Por: Luis Santamaría
1. En cuatro años escasos, se han difundido a nivel mundial las supuestas revelaciones privadas recibidas por alguien conocido como Maria Divine Mercy (MDM).
Entre la multitud de supuestas revelaciones que circulan por el mundo, están teniendo una extraordinaria difusión por Internet las que se engloban bajo el título genérico de “el Gran Aviso de Dios”, tras las cuales está una supuesta vidente que se esconde tras el pseudónimo de Maria Divine Mercy o María de la Divina Misericordia (MDM). Se presenta como “profetisa y visionaria católica romana europea, por el momento oculta”, y asegura que los más de 650 mensajes que publica le han sido revelados “por la Santísima Trinidad y la Madre de Dios” desde noviembre de 2010.
En cuanto al contenido de los mensajes, puede resumirse así: nos encontramos en los tiempos anteriores a la Segunda Venida de Cristo y Dios Padre, Jesucristo y la Virgen María le cuentan a la supuesta vidente los “acontecimientos mundiales” que están por venir. Hay una llamada a la conversión y a la oración, imprescindibles ante la amenaza que se cierne sobre una humanidad pecadora. Los mensajes originales son en inglés, pero están traducidos a más de 20 idiomas en páginas de Internet publicadas con este fin. Además, ha publicado una obra titulada The Book of Truth (El Libro de la Verdad, que ya va por su segundo volumen) y también difunde “El Sello del Dios Vivo”, un documento que garantiza a su poseedor la protección divina frente al Anticristo.
Luis Santamaría, “Sobre las profecías de la vidente Maria Divine Mercy”, InfoCatólica.
2. Varios autores, entre ellos teólogos, han indicado las barbaridades y los errores doctrinales en los cientos de mensajes presuntamente recibidos del cielo por MDM.
Junto a contenidos pertenecientes a la fe y la doctrina cristiana, perfectamente asumibles por cualquier creyente, en los mensajes presuntamente divinos aparecen errores de importancia. Además de que, en su globalidad, plantea unos añadidos importantes a la revelación divina tal como la entiende la Iglesia. Como afirma Benedicto XVI en la exhortación Verbum Domini, una revelación privada “se manifiesta como creíble precisamente cuando remite a la única revelación pública” (n. 14).
El popular apologista católico Jimmy Akin ha detallado algunos elementos que llevan a desechar los mensajes de MDM: además del carácter anónimo de la vidente, destaca su pretensión de ser “el séptimo ángel” del Apocalipsis y la profetisa del fin de los tiempos. Los juicios de MDM sobre los papas Benedicto XVI y Francisco son muy significativos: del primero dice que es el último pontífice, que guiará a la Iglesia en los últimos días, será obligado a salir de la Santa Sede y será objeto de una conspiración para asesinarle, mientras que el obispo de Roma actual es un antipapa, llamado también “el falso profeta”. En cuanto a la lectura de los signos de los tiempos, en los mensajes observamos que ya nos encontramos en el período de la gran tribulación, que el Anticristo está al llegar –y, junto con Francisco, creará la nueva religión mundial–, que tendrá lugar muy pronto el Gran Aviso –un acto de la misericordia de Dios–, que justo después volverá Cristo y que vendrán los mil años de paz y de destierro del Diablo (un milenarismo rechazado por la Iglesia, cf. Catecismo de la Iglesia Católica n. 676). Además, las profecías de MDM están ligadas a fechas concretas, lo que va engrosando una lista de anuncios fallidos.
Por eso Akin llega a afirmar directamente que “adherirse a sus profecías puede resultar pecado grave y delito canónico de cisma”, por considerar al sucesor de Benedicto XVI en la sede romana un falso profeta (cf.