¡Esclavos! Exodo 1

¿Estamos en deuda con Dios? ¿Cuánto le debemos? ¿Por qué se lo debemos?

El libro del Exodo trata acerca de la redención. Describe cómo Dios libró a Su pueblo Israel de la esclavitud en Egipto. Además de hablar de su liberación, Exodo señala los derechos que Dios tiene sobre Su nuevo pueblo por haberles redimido de su esclavitud. La última parte del libro describe las normas que so nuevo Señor exige de ellos. Deben servirle de todo corazón porque El ha pagado el precio de su libertad.

Tal como Israel fue librado de la esclavitud en Egipto, nosotros también éramos esclavos; no de una nación, sino del pecado. Dios nos ha comprado con la sangre de Su Hijo. Por lo tanto, somos libres de la esclavitud. También a nosotros nos toca aprender las normas de vida que Dios nos pide. Si Israel tenía una gran deuda con Dios por lo que El había hecho por ellos, ¿cuánto más le debemos nosotros? Nuestra deuda para con Dios nos compromete a servirle de todo corazón. Exodo nos enseña a hacerlo.

El libro del Exodo ha sido durante mucho tiempo fuente de inspiración. Ha motivado que grandes hombres escriban, pinten o canten acerca de la historia narrada en sus páginas. Exodo sigue siendo fuente de inspiración. Su mensaje inspiracional se aprovecha hoy, con frecuencia, hasta para incitar a la gente a participar en revoluciones políticas. Si este mensaje motiva al hombre sin Dios a arriesgar su vida, ¿cuánto más nos debe animar como pueblo de Dios a servirle?

Por supuesto, el impacto más grande lo sintió la nación de Israel, que a través de esta experiencia se convirtió en una nación. Israel ha considerado siempre el éxodo como el acontecimiento más significativo de su historia. El suceso aparece narrado por los profetas (Oseas 11:1), y los poetas cantaron acerca de él (Salmo 77:11–20).

EL TITULO

En hebreo, el título de un libro se basa en las primeras palabras del mismo, en este caso: “Estos son los nombres…” En la septuaginta —la traducción del Antiguo Testamento al griego— buscaron un título que describiera el contenido de cada libro. El segundo libro de Moisés narra la salida de Israel de Egipto. Por eso, los traductores usaron la palabra exodos, que en griego significa salida. Este nombre se ha preservado en la mayoría de los demás idiomas hasta nuestros días.

EL AUTOR Y LA FECHA

Aunque el libro no dice quién lo escribió, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento y la tradición indican que Moisés fue el autor de los primeros cinco libros de la Biblia. Esta atribución data desde el tiempo de Josué (Josué 8:31–35) y Jesucristo también lo confirmó (Marcos 12:26; Lucas 24:44). Esta opinión nunca se discute ni en la Biblia ni en los escritos históricos antiguos.

Algunas evidencias en el libro nos llevan a pensar que el autor era una persona culta y educada que vivió durante mucho tiempo en Egipto; seguramente un testigo ocular de los hechos ahí descritos. El mismo libro demuestra que Moisés llenaba estos requisitos.

Existen dos puntos de vista en relación a la fecha del éxodo. La primera, durante el reinado de Amenhotep II (1450–23 a.C.); y la segunda, durante el reinado de Ramsés II (1304–1237 a.C). Aunque estas fechas se discuten mucho, la cronología bíblica indica que el éxodo ocurrió en el siglo quince a.C. (1 Reyes 6:1). Si Moisés escribió el libro, tuvo que haber sido alrededor de ese tiempo.

La historia narrada en el libro principia con la entrada de Jacob y sus hijos a Egipto en 1876 a.C. Sin embargo, la mayoría de los eventos ocurrió en un período de aproximadamente ochenta años, entre 1526 y 1446 a.C.

ANTECEDENTES HISTORICOS

Exodo comienza donde Génesis termina. La familia de Jacob se encontraba en Egipto bajo la protección de los faraones. Ahí permanecieron y se multiplicaron por espacio de 400 años, período en el cual llegaron a ser tan fuertes que Egipto mismo les llegó a considerar una amenaza.

LA BENDICION DE DIOS SOBRE ISRAEL:

UNA AMENAZA PARA LOS EGIPCIOS

Normalmente los eruditos conservadores ubican el ministerio de Moisés en la dinastía dieciocho de Egipto (1567–1317 a.C.). José sirvió como administrador en Egipto durante la dinastía doce (1991–1789 a.C.). Durante el tiempo que el faraón en turno y sus descendientes permanecieron en el poder, los israelitas recibieron honores y recompensas. Sin embargo, la dinastía que sabía lo que José había hecho fue derrocada en 1786 a.C.

La lucha por el poder produjo conflictos y confusión en Egipto. De esa manera se abrió la puerta para la entrada de un grupo de advenedizos: los hicsos, quienes tomaron control del país. Los hicsos no tenían por qué honrar a José y a sus descendientes. Más bien, siendo una minoría, el rápido crecimiento de Israel llegó a ser una amenaza para ellos. Por eso, empezaron a esclavizarlos, con el fin de someterlos. Esta situación existió durante varias generaciones.

Después de más de 150 años de dominio de los hicsos, los egipcios los vencieron y establecieron una nueva dinastía en 1567 a.C. Aunque los egipcios estaban nuevamente en posesión de su tierra, después de tantas generaciones, ya no se acordaban de José, Así que siguieron oprimiendo a Israel. Tal era la situación cuando Dios levantó a Moisés para liberar a Su pueblo.

EL PROPOSITO Y EL TEMA

Génesis describe el origen de Israel. Traza el comienzo del universo, del hombre, del pecado, de las naciones, y, finalmente, de Israel. Por medio del Génesis, descubrimos cómo y por qué Israel llegó a existir. También encontramos la explicación de su presencia en Egipto en el tiempo del éxodo.

Desde este punto de partida, Exodo presenta el nacimiento de Israel como nación. Explica la soberanía de Dios en la historia aun en esa tierra pagana, y cómo aprovechó las circunstancias para hacer de Israel una gran nación. El crecimiento comenzó a partir de una familia de setenta hombres qae llegó a ser una nación de 600,000 hombres, sin contar mujeres y niños. Dios les dio tal fuerza que aun los gobernantes de Egipto les temían. Mediante el sufrimiento los unifícó, para que juntos pudieran tomar posesión de la tierra prometida y defender sus fronteras.

GENESIS: EL ORIGEN DE ISRAEL

EXODO: EL NACIMIENTO DE ISRAEL

COMO NACION

El libro del Exodo nos cuenta cómo Dios sacó a Israel de la esclavitud y los estableció como Su pueblo. Los redimió, y por lo tanto, los hizo Suyos. Entabló con ellos un pacto que habría de gobernar su relación con El y entre ellos mismos. Les proveyó de un lugar donde podrían disfrutar de la comunión con El y adorarle por Su continua manifestación de amor hacia ellos.

El libro fue escrito para que Israel, al darse cuenta de tanta providencia divina hacia Su pueblo, comprendiera su deuda para con Dios, así como su necesidad de depender de El. Tal reconocimiento habría de motivarles a confiar en El, a servirle, adorarle y obedecerle. Al someterse voluntariamente a este Dios que tanto había hecho por ellos, glorificarían a Dios y atraerían a las demás naciones hacia El.

¡PENSEMOS!
Repase de nuevo el último párrafo donde se expresa el propósito de Dios para Su pueblo a través del libro del Exodo. ¿No debe ser este propósito el nuestro también hoy? Señale específicamente los aspectos de este propósito divino para ellos que nosotros debemos buscar al estudiar este libro. Tome un memento para pedirle a Dios que a través de este estudio El realice este propósito en su propia vida.

LA ORGANIZACION DEL LIBRO

El libro se organiza en base a la geografía de la historia. Se inicia en Egipto, donde se presenta la aflicción del pueblo y la obra de Dios para liberarlos (1:1–13:16). Después de librarlos de Egipto, describe su viaje a Sinaí (13:17–18:27). El resto del libro revela los sucesos que ocurrieron en Sinaí (19:1–40:38).

En Sinaí, los sucesos de mayor importancia tienen que ver con la revelación de Dios mismo y Sus instrucciones para Su pueblo. Por lo tanto, la naturaleza de la historia cambia radicalmente después de su llegada a Sinaí. La primera mitad del libro se dedica a los hechos históricos, tanto en Egipto como en el camino a Sinaí (1:1–18:27). La segunda mitad del libro hace énfasis en la revelación de Dios y en Sus normas para Su pueblo (19:1–40:38).

LA REDENCION DEL PUEBLO DE DIOS 1–18

LA LIBERACION DE EGIPTO 1–13:16

EL VIAJE A SINAI 13:17–18:27

LA REVELACION AL PUEBLO DE DIOS 19–40

LA REVELACION DE LA LEY DE DIOS 19–24

LA REVELACION DEL CAMINO A DIOS 25–40

LA MULTIPLICACION DEL PUEBLO DE DIOS 1:1–7

El autor principia con una orientación al problema que sufría el pueblo de Dios y que obligó a Dios a librarles. Repasa la historia de la llegada de José y su familia a Egipto como trasfondo para los sucesos que ocurren a través del libro. Para demostrar la necesidad de la liberación del pueblo de Dios en Egipto, el autor describe las condiciones en las cuales vivieron. Señala tres factores que se unieron para causar la liberación de Israel:

1)     El crecimiento del pueblo, que representaba una amenaza para el faraón (1:1–7)

2)     La opresión del pueblo por los egipcios (1:8–14)

3)     El intento de eliminar al pueblo de Dios (1:15–22)

Según el relato del Génesis, José habiá sido invitado a participar en el gobierno de Egipto, como una muestra de agradecimiento por haber descifrado el sueño del faraón. Al ser nombrado administrador de aquel gran país, él estableció los pasos para salvar a Egipto de los siete años de miseria que se acercaban. A través de esta situación, toda la familia de José vino a morar en Egipto. Llegaron como hombres libres y amistosos, recibidos con honores delante de aquel pueblo.

La multiplicatión del pueblo de Israel fue grande en Egipto (1:7). Tomando en cuenta que sólo setenta hombres habían entrado, es sorprendente el crecimiento que les constituyó en un gran pueblo dentro de aquel reino. Se confirmaba así la promesa de Génesis 12 de que llegarían a ser una gran nación. La bendición de Dios fue èvidente aun en medio de una tierra pagana.

“HARE DE TI UNA NACION GRANDE”

LA OPRESION DEL PUEBLO DE DIOS 1:8–14

Al cabo de unos años la tragedia llegó a Israel. Aproximadamente 18 años después de la muerte de José, la dinastía a la cual José había servido cayó. Surgió un faraón que desconocía la obra que José había realizado en favor de Egipto (1:8), por lo tanto no sentía ninguna obligación para con sus descendientes.

Para entonces, Israel se había multiplicado tanto que representaba una creciente amenaza. Podría levantarse contra Egipto. El temor reinaba en el faraón porque aquellos eran más fuertes que su propio pueblo (1:9–10).

El primer paso que dio el faraón para tratar de controlarlos fue incrementar el trabajo del pueblo. Les hacía servir sin piedad para desanimarles, arruinarles la salud, amargarles la vida, acortar sus días, y así menguar el número de israelitas (1:11). Estas condiciones perduraron durante varias generaciones.

Sin embargo a pesar de todo, los israelitas se seguían multiplicando. Por eso, les intensificaron el trabajo aún más. Les hacían la vida sumamente difícil. Les obligaban a trabajar exhaustivamente en la construcción y en el campo (1:12–14).

EL PUEBLO DE DIOS SE HIZO FUERTE

A TRAVES DE LA AFLICCION

¡PENSEMOS!
Repase de nuevo el último párrafo donde se expresa el propósito de Dios para Su pueblo a través del libro del Exodo. ¿No debe ser este propósito el nuestro también hoy? Señale específicamente los aspectos de este propósito divino para ellos que nosotros debemos buscar al estudiar este libro. Tome un memento para pedirle a Dios que a través de este estudio El realice este propósito en su propia vida.
¿Qué habría pensado usted frente a una situación tan difícil como la que Israel estaba atravesando? ¿Sorprendió esta situación a Dios? ¿Qué nos indica Génesis 15:13 en cuanto al plan de Dios en esta situación?
Muchas veces pasamos por circunstancias difíciles en nuestra vida. Las reacciones comunes incluyen la protesta, la inconformidad, y, a veces, la rebelión. Debemos reconocer que estas situaciones difíciles vienen con un propósito de parte de Dios para nuestro bien.
Hoy nos damos cuenta de que Dios había dispuesto que Su pueblo permaneciera durante 400 años en Egipto y que se enfrentara a una situación no tan favorable. Sin embargo, esta experiencia avanzaba los planes de Dios y resultó ser beneficiosa para ellos.
¿Los había olvidado Dios? ¿Cumple Dios Sus promesas? A través de la historia Dios ha cumplido con Su Palabra. No olvida Sus promesas. Señale alguna ocasión del pasado, cuando en su propia vida las circunstancias hayan sido difíciles, pero al fin Dios le ayudó y usted vio Su propósito logrado.
¿Frente a qué circunstancia se encuentra hoy que le parece imposibie resolver? ¿Qué podemos aprender at ver el cuidado de Dios para con Israel en Exodo 1, o en nuestra propia experiencia pasada? ¿Cómo debemos enfrentarnos a tales circunstancias hoy?

LA ELIMINACION DEL PUEBLO DE DIOS 1:15–22

A pesar de la opresión, Israel siguió creciendo. Como no funcionaron los métodos anteriores, se emplearon métodos más bárbaros e inhumanos para reprimirlos. El faraón exigió a las comadronas que mataran a todo hijo varón que naciera (1:15–16). Sin embargo, estas mujeres temieron a Dios y decidieron arriesgarse y preservarles la vida a los niños hebreos (1:17–19).

LAS PARTERAS TEMIERON A DIOS

MAS QUE A LA AUTORIDAD DE LOS HOMBRES

¿Qué sucedió? Se llevó a cabo una piadosa desobediencia frente a un impío mandato. Las parteras temieron a Dios más que al faraón. A pesar del riesgo personal, no se rindieron ante el poder visible del faraón: la amenaza de soldados y cárceles.

Al proteger al pueblo de Dios, a pesar del riesgo, las parteras demostraron su confianza en El y sumisión a Su autoridad antes que a la autoridad humana. Dios respondió ante este acto de fe al enviar bendición a las familias de las parteras (1:20–21). Esta respuesta se ajusta a la promesa de Dios de que bendeciría a quienes bendijeran a Su pueblo (Gn. 12:3).

DIOS BENDICE A QUIENES SE SOMETEN

A SU AUTORIDAD

Al encontrarse frustrado de nuevo, el faraón hizo otro intento. Decretó que todo hijo varón que naciera, fuera echado al río (1:22). Tal opresión y matanza de israelitas exigió la intervención de Dios para proteger a Su pueblo del intento de eliminarlos. El hombre, por poderoso que sea, no puede hacerle daño al pueblo de Dios y salir ileso.

¡PENSEMOS!
Muchas veces nos sentimos presionados a tomar decisiones que contradicen las normas divinas por temor a alguna pérdida personal o represalia en contra de nosotros o de nuestra familia. Nos rendimos ante el poder visible, sin tomar en cuenta el poder mayor del cual disponemos y que en cualquier momento nos puede defender o librar del peligro. Si nos rendimos ante el poder humano, Dios no recibirá la gloria que merece.
Las parteras nos sirven como ejemplos dignos de imitar, por darle el primer lugar a Dios y al someterse a Su autoridad antes que a cualquier otra. Dios no les bendijo por su desobediencia al faraón, sino por temerle a El antes que a la autoridad humana.
Aunque nuestras circunstancias no son iguales a las de ellas, a nosotros también a veces se nos pide conformarnos a normas humanas que no van de acuerdo con la norma divina. Identifique una ocasión en su propia experiencia cuando haya sentido tal presión. ¿Qué hizo? ¿Qué resultó?
¿De qué manera siente esa clase de presión hoy? ¿Qué pasos debe dar ante esta situación para que Dios sea glorificado en su vida? Defina algún paso que deba dar esta semana.

La aflicción de Israel en medio de estas situaciones difíciles nos enseña tres lecciones importantes:

1) Las mismas circunstancias que causaron la aflicción son evidencia de la fidelidad de Dios a Sus promesas. Por lo tanto, frente a las circunstancias difíciles de la vida, debemos confiar en El.

2) Los israelitas tuvieron que esperar 400 años antes de ver el remedio divino para su problema. Aunque no nos hace esperar tanto, tenemos que aprender a esperar el tiempo que Dios considere mejor para librarnos de la aflicción. El conoce todo el cuadro; El sabe qué es lo mejor para nosotros.

3) Las parteras obedecieron a Dios a pesar del costo personal que tuvieran que pagar. A veces, tal obediencia requiere la desobediencia de las normas humanas. Nosotros también debemos obedecer a Dios y someternos a Sus normas, a pesar del costo personal que tengamos que pagar.

¡PENSEMOS!
En los principios vistos en este estudio se han observado situaciones en la vida de cada hijo de Dios. A la luz de este estudio, señale algún cambio que Dios le ha indicado que quiere lograr en su propia vida. ¿Cuál de estas tres situaciones requiere más atención en su propia vida? ¿En qué forma? ¿Qué pasos debe dar esta semana para obedecer a Dios?

Porter, R. (1986). Estudios Bı́blicos ELA: Comprados por Dios (Exodo) (5). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.