Lo que Dios necesita en un Ministerio

Predicacion de Ben Manning

Jesus escogio a los discipulos y les dio el poder para hacer su ministerio. Si, Nuestro Senor usa gente ordinaria, llena de imperfecciones.

San Mateo 9:35-10:8

Hace algunos años atras, cuando yo estaba empezando mi ministerio en Illinois, hice un viaje a Chicago desde mi pequena ciudad, en la parte central de Illinois, para asistir a un curso de entrenamiento acerca del «ministerio al momento de la muerte». 

Se llevo a cabo en el Centro Medico de la Universidad de Chicago. El seminario de dos dias fue dirigido por Elizabeth Kubler-Ross, considerada como una eminencia en la materia.

Eramos unas seis personas las que nos reunimos en la sala de entrenamiento del Hospital, esperando la llegada del Dr. Kubler-Ross. Subitamente, alguien entro y nos informo que nos fueramos a la Sala de Emergencia, pues habia ocurrido un terrible accidente en la ciudad y necesitaban nuestra ayuda. Los pesimistas, entre nosotros pensaron «Oh, sera como en las peliculas».

Pero tan pronto llegamos a la Sala de Emergencia, comenzaron a llegar las ambulancias, escuchabamos el sonido de los helicopteros, y podiamos ver el panico entre el personal del hospital tratando de recurrir a los procedimientos del caso cuando suceden «perdidas en masa» Un tren, que transporta pasajeros a cortas distancias, habia tenido un accidente y se estimaba que habia setenta personas muertas, algunas por morir y otras con serios danos que estaban siendo transportadas a los hospitales del area. Ademas, habria mucha pena y dolor para los familiares de las personas afectadas.

Nos preguntaron si podriamos ayudarle al Capellan en la dificil tarea de proporcionar consuelo a los heridos y sus familiares. Yo me senti abrumado ante la magnitud de la tarea. Senti como una sacudida al ver semejante sufrimiento y la gran actividad en la Sala de Emergencia.

Me senti muy impresionado con semejantes escenas y los sonidos y olores. Frecuentemente, dude de mis propias abilidades para decir y hacer lo que era apropiado bajo las circunstancias, ante la presencia de los que estaban experimentando dolor y muerte.

Como vemos en las Escrituras de hoy dia, me pregunto si Jesus experimento algunos de los sentimientos que les acabo de describir. Yo pienso que si. Vemos a nuestro «Gran Medico», enfrentando los desafios del enfermo, el que ha muerto y el que esta por morir.

El vio el sufrimiento entre los que se vieron acosados con las enfermedades e incapacidades. El tambien tuvo oportunidad de conversar con los miembros de la familia (anteriormente, en el Capitulo 9), como fue el caso de la familia de la muchacha joven que lloraba cuando Jesus llego, porque su hija acababa de morir. Nuestro Senor tambien se vio abrumado con las cosas mundanas.

Una tira comica muestra una linea de personas esperando para ser sanadas por Jesus. Un hombre, llevando una pieza electronica, exclama: «Senor, puedes Tu programar mi VCR?» (l). Algo que me causa gran impacto en esta historia es que Nuestro Senor y Salvador, Jesucristo, el gran Hijo del Hombre, decide que El no puede hacer este ministerio de ensenar, predicar y curar El solo.

Nuestro Gran Medico, con toda su gran compasion y poder para sanar, se vuelve a sus nuevos discipulos para que le ayuden en su ministerio. «Y El llamo a sus doce discipulos y les dio la autoridad para sacar a los espiritus y para sanar cualquier enfermedad y calamidad.» (Vs. 10:1).

Hoy dia les pregunto «Que necesita Dios para el ministerio?». La respuesta es» Dios necesita «personas» para hacer su ministerio, gente ordinaria que esten llenas de incapacidades. Dios mira nuestra devocion y no a nuestras «calificaciones». Dios quiere personas con las actitudes apropiadas. Cristo necesita personas que esten involucradas en una mision para Dios.

Mirando a los discipulos, ellos tambien eran novatos en este juego del ministerio y que comenzaban. Ellos eran como subtenientes. Sin embargo, Jesus los escogio y les dios el poder para hacer su ministerio. Si, Nuestro Senor usa gente ordinaria, llena de imperfecciones.

En realidad, los discipulos eran apropiados, porque Jesus les habia dado el poder,porque ellos, tambien, tenian sentimientos de compasion. Seguramente, ellos se sentian inseguros y abrumados con la tarea. Parece que constantemente sentiremos estos sentimientos humanos de incapacidad, cuando enfrentamos una tarea nueva e importante.

Muchos de ustedes han estado involucrados con esta congregacion cuando nosotros abrimos un refugio para los desamparados algunos anos atras. Hoy dia, tenemos refugios comunitarios, amparados por las ordenes religiosas, asi que esta carga ha sido tomada de las congregaciones individuales. Pero yo he escuchado a muchos de Uds. hablar acerca de como se sentian de abrumados e incapacitados cuando llevaron a cabo este ministerio y sin embargo, Uds. lo lograron y les dieron alas a su compasion, dando asistencia critica a los desamparados de nuestra comunidad.

Durante el mes de junio, las mujeres de nuestra congregacion estaran encargadas de ser voluntarias para el programa «Clothes Closet» cercano a esta area. Ellas trabajan muy duro seleccionando la ropa que ha sido donada para ser distribuida a las personas necesitadas de nuestra comunidad. Si algun dia visitan este lugar, se sorprenderan al ver la cantidad de familias necesitadas, ninos pequenos, lenguajes diferentes y diversos grupos culturales.

Nuestro Senor usa a las personas ordinarias para llevar a cabo tan importante ministerio! Tomando ciertas imagenes del Apostol Pablo, venimos con todas nuestas imperfecciones, pero es precisamente, con todas nuestras imperfecciones que somos capaces de ser llenados con el Espiritu Santo y usar nuestros talentos.

Dios necesita «personas» para hacer su ministerio, personas ordinarias y llenas de imperfecciones. Dios mira a nuestra devocion y no a nuestras calificaciones. Muchos de nosotros somos «super-dotados». Algunos tenemos que ser triunfadores, o ni siquiera intentarlo. Basicamente, me estoy hablando a mi mismo, pero algunos de nosotros podemos tambien escuchar, si asi lo deseamos. A traves del tiempo, he pensado que si tengo que hacer las cosas siempre bien, muchas de estas cosas no se llevarian nunca a cabo.

Pienso que es una manera de entender la gracia de Dios. En los ultimos anos, he comenzado a entender lo que significa ser amado en forma incondicional, a pesar de lo que yo haga o no haga. Es una sensacion maravillosa y liberadora. Aun decir «Dios mira a nuestra devocion, y no a nuestras calificaciones,significa ultimadamente, que cuando la devocion falla, Dios siempre nos ama!” Traduzcamos esto en lo que significa el ministerio. Para que Uds. respondan a las necesidades de un ministerio en nuestra congregacion, no necesitan tener un doctorado y tampoco necesitan ser una autoridad en la materia y tampoco tienen que hacerlo todo perfecto. Si tienen el impulso para hacer las cosas bien todo el tiempo, muy bien, pero no es necesario.

Nosotros proveemos entrenamiento para las diferentes funciones del ministerio laico en la iglesia. Pero si Uds. tienen la «obsesion», posiblemente esto les impedira que su devocion y sus talentos sean agudizados por la tendencia de hacerlo todo perfecto todo el tiempo. Hoy dia nosotros estamos rindiendo homenaje a nuestros profesores de la Escuela del Domingo, a los lideres de la Iglesia de los Ninos y a los jovenes trabajadores. Hablando de gente ordinaria haciendo ministerio, aqui los tenemos! Por favor observen a nuestros profesores. Solamente uno es un profesor de una escuela publica y ella trabaja en nuestro programa «cradle-roll».

El resto no tiene una experiencia extensa ni formal en la ensenanza, pero si tienen excelentes trabajos. Uno es un contador retirado. Otra es un ama de casa. Tenemos un ingeniero y un abogado. Con todas las bromas que he escuchado del ingeniero y abogado, pensarian que sus clases son un desastre! Sin embargo, aca tenemos personas ordinarias, dedicadas a la ensenanza de la palabra de Dios, personas llenas de amor que proveen una ayuda significativa en nuestro ministerio laico cada semana.

Esto es lo que Dios necesita para su ministerio! Nosotros proporcionamos algun entrenamiento y recursos para ellos, pero es la fuerte devocion y amor al projimo lo que hace que su contribucion sea un impacto positivo en las vidas de sus projimos. Alguien ha dicho «vivimos en la miseria cuando no aprendemos el arte de la aceptacion incondicional que Dios nos extiende».

Calvin Miller nos cuenta una historia para apoyar esta teoria. «Ethel tenia una nariz muy muy grande. En la escuela elemental los ninos la llamaban «Beaky» hasta que corrio al bano a llorar. Ella tenia casi 30 anos cuando Elmer (que tambien tenia una nariz muy grande) le pidio que se casara con el. Ella dijo, «Si, por supuesto, me casare contigo, pero que te parece mi nariz. Que nariz le pregunto Elmer? Obviamente, este era el hombre apropiado para ella.» (2) Dios quiere personas con las actitudes apropiadas.

Nuestro Senor es capaz de usar personas que ven las necesidades ajenas alrededor de ellos y que responden. La actitud mas importante que Jesus nos muestra en la lectura de hoy dia es de «compasion». «Cuando el vio a la muchedumbre, El tuvo compasion por ellos, porque ellos habian sido oprimidos y estaban desamparados, como ovejas sin pastor» (Versiculo 9:36).

He estado pensando cuando y adonde yo aprendi acerca de la «compasion». Yo se que mis padres la tenian. Se que en las diferentes congregaciones adonde yo aprendi cuando era joven, todas las personas a mi alrededor la tenian hacia las personas necesitadas, en diferentes grados. Pero yo creo que adonde yo aprendi fue cuando yo la experimente. Senti compasion dirigida hacia a mi por los Cristianos, que considero mis heroes y heroinas. Yo fui aceptado y amado, con una nariz larga. Cristo necesita personas que tengan compasion, que tengan una mision para Dios.

En semanas recientes, hemos estado examinando el principio de la iglesia en el dia de Pentecostes. Escuchamos las ultimas palabras de Jesus a sus discipulos antes de que ascendiera al cielo. Escuchamos la encomienda que les hizo a sus discipulos de «ir y hacer discipulos». Tenemos que tratar de alcanzar esta luz. Tenemos que reconocer esta necesidad. Jesus dijo «la cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; recen pues al Dios de la Cosecha para que les envie trabajadores para su cosecha». (Versiculo 9:38). Luego, en el siguiente capitulo, dice «El llamo a sus doce discipulos y les dio autoridad…» (Versiculo 10:1). Luego San Mateo hace un comentario editorial y nombra a cada uno de los discipulos, empezando con «Simon, quien es llamado Pedro…, (y terminando con) Judas Iscariote, que le traiciono.» (Vs. 10:2-4).

Mi oracion es que nuestros nombres seran agregados a la lista de los fieles discipulos, cuando continuemos viendo los campos listos para la cosecha. Que es lo que necesita Dios para el ministerio? Jesus, el Buen Pastor, nos dice claramente que nos necesita para el Ministerio del Senor. Todos nosotros somos necesitados.

Nuestras imperfecciones se vuelven poder, cuando nos acercamos juntos como la gente de Dios. Traemos nuestros regalos individuales y juntos hacemos la diferencia. En la pelicula «El Testigo», Harrison Ford es un policia que ayuda a esconderse a una madre «Amish» y su hijo,despues de que el hijo ha sido testigo de un crimen brutal.

La mayor parte de la pelicula se lleva a cabo en Pennsylvania, adonde podemos observar la belleza de una vida simple. La escena que nunca olvido es cuando estaban construyendo el establo, adonde toda la comunidad participa en construir el establo en un dia. La clave es que cada uno trajo y uso sus talentos. Algunos usaban los martillos, otros el serrucho, otros traian comida, todos contribuyeron para llevar a cabo su mision. Asi es como Dios nos llama para ser parte del Ministerio del Senor. Los campos estan listos para la cosecha.

Dios nos llama para compartir el ministerio. Sirvamoslo con la autoridad que Cristo nos ha dado! 

(1) historieta de Callahan, la puerta, January/February 1998, 7. según lo señalado en Homiletics, junio de de 1999. (2) Calvin Molinero, manual de un propietario para el alma inacabada [ Wheaton, Illinois: Harold Shaw Publications, 1997 ], 103-105; según lo señalado en Homiletics.