¿Hay algo de cierto en las profecías de Nostradamus?

Por: Luis Santamaría

No hay año en el que no se ponga de moda Nostradamus… sus profecías aparecen en los medios de comunicación –siempre con tintes catastrofistas y negativos– y producen inquietud en no pocas personas. La última de estas apariciones del célebre visionario ha sido recientemente, ya que un “experto” en profecías vaticinó un gran terremoto que tendría lugar en California el pasado 28 de mayo (con todo lujo de detalles: a las 4 de la tarde, con una magnitud de 9,8 grados en la escala de Richter) y que sería “uno de los más devastadores de la historia”. Pasó el día, y nada pasó.

Como ese “experto” hizo su predicción basándose en la obra de Nostradamus, conviene conocer quién fue este personaje, qué escribió y si merece la pena que se le dedique tiempo e interés.

La figura histórica de Nostradamus

Michel de Nôtre-Dame nació en 1503 en Saint-Rémy-de-Provence, al sur de Francia, en una familia acomodada de origen judío converso (de ahí su apellido alusivo a la Virgen María). Hizo estudios de Medicina y la ejerció de forma profesional, además de dedicarse también a la astrología, la elaboración de horóscopos y otros saberes propios del esoterismo, algo común en su época. En 1537 enviudó de su primera esposa y perdió a sus dos hijos por causa de la peste. En 1547 contrajo segundas nupcias con una viuda adinerada, lo que favoreció que se dedicara más al ocultismo.

El también llamado “mago de Salon” (por afincarse en esta ciudad provenzal) empezó a escribir profecías, normalmente de signo negativo, por lo que la sociedad de su tiempo lo miraba con recelo. Algunos aseguran que en sus inicios como vidente evitó la condena a muerte por gozar del favor de la reina francesa de su tiempo, Catalina de Médici. Sin embargo, su fama aumentó y, gracias a lo que algunos consideraban aciertos en sus vaticinios, consiguió llegar a ser médico real en tiempos de Carlos IX. Murió en 1566, aquejado de gota. En su epitafio se le denomina “el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo”.

Su obra: Las Centurias

Nostradamus ha sido llamado “el más grande y genial de los profetas de la era cristiana”. Esto se debe no tanto a sus pronósticos sueltos y a los horóscopos personalizados que compuso para los aristócratas de su época, sino sobre todo a que en 1555 publicó en Lyon su obra más célebre: Las Centurias, cuyo título original completo es: Las verdaderas centurias astrológicas y profecías. Se trata de una obra escrita a base de cuartetas con rima, agrupadas en el proyecto original de cien en cien, y de ahí su encabezamiento.

El libro está formado por diez de estas centurias y está escrito con un lenguaje ciertamente misterioso, casi críptico, con nombres figurados para los lugares, mezcla de términos en diversas lenguas, símbolos, palabras con errores voluntarios, alusiones enigmáticas, etc. Varios estudiosos han hallado en sus versos abundantes elementos copiados de textos clásicos y obras ocultistas anteriores.

Yendo más allá de las profecías de su tiempo, se han atribuido a Nostradamus diversos “aciertos” en la historia posterior, como sus supuestas predicciones de la Revolución Francesa, el acceso al poder de Napoleón… y todo lo vivido en el siglo XX, por la atención especial que se le ha prestado. En un libro de divulgación de sus profecías podemos leer que “desde que terminó la primera guerra mundial hasta que estalló la segunda… los principales acontecimientos que caracterizan este período… fueron descritos por Nostradamus con absoluta precisión y, a menudo, con particularidades y detalles que excluyen cualquier posibilidad de error en la interpretación de cuanto nos legó el gran vidente”.