación, estima que 41% ha nacido de nuevo. Sin embargo, la asistencia a los cultos de todas las denominaciones es de 43% en una semana cualquiera. Probablemente, más de la mitad de las personas que usted ve cada día no sostienen una relación viva con Jesucristo.
Eso es más de lo que pueden alcanzar los 400.000 pastores que están en ese país. De todas formas, la gran comisión es para todos los seguidores de Jesucristo. Sin embargo, queda claro la separación que existe entre la gran comisión y la congregación promedio.
Esta separación es evidente incluso entre las iglesias que se declaran evangélicas. En la Convención Bautista del Sur, la denominación protestante más grande en los Estados Unidos, el porcentaje de miembros a bautismos es de 38 a 1. En otras palabras, el año pasado solamente un miembro de 38 guió a alguien hacia la fe en Cristo y la membresía. Las cifras de otras iglesias tampoco son tan buenas.
Entonces, ¿cuál es la respuesta? ¿Cómo un cristiano regular puede empezar a evangelizar? La búsqueda me llevó a cinco iglesias y a seis conclusiones.
La pasión del pastor
La pasión de Bill Hybels está llevando a los perdidos hacia la fe en Cristo. Desde que fundó la iglesia Willow Creek Community Church en los suburbios de Chicago en 1975, Hybels ha redefinido la evangelización dándole al cristianismo un nuevo enfoque para los inconversos y un nuevo lenguaje con el cual se identifican: los inconversos son buscadores. Hybels calcula que en los primeros años de Willow Creek 90% de su energía y recursos se invirtieron en la evangelización; el resto, 10%, se dirigía al discipulado. En las décadas siguientes los porcentajes se invirtieron. Eso es de esperarse. Hybels le dijo a los pastores en su Leadership Summit1 hace dos años. «El cambio en la vida de los creyentes hace un giro para evangelizar menos».
Confrontado por esta realidad, Hybels se dispuso a crear lo que él llamó «un enfoque balanceado para producir una iglesia balanceada». Él identificó cinco valores, los ordenó (empezando con «g», evangelizar es «gracia») y le dio a cada uno un valor equitativo del tiempo, energía y recursos de Willow.
La nueva configuración de Willow: 40% se dirige a gracia (evangelización) y los otros valores (crecimiento, grupos, dones, buena mayordomía) reciben 15% cada uno. «La guerra se lleva a cabo en el punto de la evangelización», comentó Hybels. «En este esfuerzo es donde se debe concentrar las fuerzas».
Esta iglesia identificó aquellas personas que tenían el don para evangelizar y los comisionaron. Hybels fomentó la importancia de evangelizar en la vida diaria del creyente, y la iglesia empezó a orar por los perdidos durante sus cultos de entre semana.
Willow Creek entró a lo que Hybels llamó «la temporada más grande de evangelización en nuestra historia». En los seis meses después del énfasis renovado hacia la evangelización, la iglesia bautizó a 975 personas.
Del libro de Hybels, Conviértase en un cristiano contagioso, se publicó un estudio que se utiliza en cientos de iglesias hoy en día.
Combustión planeada
Evangelism Explosion (Evangelismo Explosivo) es el abuelito de los cursos para testificar. Aún ahora en su décimo tercer aniversario, la organización E.E. fundada por D. James Kennedy, pastor de la iglesia Coral Ridge Presbyterian Church en Coral Gables, Florida, continúa entrenando a más de cinco mil personas por año para presentar el evangelio en cuarenta y cinco minutos. Los equipos E.E. capacita a líderes en un modelo que se ha utilizado en muchos cursos. En 1994, una encuesta entre los lectores de Christianity Today, reconocieron a E.E. como el programa de entrenamiento para testificar más eficaz entre todos los cursos disponibles en ese tiempo. La permanente contribución de E.E. es su énfasis en enseñar a un gran número de los miembros de una iglesia a salir para compartir su fe.
Muchos han imitado a E.E.
Bobby Welch pastor de la Primera Iglesia Bautista de Daytona Beach, desarrolló entre los miembros de su iglesia una sencilla herramienta para testificar. Su plan FAITH responsabilizó a un ministerio que ya estaba trabajando bien en el campo de la evangelización: la escuela dominical, y para testificar más se añadieron las metas del bautismo y la membresía.
«Nunca me imaginé a mí mismo como un evangelista», confesó Lee Coggin, un hombre maduro que dirige la clase de las parejas jóvenes. «Pero con FAITH es muy fácil hablar con la gente. Solía llevar a los miembros de la clase a evangelizar, pero si no había nadie en casa, realmente no me decepcionaba. Sin embargo, ahora sabemos cómo tratar la fe de las personas, y si tienen otras necesidades, hablamos acerca de eso también».
Ben y Michelle Maxwell son nuevos en la comunidad, en la iglesia, y en su relación con Cristo. «Vinimos a la iglesia porque la tía de Michelle asistía aquí», dijo Ben, quien no tiene más de veinticinco años y es padre de un pequeño que apenas comienza a caminar. «Después de eso, una pareja de la escuela dominical nos visitó varias veces, nos hablaron acerca de Jesús y de la iglesia. Realmente se interesaron por nosotros».
Ben aceptó a Cristo y Michelle renovó su compromiso. Han sido fieles asistentes por siete meses.
«Nos dimos cuenta más tarde que fue debido a FAITH que ellos nos visitaron», dijo Michelle. «Queremos tomar el curso la próxima vez que se ofrezca».
«El cambio en nuestras vidas ha sido sencillamente increíble», comentó Ben mientras sonreía.
«Ben comparte esto con sus compañeros de trabajo todo el tiempo».
FAITH se propagó a nivel nacional en 1998, cuando se empezó a promover en la Convención Bautista del Sur. Actualmente, 5.700 iglesias y 26.000 personas se han capacitado en seminarios regionales.
«FAITH funciona en aquellos lugares donde las personas preguntan: ¿Cómo puedo ser salvo?» dijo Sean Doyle, quien fuera parte del equipo que lanzó el programa en la Iglesia Bautista de Bellevue, Memphis. FAITH parece calzar en la región, se impregna en la cultura eclesiástica evangélica. «FAITH se concentra en cómo creer; E.E. en qué creer», resumió Doyle.
Y un tercer programa, Alpha, se concentra en por qué deberíamos creer.
Baja intensidad, compromiso elevado
Alpha es un curso de diez semanas que tiene como objetivo las personas con poca o sin ninguna exposición a la auténtica fe cristiana. El programa ha encontrado un seguimiento internacional entre los protestantes y carismáticos de clase alta.
«Muchas personas se molestarían con usted si les dijera que no son cristianas», advirtió Nicky Gumbel, un hombre alto, moreno y sociable que parecía más griego que inglés, y quien desarrolló el curso con Sandy Millar, su jefa y rectora de Holy Trinity Brompton, una iglesia anglicana en Londres. «Tomamos un enfoque de baja intensidad (para evangelizar). En vez de decirles cómo convertirse en cristianos, les preguntamos: ¿Cómo puede estar seguro de su fe?».
Gumbel enseñó los primeros cursos en 1992. Para 1999, más de millón y medio de personas habían terminado el curso de diez semanas. Ese fue el último año que se realizó un cálculo. Actualmente, Alpha opera en 2.000 iglesias en los Estados Unidos.
Los miembros de la iglesia invitan a sus amigos no creyentes a asistir a una cena semanal. El punto central de cada reunión es un vídeo de Gumbel donde explica las bases del cristianismo ortodoxo, quién es Jesús, su papel en la salvación, y la presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente. En una sesión, Gumbel define arrepentimiento y dirige a los participantes en lo que muchos cristianos llamarían «la oración del pecador».
«Hemos tenido éxito con católicos y personas de denominaciones históricas que piensan que son cristianos pero que no tienen una relación con Dios», dijo Gumbel. «Los ayudamos a ir un paso más allá, sin confrontarlos con la idea de que deben desechar todo lo que hasta ese momento habían creído».
«Todos nosotros podemos ir un paso más allá, del ateo al agnóstico, del que no tiene fe hasta el que cree algo, de un episcopal comprometido hasta el cristiano comprometido», afirmó Gumbel.
«Pensé que sería más interesante si enseñaba el curso en mi iglesia la segunda vez», comentó Jay Trygstad, pastor de la iglesia St. Mark Evangelical Lutheran Church en Worth, Illinois, «pero Nicky es tan bueno, tan simpático que hemos usado los videos ya en tres ocasiones».
Trygstad fue uno de los casi cien líderes que asistieron a la primera conferencia de Gumbel en Chicago. «La respuesta a nuestra primera clase fue extraordinaria. Teníamos sesenta personas y muchas eran miembros de iglesias que tenían curiosidad con respecto a Alpha. Actualmente, estamos completando el curso número doce. Alpha nos anima a realizar el programa al menos nueve veces pero después empezamos a invitar a personas no creyentes y agnósticas. Eso es lo que nos está ocurriendo actualmente».
Trygstad también hace que los nuevos miembros y aquellas parejas que desean casarse en su iglesia lleven el curso.
Una encuesta realizada por la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos mostró que 58% de las iglesias de la denominación que aplicaban el programa Alpha ganaban nuevos miembros. Más de un cuarto informaron que su iglesia en general ha experimentado un nuevo despertar espiritual.
Hecho en casa, sin programas
Mark Jobe tiene la visión de alcanzar a Chicago. Después de cuarenta días de ayuno y oración, Jobe sintió que podía preguntarle a Dios por un porcentaje de la ciudad. «Un por ciento no sonaba tan mal hasta que realicé el cálculo», compartió Jobe. Uno por ciento equivale a 30.000 personas.
Jobe pretende que, para el año 2010, haya logrado conducir a 30.000 personas a Cristo.
Hijo de misioneros estadounidenses en España, Jobe fue llamado a pastorear una iglesia sureña moribunda en 1986. Jobe aún estaba en el seminario bíblico, completando un grado académico, por eso pudo comprometerse a trabajar por tres años en una iglesia de dieciocho personas. Hoy, esa iglesia es de 1.500 personas que se reúnen en seis locaciones por toda la ciudad. Dos de los cultos son en español, y muchos asistentes de los otros cultos también son hispanos, otros son afroamericanos. Una congregación es de clase acomodada en un vecindario urbano renovado.
El secreto de Jobe: reconvierta la evangelización en la responsabilidad y la alegría de cada miembro y asistente de su iglesia.
«Cada grupo pequeño sabe que una de las razones por las su grupo existe es para traer personas a Jesús», compartió Jobe. «Promovimos realmente E.E. Cuarenta personas participaron en E.E. por varios años, y doscientas se convirtieron durante cada semestre. Sin embargo, cuando veíamos a nuestro alrededor, teníamos que preguntarnos: ¿Dónde están ahora?».
Fue en ese momento cuando Jobe empezó a enfatizar las relaciones de mentor por medio de los grupos pequeños. Cuando los nuevos asistentes empiezan a hacer preguntas acerca de la fe, se les asigna un mentor y asisten a un estudio bíblico que Jobe llamó «Primeros pasos».
Uno de los pasos es el arrepentimiento seguido del bautismo. New Life Community enfatiza el bautismo como la evidencia del compromiso con Cristo. Esto funciona mayormente con los católicos. La congregación de Jobe bautizó a 423 adultos y adolescentes en tres años. «Estamos realmente firmes con respecto al evangelio. El bautismo hace que las personas valoren el precio».
El bautismo, para la iglesia de Jobe, es también un evento grupal.
«Hace tres años nos comprometimos a realizar bautismos durante el último domingo de cada mes», compartió Jobe. Para sus voluntarios construir la pila bautismal era un gran compromiso. Un matrimonio, parte del grupo del liderazgo, le advirtió al pastor: «Y si no aparece nadie que quiera bautizarse, no tendremos que hacer nada».
Jobe les respondió: «Si no aparece nadie, entonces todos nosotros nos arrodillaremos, oraremos y nos arrepentiremos». En tres años, New Life siempre ha habido alguien que se bautiza en el último domingo del mes.
En el culto de bautismo, Jobe le pide al nuevo creyente y al mentor que pasen adelante. El nuevo creyente relata cómo conoció a Cristo y el mentor realiza el bautismo. Jobe quiere que su congregación escuche las historias porque esto los anima a testificar. «Tuvimos a una persona que nos contó cómo una amiga de la iglesia la guió hasta Cristo, luego esta amiga señaló a una vecina quien la había llevado hasta Cristo, y luego a una hermana, y así sucesivamente. Al final, tuvimos una cadena de veinte personas que se salvaron todo porque una persona compartió su fe».
¿Qué hemos aprendido?
¿Cómo pueden los cristianos regulares volverse a la evangelización? Aquí hay algunas conclusiones de los ejemplos que hemos visto:
Epílogo
La Primera Iglesia Bautista de Daytona Beach no comprará la esquina de la Iglesia Metodista. Han decidido buscar una nueva ubicación en un lugar cerca de la interestatal. Tienen fe de que la cuadra en el centro de la ciudad, incluso toda la cuadra, no es lo suficientemente grande para la oportunidad que Dios les ha puesto frente a ellos.
Eric Reed es el Director editorial de la revista Leadership. Este artículo se publicó por primera vez en Leadership journal. Título del original: Group Effort: Four approaches to congregational evangelism Copyright © 2001 por el autor o por Christianity Today. Traducido y adaptado por DesarrolloCristiano.com, todos los derechos reservados.