En marzo de 1990, Hank Gathers estaba a la cabeza de todos los basquetbolistas universitarios de los Estados Unidos en puntos anotados y rebotes atrapados. En ese mes, en plena acción durante un partido, este joven talentoso cayó al piso del gimnasio y ante la mirada de los espectadores, falleció.
Posteriormente trascendió que él había descubierto en diciembre del año anterior que padecía de una enfermedad cardíaca, pero había decidido seguir jugando de todas formas. Leí un artículo en esos días que enumeraba a varios deportistas de fama mundial que habían puesto en peligro su salud por seguir compitiendo. El autor aventuraba algunas posibles razones: El amor al deporte, la fama, el dinero. Luego expuso una más: Que los grandes atletas están dispuestos a correr grandes riesgos.
Este análisis bien podría aplicarse a los grandes cristianos que están dispuestos a jugarse el todo por el todo para obedecer y servir al Señor. En Jueces 4 y 5 leemos de varias personas y grupos que tuvieron que decidir si estaban dispuestos a arriesgarse por Dios. El capítulo 4 es una narración en prosa del ciclo de apostasía, opresión, clamor y liberación. El capítulo 5 es un cántico poético sobre los mismos eventos.
Jueces 4 | Jueces 5 |
Narración en prosa | Cántico poético |
APOSTASÍA, OPRESIÓN Y CLAMOR 4:1–3
Israel se hallaba en una situación desesperada. Había abandonado a Jehová de nuevo (4:1; ver 3:7), y él los había entregado a otra opresión (4:2–3). Por veinte años habían sido explotados cruelmente por el rey Jabín y Sísara, su capitán. Era la opresión más larga que la nación había sufrido hasta esa fecha, y sería la segunda más larga en todo el libro. Por fin reconocieron su error y clamaron al Dios verdadero por socorro (4:3a).
La liberación requeriría de personas valientes. Los peligros eran espantosos. Jabín era rey de Hazor, la ciudad cananea más grande que los arqueólogos han hallado. Tanto era su poder, que encabezaba una confederación de reyes en el norte de Canaán. Esto le hacía acreedor al título de “rey de Canaán”. Su ejército incluía 900 carros de caballos (4:3). Eran carros “blindados”, construidos de madera pero protegidos con láminas de hierro.
Los opresores crueles no tendrían reparo en matar a cualquiera que se levantara en su contra. ¿Habría algún israelita dispuesto a intentar liberar a su pueblo?
LOS OSADOS LIBERTADORES 4:4–5:27
Débora 4:4–10, 14; 5:1, 6–7, 12, 15
¡La primer persona que se atrevió fue una mujer! Por temor a los cananeos, los comerciantes israelitas no se atrevían viajar por las carreteras (5:6) y los campesinos habían abandonado las aldeas y sus sembrados para buscar refugio en las ciudades amuralladas (5:7a). Estando en esa coyuntura, Débora fue quien se levantó como madre protectora de su pueblo (5:7b).
¿Qué podía hacer una dama frente a esa situación? Primero, llamó a Israel para que rindiera cuentas a Dios. En hebreo, la última oración de 4:5 dice literalmente: “y los hijos de Israel subieron [no dice “subían”] a ella para el juicio”. Débora hizo lo mismo que Otoniel (ver la explicación de 3:10 en el capítulo 2) y Samuel (1 Samuel 7:5–6; 12:6–18) en sus respectivos tiempos. Señaló a los israelitas sus pecados para que los confesaran y buscaran el perdón de Dios.
Luego, como profestisa (4:4), Débora llamó a Barac y a los varones de Neftalí y Zabulón para que retaran al ejército de Jabín (4:6–7). Cuando Barac titubeó, ella le apoyó, aceptando acompañarlo hasta el mismo frente (4:8–10; 5:15). Allí le impulsó a la batalla (4:14). Por su intervención denodada, tuvo el privilegio de presenciar la liberación, y después entonar el cántico de victoria y alabanza a Dios (5:1, 12).
¡PENSEMOS! |
Qué peligros corrió Débora al instar a Barac y a los israelitas al enfrentamiento con Jabín? ¿Hay situaciones riesgosas en las cuales usted debe levantar su voz? ¿Cuáles son? |
Hay personas a quienes usted puede alentar a hacer cosas por Dios que usted mismo no puede hacer? ¿Quiénes son? ¿Cómo los podria motivar? |
Qué peligros corrió Débora al acompañar a Barac al frente de batalla? ¿Hay situaciones peligrosas en las cuales usted debe acompañar a otros? ¿Cuáles son? |
Barac 4:6–16, 22; 5:1, 12, 15
Aunque con temor y dudas (4:8), Barac acató la orden divina y convocó a los milicianos para confrontar al ejército cananeo (4:6–7, 10). Antes del rey David, Israel no tenía tropas profesionales. Cuando surgía una amenaza, los israelitas, en su mayoría campesinos, se reunían para combatir con las armas que tuvieran en casa. La anuencia de los 10,000 para seguir a Barac implica que tenía renombre como líder militar, por lo menos en su propia tribu de Neftalí y en la tribu vecina de Zabulón.
Como Dios le había ordenado, subió con ellos al monte de Tabor (4:6, 10, 12), que se encontraba en la frontera entre Neftalí, Zabulón e Isacar, y en el borde norte del valle de Jezreel. De allí controlaba la ruta comercial que pasaba por el valle. Era una de las carreteras principales entre Egipto y Mesopotamia, pasando por Hazor.
Para quitar esa amenaza a su soberanía y su comercio, Jabín envió a Sísara al valle con sus 900 carros de guerra (4:13). En el momento crítico, Barac, frente a los israelitas, se precipitó contra los invencibles cananeos (4:14; 5:15) y Dios le concedió una victoria contundente (4:15–16).
Fue un logro glorioso para Barac. Posteriormente él unió su voz a la de Débora en alabanza a Jehová (5:1), y encabezó la procesión triunfal con los cautivos de la batalla (5:12).
Sin embargo, el momento podría haber sido aun más glorioso. Puesto que Barac condicionó su obediencia a Jehová (4:8), Débora le profetizó que perdería ante una mujer la prerrogativa de derrotar a Sísara (4:9). Cuando Jael le llamó a ver al capitán cananeo (4:22a), Barac probablemente pensó que a pesar de la profecía él iba a tener el privilegio de matarlo. ¿Cuál sería su desilusión al hallarlo ya victimado por una débil mujer! (4:22b)
¡PENSEMOS! |
¿Fue Barac un buen líder militar, o no? ¿Cuál fue su virtud principal? ¿Cuál fue su debilidad principal? ¿Qué bendiciones recibió por sus virtudes? ¿Cuáles perdió por su debilidad? ¿Qué bendiciones puede perder usted por temor de lanzarse a hacer la voluntad de Dios? |
Los israelitas 4:6, 10; 5:2, 13–18
Uno de los temas principales del cántico de Jueces 5 es la felicitación que se da a los israelitas que acudieron a la batalla. Llegaron voluntariamente (5:2, 9), pues no había ninguna ley ni gobierno central para obligarlos a participar. Pero también llegaron en obediencia a Jehová (4:6).
No todas las tribus enviaron milicianos. El “resto” que se atrevió (5:13) se enumera en 5:14–15a, 18: Las tribus de Efraín, Benjamín, Maquir (otro nombre dado a la tribu de Manasés), Zabulón, Isacar y Neftalí. Rubén, en cambio, permaneció en la seguridad de su vida pastoril (5:16a). Sus grandes resoluciones (5:15b), nunca pasaron de ser propósitos sin acción (5:16b). Galaad (aquí el nombre se refiere a la tribu da Gad), Dan y Aser tampoco interrumpieron su rutina cotidiana (5:17).
Una mención honorífica se reservó para Zabulón y Neftalí, las tribus que más habían arriesgado (5:18) y que formaron el grueso de la fuerza israelita (4:6, 10).
¡PENSEMOS! |
¿Cómo reacciona usted cuando solamente unos pocos apoyan un buen proyecto? ¿usted decide no participar porque no hay apoyo de todos, o aprovecha la bendición de hacer la voluntad de Dios de todas formas? ¿Hay algún proyecto de esta clases que usted debe apoyar ahora? |
Jael 4:11, 17–22; 5:24–27
La más arrojada de todos en esta historia fue Jael. A su tienda llegó Sísara buscando refugio, porque había un pacto entre su esposo, Heber, y Jabín (4:17). Ella tuvo que decidir si respetaría ese pacto, o si se identificaría con el pueblo de Jehová. Los ceneos estaban emparentados con Israel a través de Moisés (4:11), y la mayoría de ellos en Canaán eran aliados de la nación escogida (ver 1:16).
Jael recibió a Sísara ofreciéndole protección (4:18) y mostrándole hospitalidad (4:19; 5:25). Sin embargo, cuando el militar se hubo dormido, ella se armó de valor y lo mató con sus propias manos (4:21; 5:26–27). ¿Qué habría pasado si él hubiera despertado? Ella también debió pensar en las posible represalias de Jabín.
¿Por qué optaría Jael por apoyar al débil Israel en vez de la poderso Jabín? Tal vez ella conocía el pacto abrahámico, en el cual Jehová prometía bendecir a los que ayudaran a su pueblo, y maldecir a los que le hicieran daño (Génesis 12:3). En efecto, el cántico bendice a Jael, deseando que sea la más próspera de todas las mujeres que viven en tiendas (5:24). La maldición de Génesis 12:3 se aplicó a Meroz (5:23), probablemente una ciudad no israelita que tenía un pacto con Israel. Meroz fue condenada por no pelear contra los opresores.
Los valientes | Los cobardes |
Débora
Barac Efraín Benjamín Maquir Zabulón Isacar Neftalí Jael |
Barac
Rubén Galaad Dan Aser Meroz |
EL LIBERTADOR DIVINO 4:4–5:27
No fue solamente por su denuedo que Débora, Barac, Jael y los milicianos lograron sus triunfos. De nada hubiera servido su valor sin el poder divino. Jehová mandó a Barac a retar a Jabín (4:6), atrajo a Sísara (4:7), salió delante de Barac (4:14), desbarató al ejército enemigo (4:15), entregó a Sísara en manos de Barac (4:7b, 14) y de Jael (4:9) y sometió a Jabín (4:23).
Debido a esto, un segundo tema dominante de Jueces 5 es la alabanza a Jehová por la victoria (5:3). Hasta la naturaleza se estremeció ante la llegada del terrible Dios de Israel para pelear por su pueblo (5:4–5). Si bien el poema hace hincapié en quiénes hicieron acto de presencia, no los incluye entre los combatientes. Los que pelearon fueron los reyes de Canaán por un lado (5:19) y las estrellas y el torrente de Cisón por el otro (5:20–21). En la poesía de aquel tiempo, se hablaba figuradamente de las estrellas como fuente de lluvia. De manera que el Señor usó la lluvia como su arma. Destruyó a los cananeos mediante una tormenta que causó una creciente en el torrente. El agua impetuosa arrastró a los cananeos e hizo inútiles sus carros de caballos. En la maldición del v. 23, Meroz es criticado no por desamparar a Israel, sino por no apoyar a Jehová. En última instancia, la batalla fue de él, no de los valientes israelitas.
Dios Todopoderoso + Personas Valientes = Victoria
¡PENSEMOS! |
¿Dios pelea las batallas de usted? ¿Él siempre apoya nuestros esfuerzos atrevidos? ¿Cómo puede usted obtener el apoyo divino? ¿Cómo puede saber cuándo debe arriesgarse, y cuándo debe ser cauteloso? |
Williams, G. (1995). Estudios Bı́blicos ELA: Dios permanece fiel (Jueces y Rut) (25). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.