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Estimular las ideas

Estimular las ideas

por Desarrollo Cristiano Internacional

Todos podemos estimular la creatividad que hemos recibido del Señor como parte de nuestro ADN

La creatividad es la habilidad de trascender ideas, reglas, patrones o estructuras tradicionales, para crear nuevas formas, métodos, interpretaciones o sistemas que se caracterizan por su originalidad. Es decir, la persona creativa produce algo que, hasta este momento, se había desconocido en el entorno en que se mueve.

 

Muchas veces pensamos que la creatividad es algo estrictamente reservado para los artistas o los genios. Si bien es verdad que algunas personas como Steve Jobs, Albert Einstein o Leonardo Da Vinci muestran inusuales niveles de creatividad, todos poseemos la capacidad de ejercerla. Por haber sido creados a imagen y semejanza de un Dios creador, hemos heredado la posibilidad de ser también creadores.

 

La creatividad es un ingrediente indispensable para evitar que la iglesia caiga en rutinas que se desgastan con el tiempo. La estimulamos cuando desarrollamos los hábitos y el entorno que permiten que nuevas ideas germinen y crezcan. Incluimos aquí algunas sugerencias:

 

Eleve oraciones atrevidas

El Señor revela, en su Palabra, una increíble creatividad a la hora de implementar sus proyectos. Pídale a Dios que derrame sobre su vida ese mismo espíritu de creatividad. Anímese a pedirle los sueños más osados, aún aquellos que suenan a locura. La historia del pueblo de Dios es la historia de un grupo de personas que recorrieron caminos que el hombre nunca hubiera escogido por sí mismo. El Señor nos ha sorprendido, una y otra vez, con sus manifestaciones. También a usted puede darle sorpresas en el ministerio que le ha confiado.

 

Mantenga los ojos en él

Las mejores ideas siempre proceden del trono de la Gracia. Otros pueden estimular nuestra creatividad, pero no consienta ser un imitador de los demás. Busque renovar su visión de lo que el Señor quiere obrar en su entorno por medio de una mirada fija hacia Dios. Eche mano de la exhortación de Pablo a los colosenses: «Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios» (3.1–3 – nblh).

 

Permita que el Señor impregne su mente y su corazón de las sueños que nacen del corazón del Padre, para que también se conviertan en los suyos.

 

Estimule la creatividad

Identifique cuáles son las actividades que despiertan su creatividad. Quizás necesite leer buenos libros. Quizás sea el pasar tiempo con personas creativas. Quizás hablar con otros pastores que están demostrando creatividad en sus ministerios despierte en usted ideas jamás pensadas. Es posible que sus mejores ideas lleguen cuando se encuentra solo, alejado del bullicio y del movimiento del ministerio. Sea cual sea la actividad que lo estimule, aparte tiempos regulares para mantener dinámicos y aceitados los mecanismos de la creatividad. No permita que las actividades de su ministerio le roben estos momentos, pues son vitales para que consiga avanzar hacia la plenitud de lo que Dios ha preparado para su vida.

 

Cuide sus reservas

La creatividad demanda altas reservas de energía y usted debería apartar su mejor momento del día para dedicarse a elaborar nuevas ideas. La creatividad rara vez fluye cuando estamos cansados o preocupados por las cargas del ministerio. Algunas personas funcionan mejor por la mañana, mientras que otras funcionan mejor por la tarde o la noche. Asegúrese de que sus ritmos diarios coincidan con las actividades semanales que mayor creatividad demandan. Si requiere de creatividad para elaborar un mensaje, trabajar un estudio o resolver un problema de consejería, el tiempo en que concentra sus energías en ese desafío debe ser aquel en que más alerta se encuentra.

 

Anótelo

Las buenas ideas aparecen y desaparecen con una velocidad desconcertante. Alguien ha dicho que las ideas son como un caballo que se acerca a galope. Se detiene por solo unos instantes delante de nosotros. Si no nos montamos rápidamente en él saldrá galopando, dejándonos perplejos y escuchando cómo el silencio termina apagando el sonido de sus veloces cascos sobre el suelo.

 

Si no logramos atrapar una idea en el momento que se manifiesta, es probable que la perdamos en el torbellino de pensamientos que caracteriza la vida posmoderna. Para evitar que se derroche, siempre tenga a mano una libreta en la que pueda anotar con rapidez el concepto básico que encierra esa idea. Luego, cuando encuentre un momento más apto para trabajarla, conseguirá meditar más sobre los méritos de ella y decidir si vale la pena o no explorar esta opción.

 

Este principio también debe aplicarlo a las ideas que descubre interactuando con otros. Muchas veces un concepto trabajado por otra persona estimula nuestra propia creatividad. Quizás escuche o vea algo que lo deje pensando. No olvide anotar esa sensación, para luego trabajarla a solas con Dios.

 

Cocine a fuego lento

Las buenas ideas rara vez se elaboran en un solo instante. Las mejores ideas son el fruto de un lento proceso de evaluación por el que se va perfeccionando el concepto original. No se apresure a implementar una idea que aún no ha trabajado correctamente. Quizás la idea tenga mucho mérito, pero en el apuro por implementarla puede terminar arruinándola.

 

Una buena idea mejora con el tiempo. Esto ocurre porque el paso de los días nos permite evaluar aspectos de la idea original que no habíamos considerado en el momento. También nos da la valiosa oportunidad de examinarla desde otros ángulos, asegurándonos de que no haya sino simplemente el producto de un entusiasmo momentáneo.

 

Comparta con otros

Muchos de los que están en su entorno no están en condiciones de evaluar ideas nuevas. Debe contar, no obstante, con algunos amigos y colegas confiables con los que pueda dialogar acerca del concepto. No se sorprenda de que, inicialmente, algunos de ellos rechacen su idea. Las mejores ideas rara vez llegan sin oposición. Si persiste en mantener un diálogo abierto y respetuoso con estas personas podrá ver cómo su idea la examinan y enriquecen otras personas que poseen perspectivas distintas a la suya. Las ideas que no pasan por este proceso por lo general padecen de las mismas debilidades o puntos ciegos que sus creadores.

 

Ejercite regularmente la creatividad

La creatividad es como un músculo. Cuanto más la use, más elasticidad desarrollará. Acostúmbrese a realizar actividades que desafíen sus niveles de creatividad. Existen muchos juegos y ejercicios educativos que exigen un alto grado de ella. Intente incorporar a su vida momentos en los que lleva a cabo esta clase de actividades. Le dejarán un rédito mucho más positivo que la pasividad que resulta de estar sentado, durante horas, delante de la televisión o la computadora.