Una Conquista Con Quistes Jueces 1:1–2:5

Mi grabadora no funcionaba. Revisé el cable para asegurar que estaba bien conectada; la moví por un lado, luego por el otro; la desconecté del tomacorriente para enchufarla en otro, pero siguió igual. Quité el cable e instalé baterías. Inspeccioné el cartucho, lo probé invertido, y luego puse otro. Nada resolvió mi problema. Por fin llevé el aparato a un técnico. Él me enseñó un pequeño interruptor en el micrófono. A un lado estaba la palabra “Encendido”, y al otro, “Apagado”. ¡Lo único que yo tenía que hacer para que la maquinita caminara era cambiar el interruptor de “Apagado” a “Encendido”!

A veces, la solución a nuestros problemas es tan sencilla que la pasamos por alto. Esto sucede no solamente con los aparatos eléctricos, sino también con nuestra vida en general. En este capítulo veremos que Israel sufrió fracasos por una razón sencilla: su infidelidad a Dios. ¿Cuántos de nuestros problemas se deberán a lo mismo?

MARCO HISTÓRICO

Los aproximadamente 350 años del período de los jueces caen entre la conquista de Canaán bajo el liderazgo de Josué y el inicio del reinado de Saúl

Fin de la conquista de Canaán Período de los jueces Inicio del reinado de Saúl
Año 1,400 a.C. 350 años Año 1,050 a.C.

Durante la época de los jueces no hubo líderes en Israel como Moisés o Josué que dirigieran a la nación. La mayoría de los jueces, si no todos, ejercieron su autoridad sólo a nivel tribal o regional. Como consecuencia, se fue perdiendo la unidad entre las tribus. Tampoco los sacerdotes del tabernáculo ejercían mucha influencia sobre todo Israel, y la adoración a Jehová sufrió merma y errores.

Con excepción de Débora, los “jueces” que se mencionan en este libro no ejercían en tribunales, emitiendo decisiones jurídicas. Más bien, principalmente eran libertadores y gobernantes.

TEMA

El tema de Jueces es la fidelidad de Jehová y el incumplimiento de Israel de su pacto mutuo. La esencia del pacto era que Jehová sería Dios de Israel, y que éste sería su pueblo (Levítico 26:12).

EL TEMA DE JUECES:

FIDELIDAD DE JEHOVÁ VS. INFIDELIDAD DE

ISRAEL AL PACTO

Originalmente, Dios hizo el pacto con Abraham, el padre de Israel. Le prometió que tendría mucha descendencia, que ella poseería la tierra de Canaán, y que él llegaría a ser bendición para todos los pueblos de la tierra (Génesis 12:2–3, 7; 13:14–17; 15:4–21; 17:1–8). Estas promesas fueron hechas sin condiciones, de manera que eran inquebrantables (Levítico 26:42, 44; Romanos 11:26–29). Fiel a ellas, el Señor pacientemente liberó a Israel repetidas veces, según el relato que aparece en este libro.

Siglos después de Abraham, Jehová amplió el pacto a Moisés. Le prometió más bendiciones, pero aclaró que para disfrutarlas, cada generación debía ser obediente (Levítico 26:3–13; Deuteronomio 28:1–14). Quienes no acataran los mandamientos divinos, en lugar de bendiciones, recibirían espantosas maldiciones (Levítico 26:14–39; Deuteronomio 28:15–68). En Jueces, vemos que Dios cumplió fielmente con esto. Enviaba opresión cuando los israelitas lo abandonaban, pero con el propósito de que volvieran a él. Luego, liberaba a su pueblo arrepentido.

¡PENSEMOS!
¿Cuáles son algunas maneras en que Dios muestra su fidelidad hacia usted? Piense en algunos ejemplos recientes. ¿Por qué será que el Señor es tan fiel? Los problemas que le envía, ¿son evidencias de su fidelidad? Explique su respuesta.
¿Cómo espera Dios que usted manifieste su lealtad a él? ¿Está siendo fiel? ¿Envía él bendiciones cuando usted obedece? ¿Envía sufrimientos cuando usted no sigue sus mandamientos? ¿Puede dar ejemplos?

ESTRUCTURA DEL LIBRO

La estructura de Jueces está bien equilibrada. Comienza con un prólogo que consiste en dos introducciones, y termina con un epílogo que contiene dos historias. Hay muchos paralelos más entre el prólogo y el epílogo (compare 1:1–2 con 20:18). En la sección central del libro hallamos las historias de exactamente doce jueces. Este número sugiere que ellos representan a Israel. Su conducta refleja la de la nación en general.

AUTOR Y FECHA

La Biblia no dice quién escribió Jueces, ni cuándo lo hizo, pero tuvo que ser después del inicio del reino de Saúl, el primer rey de Israel (ver 17:6; 18:1; 19:1; 21:25). La estructura del capítulo 1 (ver p. 9) indica que el libro fue redactado después de la división de Israel en los tiempos de Roboam y Jeroboam. Si el “cautiverio de la tierra” que se menciona en 18:30 fue el asirio, la fecha de Jueces no podría ser antes de 732 a.C., pero es posible que el versículo se refiera a un exilio más antiguo. Como Jueces abarca más de 300 años, el autor vivió varios siglos después de los primeros eventos por lo menos, y posiblemente varios siglos después de los últimos. Sin embargo, como los autores de Reyes y Crónicas, se basó en fuentes antiguas (comp. 1 Reyes 14:19, 29; 1 Crónicas 29:29), y elaboró su obra inspirado por el Espíritu Santo (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:19–21).

FRACASO EN LA CONQUISTA 1:1–36

Bajo la dirección de Josué, Israel había logrado dominar la tierra de Canaán. Sin embargo, no había tomado posesión de toda ella. Las ciudades cananeas eran independientes, cada una con su propio rey. Para poseerles, entonces, Israel tenía que conquistarlas una por una, matar o expulsar a sus habitantes, y asentarse en ellas. Después de la muerte de Josué, cada tribu emprendió esa tarea en su respectivo territorio. Los resultados se plasman en Jueces 1.

La palabra “subir” marca las dos divisiones principales del capítulo. En 1:1–4 la hallamos cuatro veces, diciendo que la tribu de Judá subió contra los cananeos. Luego el 1:22 dice que la casa de José también subió. Por último, el 2:1 informa que el ángel de Jehová subió a la asamblea de Israel para evaluar las “subidas” de las tribus.

Las tribus que posteriormente formarían el reino del sur, Judá y Benjamín, se mencionan en 1:1–21, entre el primer “subió” y el segundo. Las tribus que aparecen en 1:22–35 pertenecen al reino del norte.

DIVISIONES PRINCIPALES DEL CAPÍTULO 1

Tribus de Judá

1:1 (“subió”)

Tribus de Israel

1:22 (“subió”)

¡PENSEMOS!
Las breves anécdotas que aparecen en el capítulo 1 anticipan los temas importantes del libro. ¿Qué enseña el 1:6–7 acerca de Dios? ¿Qué ejemplos positivos de relaciones familiares ve usted en 1:12–15?

Hay dos progresiones en el orden de las tribus. Una es geográfica, del sur al norte. Judá y Simeón (1:1–20) eran las tribus que se encontraban más al sur de Israel. Benjamín (1:21) colindaba con Judá al norte. La casa de José (1:22–26) estaba compuesta por los descendientes de los dos hijos de José: Manasés (1:27–28) y Efraín (1:29; ver Josué 17:7). Estas tribus quedaron al norte de Benjamín. Todavía más al norte, se hallaban Zabulón (1:30), Aser (1:31–32) y Neftalí (1:33).

Sin embargo, la última tribu (1:34–35) rompe esta progresión. Si bien es cierto que Dan iba a emigrar para ser la tribu más norteña de todas (ver Jueces 18), los lugares mencionados en el v. 35 son de su territorio al occidente de Benjamín.

PROGRESIÓN DEL SUR AL NORTE, ROTA POR DAN

Judá y Simeón Benjamín Manasés y Efraín Zabulón Aser Neftalí Dan
1:1–20

DEL SUR……

1:21

…………

1:22–29

…………

1:30

…………

1:31–32

…………

1:33

AL NORTE

1:34–35

AL SUR

Esta ruptura es causada por la otra progresión en el orden de las tribus: de victoria a fracaso. La sección sobre las tribus del sur principalmente narra éxitos (1:1–19a, 21), pero al final hay dos notas negativas (1:19b, 21). En cambio, en la sección sobre las tribus del norte, hay una sola conquista (1:21–26), y todo el resto es fracaso (1:27–35).

PROGRESIÓN DE VICTORIA A FRACASO

Muchos triunfos Fracasos Un triunfo Muchos fracasos
1:1–18 1:19–21 1:22–26 1:27–36

Aun dentro de 1:27–35 se ve que el informe va de mal en peor:

  1. Los cananeos seguían viviendo entre tres de las tribus (1:27-30). Todavía había algunas ciudades paganas enquistadas dentro del territorio de estos israelitas.
  2. Dos tribus vivían entre los cananeos (1:31–33). Aparentemente ni siquiera lograron el dominio general de su territorio.
  3. Los amorreos no permitían que los danitas vivieran entre ellos (1:34–35). De manera que el autor reserva a Dan hasta el fínal como el ejemplo culminante del fracaso de Israel en la conquista.

EXPLICACIÓN DEL FRACASO 2:1–5

En todo el capítulo 1, la única razón que se da para explicar el fracaso en la conquista, son los carros herrados (carros de caballos construidos de madera con láminas de hierro) de los cananeos (1:19b; aquí casi todas las versiones modernas correctamente traducen “porque” en lugar de “los cuales”)

Este versículo nos deja perplejos. Si Jehová estaba con Judá (1:19a), ¿por qué las armas superiores de los cananeos eran un problema? ¿Acaso el Dios que abrió el Mar Rojo, derrumbó los muros de Jericó, y paró el sol en medio del cielo durante la batalla en Gabaón no podía vencer los carros herrados? Nuestra perplejidad crece a medida que estudiamos el resto del capítulo. Leemos de fracaso tras fracaso, sin que se dé otra explicación. Aunque el v. 19 habla solamente de la tribu de Judá, probablemente se aplicaba a otras tribus también. Muchas de las ciudades no tomadas en 1:27–35 estaban en los valles y la llanura costera donde los carros eran un arma poderosa.

Otra duda surga a partir del v. 28. ¿Cómo evaluaría Dios la medida de hacer a los cananeos tributarios? (1:28, 30, 33, 35. En hebreo, se refiere a tributo laboral.) Jehová no había ordenado esto, sino que Israel expulsara o destruyera a los cananeos (Éxodo 23:31–33; Deuteronomio 7:2).

Hallamos la respuesta a estas inquietudes en 2:1–5. El ángel de Jehová subió a la asamblea para acusar a los israelitas de quebrantar el pacto. Primero, les declaró que Dios había cumplido fielmente con su parte, liberándolos de Egipto y dándoles la tierra de Canaán (2:1). Luego señaló que ellos habían roto el pacto, por haber hecho convenio con los cananeos (2:2). Por último, hizo memoria de la advertencia del Señor de que por semejante infidelidad al pacto, él ya no iba a expulsar a los cananeos de delante de ellos (2:3; ver Números 33:55; Josué 23:12–13).

Ahora entendemos mejor el fracaso militar que se menciona en Jueces 1:19–36. Jehová no les dio poder para dominar las ciudades allí mencionadas porque le habían desobedecido. Nos damos cuenta que el acuerdo que la casa de José hizo con el hombre de Luz en 1:23–24 fue un pacto prohibido. El cananeo salió libre con su clan (la palabra traducida “familia” se refiere a un círculo más amplio que la familia básica) para establecer otra Luz, otra ciudad pagana. Comprendemos ahora que el sometimiento de los cananeos a trabajos forzados también requirió de convenios, por lo menos el de no matarlos (ver Josué 9:25–27).

Entonces, el fracaso de Israel se debió a su infidelidad (2:1–3), ¿o a las armas superiores de los cananeos? (1:19) ¿Cuál de las dos explicaciones es la correcta? En realidad, ambas son correctas, pero son de distinta clase.

El v. 19 da una explicación científica. Es decir, analiza el problema con base en lo que se puede observar con los cinco sentidos. De la misma manera, nosotros explicamos nuestros problemas y fracasos aduciendo que son resultado de la mala salud, la crisis económica, de usar métodos inadecuados, por falta de capacidad, o algún otro factor a la vista. La explicación científica puede ser válida, pero es incompleta.

La otra explicación, la que hallamos en 2:1–3, es la teológica. Analiza los problemas y fracasos en términos de la relación del pueblo con Dios. Nos informa que Israel fracasó en la conquista porque había sido infiel a Jehová. La explicación teológica es la más fundamental, porque el Todopoderoso puede cambiar los factores que usa la explicación científica (puede darnos mejor salud, mejores métodos, etc.) y hacernos triunfar contra los obstáculos visibles (nos puede dar éxito a pesar de la mala salud o los métodos deficientes). Él pudo haber dado la victoria al débil ejército de Israel a pesar de los carros herrados (ver 4:1–16).

EXPLICACIÓN CIENTÍFICA + EXPLICACIÓN TEOLÓGICA

= EXPLICACIÓN COMPLETA

Haremos bien en analizar nuestros problemas desde las dos perspectivas. Antes que nada, preguntarnos si son resultado de desobedecer a Dios. Como primer paso para mejorar nuestra situación debemos arrepentirnos del pecado, y pedir a Dios su poder para vencer la tentación.

¡PENSEMOS!
Haga una lista de algunos problemas que ha tenido. ¿Cuál podría ser la explicación basada en lo que se observa con los cinco sentidos (explicación científica)? ¿Cuál podría ser la explicación basada en su relación con Dios (explicación teológica)?
¿Qué problemas tiene su iglesia? ¿Qé explicación científica tienen? ¿Qué explicación teológica podría haber?
¿Qué problemas políticos y económicos tiene su país? ¿Cuáles son algunas explicaciones científicas de ellos? Los problemas nacionales, ¿tienen explicación teológica también? Explique su respuesta.
¿Todo fracaso que sufrimos se debe a infidelidad a Dios? ¿Por qué otras razones Dios nos permite fracasar? ¿Cómo podemos saber si nuestro fracaso se debe a la desobediencia a Dios?

Williams, G. (1995). Estudios Bı́blicos ELA: Dios permanece fiel (Jueces y Rut) (5). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.