Carta de las Monjas Cistercienses de Buenafuente del Sistal para febrero de 2014
Carta de las Monjas Cistercienses de Buenafuente del Sistal para febrero de 2014
Querido Amigo de Buenafuente: El mes de febrero parece identificado con las realidades más débiles; en sus días se nos llama a ser solidarios con los que padecen hambre y a tener especial sensibilidad con el mundo del dolor y con los enfermos.
Es una experiencia la luz que se recibe en los momentos de vivir situaciones límite. ¡Cómo se despierta en el corazón de las personas lo más noble, espiritual y trascendente!
En estos últimos tiempos nos llegan noticias de gestos generosos de solidaridad con los que sufren la inclemencia del paro, y la necesidad de comer, a veces en circunstancias muy paradójicas.
Cuando se llega al borde del abismo puede asaltar el vértigo, y la sensación que atrae hacia el vacío y la desesperanza. Pero también cabe que en ese momento se valore mucho más la realidad y los dones con los que se vivía, a veces sin ser muy conscientes de ellos, y por eso, sentirse impulsados a ser mucho más agradecidos.
¡Cuánto se valora la salud cuando se percibe el riesgo de su quiebra! ¡Cómo agradan el techo y el calor en un día de intemperie! ¡Cómo ayudan los amigos en tiempos de soledad y sufrimiento!
Duele reconocer que, cuando andamos seguros, con salud y con bienes suficientes, nos convertimos en personas emancipadas, independientes, fiadas de la propia suficiencia. Si en tiempos de inclemencia ayuda la mano tendida, que en circunstancias favorables no nos olvidemos de los que padecen.
Se nos llama a la solidaridad, y sobre todo a tener gestos de cercanía y afecto con quienes se pueden encontrar más solos, enfermos o heridos. Es relativamente fácil enviar un donativo para combatir el hambre en el mundo, pero es más difícil mantener la actitud entrañable, permanente, con quienes más próximos pueden tener necesidad de ayuda, compañía y comprensión.
El día 11 de febrero, memoria de la Virgen de Lourdes, se nos invita a elevar nuestra oración por los enfermos y también a alargar nuestras manos samaritanas hacia los que en nuestras familias y entornos están más probados por alguna dolencia. Este día nos reuniremos en Madrid para orar juntos, y lo haremos de manera especial por quienes se nos encomiendan, y sabemos que lo necesitan, no solo por causa de enfermedad, sino también por otras dolencias del alma.
El encuentro de oración, como el mes pasado, comienza a las 19,00h, en Avda. del Valle, 23. Será momento también de presentar el libro de acompañamiento para el tiempo de CUARESMA.