Biblia

La Entrada del Pecado en el Mundo Génesis 3–5

La Entrada del Pecado en el Mundo Génesis 3–5

LA PRIMERA TENTACION 3:1–5

¡Hubiera sido ideal vivir en el huerto de Edén! Con razón también se le Ilama paraíso. Allí el hombre gozaba de una comunión íntima con Dios y con poco esfuerzo de su parte, las plantas y árboles producían todo lo necesario para la vida material. Todo iba muy bien hasta que apareció un día un visitante. Se menciona por primera vez en Génesis 3:1 donde se le Ilama “la serpiente” y se dice que era más astuta que todos los animales.

Inmediatamente se puso de manifiesto su verdadero carácter, tergiversando y exagerando las cosas. Preguntó a la mujer: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (3:1). Ella quiso corregirlo, pero cayó en la trampa del tentador al mezclar la verdad con la mentira. Correctamente dijo que Dios les había dado permiso de comer de todos los árboles con una sola excepción. Si querían evitar la muerte, no debían comer del árbol de la ciencia del bien y del mal (2:17). Pero ella también mostró su capacidad de exagerar, agregando otra excepción: “ni le tocaréis” (3:3).

La serpiente contradijo lo que Dios había declarado, diciendo: “No moriréis” (3:4). Continúa su mentira, acusando a Dios de sentirse intimidado por el hombre y la mujer; “porque sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (3:5).

¿A quién debía creer la mujer, a la serpiente o a Dios? Desafortunadamente, aceptó la mentira del tentador. En su caída dio tres pasos fatales: “Vio,…tomó…y comió” (3:6).

LA SEGUNDA VICTIMA DE LA TENTACION 3:6–7

Hay instancias en que no conviene ser generoso. El que está enfermo hace bien en no compartir su enfermedad con otros. El que peca debiera pecar a solas también. Pero desafortunadamente no ocurre así en la vida. La mujer estableció la pauta para todos los seres humanos: “y dio también a su marido, el cual comió así como ella” (3:6).

NADIE PECA A SOLAS EN LA VIDA.

EL PECADO ES MUY CONTAGIOSO

Y CONTAMINA A OTROS

El resultado inmediato del pecado fue que sus ojos fueron abiertos, conocieron que estaban desnudos y se cubrieron con hojas de higuera para procurar tapar su desnudez. Se Ilenaron de un enorme sentido de culpabilidad.

¡PENSEMOS!
Apocalipsis 12:9 identifica a “la serpiente antigua” como “diablo y Satanás”. ¿Con qué otras criaturas es comparado? ¿Cuáles son algunas de sus metas? San Pablo dijo en 2 Corintios 2:11: “pues no ignoramos sus maquinaciones”. ¿Cuáles son algunas de ellas? ¿Cuál debe ser nuestra respuesta a la tentación? ¿Cómo podemos evitar contagiar a otros con nuestros pecados? ¿Cuál va a ser el fin de Satanás?

LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO 3:8–24

Dios había advertido a Adán y su mujer que “el día” que comieran del fruto prohibido morirían. ¿Qué significaba aquella muerte? No murieron físicamente aquel día. Es probable que la muerte física estaba incluida en el juicio, cuyo proceso comenzó entonces. Pero, ¿qué pasó en ese día en particular?

Perdieron la comunión con el Señor: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y la mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto” (3:8). Antes no tenían miedo de la presencia de Dios pero ahora, sí.

LA PAGA DEL PECADO ES MUERTE

(Romanos 6:23).

LA PERDIDA DE LA COMUNION CON DIOS

ES UNA MUERTE MAS TRISTE

QUE LA MUERTE FISICA.

LA SENTENCIA 3:14–24
PARA LA SERPIENTE 3:14–15 PARA LA MUJER 3:16 PARA ADAN 3:17–19
1. Maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales.

2. Sobre tu pecho andarás,

3. Y polvo comerás.

4. Pondré enemistad entre tu simiente y la simiente de la mujer.

5. Esta te herirá en la cabeza.

1. Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces.

2. Con dolar darás a luz los hijos;

3. Y tu deseo será para tu marido,

4. y él se enseñoreará de ti.

1. Maldita será la tierra por tu causa;

2. Con dolor comerás de ella todos los días.

3. Espinos y cardos te producirá,

4. Y comerás plantas del campo.

5. Con el sudor de tu rostro comerás el pan.

6. Al polvo volverás.

¿Cómo respondió Dios a esa actitud del hombre de ocultarse de su presencia? Podría haberlo dejado solo. Eso era lo que merecía. Si lo hubiera tratado así, el hombre habría seguido totalmente alejado de Dios hasta la fecha. “No hay quien busque a Dios” (Romanos 3:11). Pero no sucedió tal cosa. “Mas Jehová Dios Ilamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?” (3:9) ¡Bendito sea el nombre de nuestro Señor que por gracia toma la iniciativa de buscar al pecador!

La respuesta del hombre evidenció que había participado en comer del fruto del árbol prohibido, pero allí comienzan las excusas. El hombre echa la culpa a la mujer, y en forma indirecta a Dios mismo al decir: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí” (3:12).

¡PENSEMOS!
Reflexione acerca de su conversión a Cristo. ¿De qué manera lo buscó a usted el Señor? Parece que los seres humanos no hemos mejorado mucho. Está de moda todavía la tendencia de echar la culpa a otros por nuestros propios pecados. ¿Qué habría hecho usted, si hubiera estado en el lugar de Adán? ¿Por qué culpó la mujer a Satanás (3:13)?

En Génesis 3:15 se vislumbra por primera vez el evangelio. “La simiente de la mujer” es una referencia a nuestro Señor Jesucristo. La simiente de Satanás son sus seguidores (Juan 8:44 y Efesios 2:2). En la cruz, Satanás hirió a Cristo en el calcañar, una herida leve, pero Cristo le dio un golpe mortal, hiriéndolo en la cabeza.

Después de escuchar esa lista de juicios, Adán dio a su mujer el nombre de Eva, que significa: “madre de todos los vivientes” (3:20).

Antes de echar a Adán y Eva del huerto, el Señor se mostró misericordioso una vez más. Les hizo “túnicas de pieles, y los vistió” (3:21). Las pieles, obtenidas por el derramamiento de la sangre de animales, fueron provistas para la restauración de su comunión con Dios y probablemente un tipo de nuestro Señor Jesucristo (Hebreos 9:22).

Jehová puso querubines al oriente del huerto de Edén, “y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida” (3:24). Los querubines se asocian con la santidad de Dios. Véanse Ezequiel 1:5y Apocalipsis 4:6.

LA PRIMERA PROLE 4:1–26

Hasta entonces no habían nacido niños. No sabemos si el hombre y la mujer habían tenido relaciones sexuales en el huerto. La Biblia sencillamente no lo menciona. Pero ahora sí, y el resultado fue el nacimiento de Caín. La mujer demuestra fe y gratitud a Dios al decir: “Por voluntad de Jehová he adquirido varón” (4:1).

El segundo en nacer fue Abel. Este fue pastor de ovejas y el primero, labrador de la tierra. Después de pasar algún tiempo, ambos trajeron ofrendas a Jehová. Cada cual del producto de su trabajo; Caín del fruto de la tierra y Abel de los primogénitos de sus ovejas. Por razones no dadas en el contexto, Dios se agradó de Abel y su ofrenda, “pero no miró con agrado a Caín ni a la ofrenda suya” (4:4–5). Es probable que la ofrenda de este último no fuera aceptada debido a su actitud hacia Dios.

Caín se enojó mucho. Sin embargo, Jehová le ofreció la oportunidad de arrepentirse haciéndole la advertencia de que si no hacía el bien, el pecado estaría a sus puertas para sorprenderle (4:6–7).

EL PRIMER HOMICIDIO VV. 8–10

Después Caín invitó a Abel a salir al campo, y allí lo mató. No hay evidencia de una provocación de parte de Abel. Es muy posible que Caín guardara algún rencor en su corazón aun antes de presentar su ofrenda al Señor. Eso explicaría el hecho de que se enojara tanto cuando ésta fue rechazada. El asesinato de su hermano hizo patente que había en su corazón una raíz de amargura muy profunda.

EL HIJO SABIO ALEGRA AL PADRE,

PERO EL HIJO NECIO ES TRISTEZA DE SU MADRE.

(Proverbios 10:1).

El pecado de Caín no pasó desapercibido. Jehová, quien todo lo ve, se fijó en él y le preguntó por su hermano. Su contestación refleja su espíritu hosco: “No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” (4:9) Dios lo hizo responsable del derramamiento de la sangre de Abel, diciéndole: “La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” (4:10).

El Castigo de Caín vv. 11–16

  1. Maldito seas tú de la tierra (4:11).
  2. La tierra no te producirá (4:12a).
  3. Serás errante y extranjero en la tierra (4:12b y c).

En el caso de Adán, la tierra fue maldita por su pecado. Las cosas empeoraron con Caín. El peso de su culpa cayó sobre él mismo (4:11), y siendo él labrador de la tierra (4:2), fue ahuyentado de ella.

Para evitar que fuese asesinado, Dios le puso una señal. Después, “Salió Caín de delante de Jehová y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edom” (4:16). Allí su mujer, que evidentemente era hija de Adán (5:4) le dio hijos.

Uno de sus descendientes, Lamec, trajo sobre la familia dos penas muy drásticas. Introdujo la bigamia al mundo y se vanagloriaba de su espíritu vengativo (4:19–24).

Generalmente atribuimos sólo mal a Caín y sus descendientes, pero también hicieron su contribución a las bellas artes y artes manuales (4:19–24).

Dios dio a Adán y Eva otro hijo, Set, para reponer a Abel (4:25). Set también tuvo un hijo, y le puso por nombre Enós (4:26). En sus días, “los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová” (4:26). En esa instancia, vemos la primera evidencia de crecimiento espiritual después de la muerte de Abel.

DESDE ADAN HASTA NOE 5:1–32

La genealogía de Adán en este capítulo sólo menciona a su hijo Set. No hay ninguna referencia a Caín. La razón más probable es que como la Biblia entera gira alrededor de la historia de Jesucristo, Set está en su linaje y Caín no. Véase Lucas 3:23–38.

Hay un contraste interesante entre los adjetivos descriptivos referentes a los comienzos de Adán y Set. Adán fue creado según la imagen de Dios (1:26). Adán “engendró un hijo a su semejanza” (5:3), la cual era pecaminosa debido a la caída.

La lista es triste. Cada referencia a los patriarcas, con la excepción de Enoc (5:22), termina con la frase, “y murió”. Cada vez que se repite la frase, trae a la memoria la consecuencia del pecado. Compare Génesis 2:17 con Romanos 5:12. No obstante la certidumbre de la muerte, aquellos hombres vivían un promedio de 912 años.

¡PENSEMOS!
“Lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7). ¿Cuántas evidencias de esa verdad se ven en la vida de Adán? (Génesis 3–5:32) ¿Cómo se aplica esa verdad en la actualidad? En una concordancia bíblica busque las referencias que se hacen de Caín. ¿Qué conclusiones podemos sacar de ellas? ¿Qué pasó con Enoc? ¿Qué relación especial tuvo él con Dios?

Génesis 5 termina con una declaración profética que ofrece esperanza: “Lamec…engendró un hijo; y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo” (5:28–29).

Collins, A. (1992). Estudios Bı́blicos ELA: Ası́ comenzó todo (Génesis) (15). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.