¿Por qué debemos congregarnos?

Lucas 4:16-21

Introducción

En las zonas boscosas de Canadá se ha descubierto que los enorme pinos posee una pequeñas raíces y que su profundidad no es tanta; los estudiosos no alcanzaban a explicarse el ¿como podían mantenerse en pie? y además poder soportar las fuertes ráfagas de viento que soplaba sobre ellos durante el invierno. La respuesta la obtuvieron cuando observaron que esas pequeñas raíces se entrelazaban unas con otras, es decir las raíces de un pino se trenzaba con la de su compañero de al lado y así sucesivamente hasta formas una red que servía de poderoso asidero para evitar la caída y también ser arrancados por el viento. Esa es la razón de la existencia de enormes y fuertes bosques en Canadá. La iglesia de Cristo no es el producto de un capricho humano y menos divino.

La iglesia cumple una función importante y múltiples funciones colaterales. La pregunta que da título a este sermón es la que muchos cristianos se formulan cuando se enfrentan al mandamiento de Dios. Es una pregunta de vital importancia contestar, no con razonamientos lógicos, sino con la Palabra de Dios. La historia de hoy nos dice que un conjunto de árboles puede crecer, sostenerse y resistir, cuando esta unido a un grupo de sus iguales; ya que solo su vida sería corta y dramática. Es Jesús quién hoy nos da la respuesta a ¿por qué debemos congregarnos?

I. Debemos congregarnos por que Jesús lo hizo (v.16) “…entró en la sinagoga conforma a su costumbre”

La sinagoga surge durante el tiempo en que judíos estuvieron exiliados en Babilonia, pues al no poder celebrar sus ceremonias en el templo en Jerusalén en primer lugar por ser presos de los babilonios y en segundo lugar por que el templo ya había sido destruido. Surge la sinagoga como el centro de la vida espiritual de los judíos, en ella se leían las escrituras y se elevaban salmos de alabanza al Señor. Una vez liberados del cautiverio la sinagoga sigue presente, y algunos eruditos bíblicos dicen que la sinagoga es lo que más se parece a una iglesia cristiana de nuestros días. Jesucristo recién llegaba del desierto de la prueba, llega justo en el día que la ley de Dios denominaba día de reposo, donde se llevaban acabo las actividades espirituales grupales del judío común. La Palabra nos dice que Jesús se reunía el día indicado; el sábado Jesús se somete a la autoridad de la Palabra de Dios (Ex. 20: 8-10) se santificar el día de reposo, pues era un día dedicado al Señor. Pero además se nos dice que era un acto voluntario no era algo impuesto sino que Jesús tomaba la determinación de asistir a la reunión semanal. Jesús era un hombre con una vida espiritual, no religiosa, pues su asistencia no radicaba en la practica de una religión sino de una espiritualidad vigorosa y diaria. Tenía ya la costumbre, la disciplina, la actitud de reunirse semanalmente, la Biblia no dice que Jesús por ser Jesús se reunía esporádicamente, o de vez en cuando, sino que tenía la costumbre. Dentro del estilo de vida de Cristo el reunirse con sus hermanos judíos era ya parte de él y no podía dejar de hacerlo. En varios pasajes de los evangelios vemos a Jesús en la sinagoga, sanando, predicando o leyendo. Hace un momento decía que la asistencia de Cristo a la reunión semanal no era la practica de una vida religiosa, sino la expresión natural de un hombre espiritual, ¿por qué? por que Jesús mantenía una comunión diaria con Dios, todos los día Jesús se encontraba a solas, de madrugada, antes de que el sol saliese con el Padre celestial.

II. Debemos congregarnos por que Aprendemos de Dios (v. 16, 17) “… y se levantó a leer… y habiendo abierto el libro, hallo el lugar…”

Un aspecto por demás interesante es que Jesús no solo asistía por gusto, costumbre o convicción sino que lo hacía para su beneficio. La reunión se llevaba acabo en la sinagoga, participaban una persona que dirigía, un levita y cinco personas de casa. Ya en la reunión se observa que Jesús no era solo un espectador, sino que participaba activamente; pues se dice que se levantó a leer la porción de la escritura. Estaba involucrado en la vida de la sinagoga, otra vez vemos como Cristo no era un invitado, sino que pertenecía a este grupo de judíos; pues las lecturas solo podían hacerlas quienes eran miembros regulares de la reunión; Jesús era visto como un hombres en quién se podía delegar responsabilidad. Más adelante se nos dice que le fue dado el libro del profeta Isaías, Jesús sabía buscar las porciones del día. El texto es Isaías 61:1 (de nuestras Biblias). Jesucristo no estaba de manera pasiva en su reunión sino que participaba y sabia manejar la escritura de forma hábil. Tradicionalmente nuestra educación nos lleva a solamente a “aprender” de manera pasiva; sin embargo la mejor forma de aprender es interactuando; sin embargo Jesús nos muestra que en su reunión semanal todos participaban y eso garantizaba una forma de aprendizaje; pero notemos que no todos hacían lo mismo, en este caso vemos a Jesús leyendo, no predicando, cada parte de los miembros de la reunión de la sinagoga hacía su parte; en la iglesia cada integrante es importante y debe descubrir su función, pues no es solamente espectadora. Aprendemos cuando no solo escuchamos, sino cuando tomamos parte en la vida de la iglesia.

III. Debemos congregarnos por que tiene un propósito (v.18, 19) “…para dar buenas nuevas a los pobres..”

Además del beneficio que se obtiene existe razones de peso por la que debemos congregarnos y podemos utilizar lo que Jesús describió para él, pero que podemos aplicar a la razón de la existencia de la iglesia. Está no existe para si misma sino que cumple un propósito para el Reino de Dios.

a. Evangelizar a los pobres

b. Dar libertad a los cautivos y oprimidos

c. Dar vista a los ciegos

d. Reconciliarnos con Dios Para llevar acabo esta titánica labor se deben, el Señor fundó la iglesia y es está la que sometida a la soberanía de Cristo debe cumplir este tarea; pero con la enorme bendición de contar con el Espíritu de Dios como guía y sostén.

IV. Debemos congregarnos por que transforma nuestra vida (v. 21) “Hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros”

Jesús termina de leer la porción del profeta Isaías e inmediatamente toma su lugar y hace una afirmación sorprendente; el cumplimiento de esa porción se llevaba acabo delante de los ojos de los asistentes de la reunión semanal en la sinagoga. A pocas semanas de haberse dado a conocer como el cordero de Dios que quita los pecados del mundo; Jesús inicia su misión redentora y la inaugura en la reunión de la sinagoga. Los asistentes se maravillaban de las palabras que salían de la boca de Jesús; lo más seguro es que en ese momento preciso sus vidas (la de los oyentes) era transformadas, pues la verdad está entre ellos, el creador, el Mesías en medio de ellos cambia el rumbo de la historia de sus vidas. Cuando el realidad se lee la Biblia y sé ora, con convicción a lo largo de toda la semana resulta en algo transformador; quién diga que se encuentra con el Señor, no puede seguir siendo igual. Este encuentro real debe darse también en la congregación y la transformación de vidas, circunstancias, actitudes debe darse de modo palpable y visible. Nuestras vidas transformadas asisten a la congregación para seguir siendo cambiados a través de la vida de otros y con la poderosa palabra del Señor expuesta en la iglesia.

Desafío

Intenté romper un trozo de madera con sus dos manos; podría resultarle sencillo; ahora intenté romper un buen número de trozos de madera, le costará más trabajo o posiblemente no lo logré. Desalentar y desarmar, apalear y desviar del camino del Señor a un cristiano solo, para Satanás le resulta cosa fácil; pero tratar de hacer lo mismo a una congregación de cristianos perseverante y obedientes a Cristo; le será prácticamente imposible. No dejes de reunirte en este lugar, pues Cristo desea verte adorarle con todos aquellos que como tu tienen un corazón agradecido.

Contacte al Autor: geraglezcruz [arroba] aol.com Ministerio: Iglesia Bautista Dios es Amor

¿Saben lo que está diciendo David? Yo soy obra de tus manos. Jehová cumplirá su propósito en mí. ¿Para qué te hizo Dios? ¿Para qué te formó Dios? ¿Por qué estás aquí en este mundo? ¿Por qué naciste? ¿Por qué estás esta noche aquí? ¿Por qué estás en la Iglesia? ¿Qué querrá Dios hacer en tu vida dentro veinte años? ?Ay pastor, yo tengo once años, yo tengo quince años ¿por qué me está hablando que dentro de veinte años?? Dentro de veinte años vas a tener treinta y cuatro años. Piensa, ¿qué Dios quiere hacer en tu vida? Joven, dentro de veinte años ¿quieres estar en cárcel? Dentro de veinte años ¿quieres andar vagando en las calles porque eres un drogadicto o un borracho? Señorita, ¿quieres dentro de veinte años ser una madre soltera porque te metiste con ese joven, saliste embarazada y te abandonó? ¿Quieres ser una prostituta? ¿Quieres ser una drogadicta? ¿Quieres ser una cualquiera? Yo te aseguro que nadie planea ser un borracho, nadie planea ser un drogadicto, nadie planea estar en la cárcel pero, porque los jóvenes no tomaron las decisiones correctas.

Y tienes que decidirte ahora vivir para Dios. Porque tu vida es sagrada, tu vida pertenece a Dios, grábatelo bien, tu vida pertenece a Dios. Tú crees que tu vida es tuya pero tu vida es de Dios, Dios te la dio. ¿Qué propósito tendrá Dios en tu vida? Oh, tú dices, yo quiero ser esto, yo quiero ser lo otro, pero el diablo te quiere destruir. ¿Le vas a conceder ese placer al diablo? ¿Vas a dejar que el diablo se ría en tu cara? Y estabas en la Iglesia y tuviste tu oportunidad, pero el diablo así es, te agarra, te usa como masticar un chicle y cuando te quitó todo el sabor te tira. El diablo es miserable, pero tú no le des ese gusto. Tú sé un joven, una señorita que va a triunfar para la honra y la gloria de Dios. Vale la pena vivir para Dios, Dios siempre te paga bien. El te hizo con un propósito.

¿Por qué vivir para Dios? Porque la vida es corta, se está acabando.

¿Por qué vivir para Dios? Porque la vida es sagrada y El tiene un propósito para ti.

3. La vida no ha sido dada para ser desperdiciada sino para ser administrada.

Yo soy un administrador de la vida que Dios me ha dado. Yo he de vivirla de la manera que honra a Dios. La vida es para ser administrada.

1 Corintios 4:1-2 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. Debemos ser administradores fieles. La vida que tienes no es tuya, le pertenece a Dios pero Dios te la dio a ti. ¿Cómo la vas a administrar? ¿Cómo la vas a cuidar? ¿La vas a desperdiciar? ¿La vas a tirar? O ¿Va a valer tu vida la pena? Cuando tú seas grande, cuando seas mayor ¿cuánto va a valer tu vida? ¿Eres un cualquiera o vales algo? ¿Te la dio el Señor porque no tenía otra cosa qué hacer o tú crees que tu vida es un accidente? Si Dios no hubiese querido usarte para algo no te hubiera creado, pero Dios te creó y te formó y permitió que nacieras y estás en este mundo porque El quiere hacer algo en tu vida, y tú tienes que ser encontrado fiel. Cuidando la vida que Dios te dio, cuidando la salvación, cuidando tu testimonio. Ponte a pensar joven, ¿estás tú siendo fiel cuidando tu cuerpo? ¿Estás tú siendo fiel cuidando tu mente? ¿Estás tú siendo fiel sirviendo a Dios y buscando la voluntad de Dios para tu vida? La vida es de Dios y yo debo cuidarla. Lucas 12:42 Hablando del administrador, del mayordomo: Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Si tú eres fiel en cuidar lo que Dios te ha dado a ti ahorita, el Señor te va a llenar de muchas bendiciones, porque si tú no eres fiel con lo poco que tienes hoy, ¿cómo el Señor te va a dar muchas cosas? La vida, joven, para cada persona desde que somos niños es una preparación, y conforme hallamos sido fieles en lo que el Señor nos esté dando así El nos va a dar de sus bendiciones también. Porque Dios no va a bendecir a un joven que viva para el mundo, porque entonces estaría recompensando a alguien que no le importa, pero si tú eres fiel y dices yo sé que debo vivir para Dios, voy a vivir para Dios, me voy a consagrar, voy a ser todo lo posible para vivir en la voluntad de Dios, entonces el Señor te va a ver y conoce el corazón y va decir: Este joven es fiel, el quiere cumplir mi propósito. Entonces te va a dar grandes bendiciones. Pero tienes que decidir, que vas a ser un administrador fiel de los bienes de Dios y uno de bienes más sagrados es tu vida, tu juventud, divino tesoro, porque ¿qué precio tiene la juventud?

Yo estaba pensando el otro día en mi juventud, yo hice lo que iba a hacer como joven. Fui a la escuela, me divertí, hice deporte, yo me gocé, disfruté, pero gloria a Dios que a los diecinueve años vine a Cristo Jesús, y a los veinte años dije, bueno, soy joven gloria al Dios voy a dedicar mi juventud al Señor. Y le he dado todos estos años que han pasado, le he dado mi juventud al Señor, lo mejor de mi vida se la he dado al Señor. Ahora yo tengo treinta y ocho años, la vida es corta y sagrada, yo tengo un propósito qué cumplir en esta tierra ¿cuál será? No sé, pero qué querrá Dios hacer conmigo dentro de quince o veinte años, pero si yo ahora no soy fiel, si yo ahora no vivo para Dios, El no me va a dar las bendiciones que El tenga para mí a esa edad, yo pudiera ahora echar a perder mi vida si no reconozco que Dios tiene un propósito en mi vida. ¿Amén? Aquí no de trata de qué edad tienes, se trata de qué Dios quiere hacer en tu vida. Yo no sé lo que Dios quiere hacer en tu vida.

Mi papá me decía, siempre me decía esto: Tú eres alguien, tu vales algo. Tú puedes.

Y ¿sabes qué joven? Cuando yo andaba queriendo perderme en el mundo, antes de venir a Cristo andando en las drogas, ¿sabes qué resonó en mi mente? “Hijo: Tú eres alguien, tú vales algo.” Yo pensé, mi papá no me crió para yo andar en esto, mi papá no me hizo para andar en esto ridículo de la marihuana y esto de la cerveza. Y resonaba en mi mente, “tú eres alguien, tú vales algo”, yo dije, no, hasta aquí, mi vida no se va a perder en esto, lo que no hice en los primeros diecinueve años ahora a los veinte quiero hacerlo. Y yo te quiero decir joven, yo no soy tu papá, pero te quiero decir que tu Padre celestial te dice: “Tú eres alguien, tú vales”. Dios quiere hacer algo maravilloso con tu vida, no la desperdicies, vive para Dios, la vida es corta, es sagrada y debes de administrarla, debes ser fiel.

Por último, en conclusión, regresemos a Eclesiastés 11:9 dice: Entiende bien esto, vive como quieras, obedécele al mundo si quieres, entiéndelo, pero un día le vas a dar cuentas a Dios. Y ojalá no te lamentes de lo que haya sido tu vida, ojalá cuando le des cuentas a Dios para decirle Señor, aquí estoy. Señor tú me diste la vida, fue muy corta pero esto es lo que hice para tu gloria y tu honra. Señor, tú me diste la vida y no hice mucho pero la valoré porque era sagrada. Señor, no hice mucho pero te fui fiel, y hasta aquí te entrego mi vida, hubiera querido hacer más para ti, Señor, hubiera querido traerte más gloria y honra pero Señor, aquí está mi vida. Y posiblemente el Señor, si tú has sido fiel y has cumplido el propósito, El va decir: Bien hecho. Pero si tú te presentas, y con lágrimas, oh, Señor, dame otra oportunidad, yo no sé porque hice estas cosas, mira cuántos errores cometí. ¿Qué clase de cuentas le quieres dar a Dios? ¿Te quieres lamentar o te quieres gozar de que viviste para Dios? Porque tú vas a llegar a viejo. Ah, ahorita tú estás aquí y dices estoy joven, tengo energía pero no sabes que los días se te están yendo, cuando llegues a viejo qué vas a decir de tu vida. ¿La desperdicié o la aproveché?

Necesitamos jóvenes que digan: Yo quiero ser un pastor, un misionero, un evangelista. El mundo dice: Sé un ingeniero, sé un abogado, sé un doctor, y está bien, tal vez esa sea la voluntad de Dios para tu vida, pero algunos de ustedes Dios los está llamando para ser pastores, misioneros, evangelistas. Yo no sé qué es lo Dios quiere hacer en tu vida pero todo lo que El tenga para ti es bueno, todo es bueno.

¿Por qué vivir para Dios? Porque la vida es corta.

¿Por qué vivir para Dios? Porque la vida es sagrada.

¿Por qué vivir para Dios? Porque la vida es para ser administrada fielmente para la gloria del Señor. No vale la pena vivir para el mundo porque al final, entiende, nada queda. Lamentablemente algunos hasta pierden su alma tratando de ganar este mundo. Y Marcos 8:34-37 nos dice: De qué le sirve al hombre si ganare a todo el mundo y perdiere su alma. Déjame hacerte una pregunta: ¿Por cuánto has vendido tu vida a Satanás?

Oh, pastor, yo soy de Cristo.
Está bien, pero qué de tu vida, estoy hablando, tu energía, tu cuerpo, tu potencial, tu juventud no se la des al mundo, dásela al Señor, toda, completa. Porque aunque ganes todo el mundo, te diviertas y tengas odo lo que quieras ¿de qué te sirve? Si nunca hiciste nada para el Señor. Ojalá Dios te conceda y te de un poco de sabiduría en tu juventud para que te acuerdes de tu Creador, antes que sea demasiado tarde. Amén.

Fuente: www.centraldesermones.com