Busque la crítica
por Apuntes Pastorales
Para refinar su estilo de predicación debe ocuparse en reconocer cuáles son sus debilidades. Podrá reducirlas cuando deje que personas que usted respeta critiquen su trabajo.
Todos quisiéramos conocer el proceso que llevó a un pastor a convertirse en un destacado predicador. La sencillas respuestas de Dave Stone (1) a tres inquietantes preguntas nos animan a desear la crítica.
P – ¿Cómo podría un predicador conseguir cambios transformadores y útiles en los miembros su congregación?La crítica toma lugar a través de todo el proceso de la preparación del sermón. R – Cuando empecé a trabajar en mi iglesia me sentía muy dichoso de formar parte del equipo pastoral y emocionado por trabajar junto a Bob Russel (2). Los sábados por la noche hablábamos un poco después del culto, y él me preguntaba: «¿Qué te pareció? ¿Qué cambiarías?
Yo le contestaba: «Fue un sermón genial. Impresionante. Tú eres el número uno. No cambies nada».
Después de unas cuantas semanas con el mismo diálogo, me advirtió: «Tus respuestas no me ayudan mucho».
Así que la siguiente semana cuando él me preguntó: «¿Qué te pareció?» Respondí: «¿Cómo es que tu estás en el ministerio?» (Creo que con un tono sarcástico).
Ahora hemos encontrado un buen medio para la evaluación. Cada sábado, después del culto por la noche, nos criticamos unos a otros a través del contestador del teléfono. Luego, junto con otros cinco, evaluamos al que haya predicado.
P – ¿Es posible que te critiquen antes de que des el mensaje?
R – En realidad, la crítica toma lugar a través de todo el proceso de la preparación del sermón. Los lunes, quien quiera que sea que vaya a predicar habla sobre la estructura y argumento de su sermón. El resto compartimos lo que pensamos sobre sus ideas. Los jueves, cuatro o cinco de nosotros nos reunimos en un aula, y el que va a predicar prácticamente expone el sermón al grupo.Cuando predico frente a la congregación, algunas cosas salen diferentes de cómo las había pensado. A veces uno se llega a sentir sumamente extraño e incómodo. Después de la evaluación, el que predicará corrige una vez más su manuscrito, y, el viernes, lo envía al equipo por correo electrónico.
Cuando predico el mensaje frente a la congregación, algunas cosas salen diferentes de cómo las había pensado. A veces creemos que algo dará risa y no hace reír a nadie. Pero no lo sabes hasta que estás frente al público. Y por supuesto, cada audiencia tiene una personalidad diferente.
P – Cuentas con un gran equipo —creces por la ayuda mutua. ¿Qué pasaría si fueras un pastor solitario, si tú fueras todo el equipo en tu iglesia?
R – Una buena crítica no requiere de varias personas. Este sistema de evaluación también es funcional en una iglesia pequeña. En cada iglesia se encuentran personas que reconocen las presentaciones de calidad. Posiblemente sea una joven vendedora. O quizá sea una profesora. Tal vez, tengas a un pastor retirado. Pregúntales: «¿le molestaría si le envío el manuscrito de mi mensaje el viernes o el sábado para que me dé su opinión?» Consigue que lo lean y que te comenten lo que piensan acerca de él.
Para refinar tu estilo debes ocuparte en reconocer cuáles son tus debilidades. Puedes reducirlas cuando dejas que personas que respetas critiquen tu trabajo.
NOTAS AL PIE
(1) Dave Stone, es pastor principal de Southeast Christian Church en Louisville, Kentucky, es el autor del libro Refining Your Style, por Group Publishing, ©2004 (Refine su estilo, aún no ha sido publicado en español).
(2) Es un destacado predicador, con más de cuarenta años de experiencia en el púlpito. En 2006 se retiró del ministerio pastoral, y actualmente se dedica a formar jóvenes que aspiran a ser predicadores.
Se tomó y adaptó de Leadership Journal, 2006. Los derechos pertenecen al autor o a Christianity Today International/Leadership Journal ©2009. Se usa con permiso. ©Apuntes Digital, Volumen II – Número 5,
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