Salvar a los pecadores
“Palabra fiel y digna de ser recibidas por todos: Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1 Timoteo 1:15)
Cuando uno lee este verso, pudiera levantarse la pregunta de por qué dice: “Palabra fiel y digna”, acaso toda la Biblia no es fiel y digna de creer? Sí lo es, es la Palabra de Dios, es justa, nada le falta ni le sobra. Toda la Biblia es importante, aunque unas verdades lo son más que otras. En este verso el escritor quiere acentuar la verdad encerrada en el texto, y esto por dos razones. De un lado, por la incredulidad natural del corazón humano, que aun en verdaderos Creyentes, a menudo, duda de si Cristo le ha salvado o no.
La mejor fe es débil, duda del amor de Dios con mucha frecuencia, entonces hay que decirle al corazón: “Palabra fiel digna”. Del otro lado, que posiblemente sea la verdad que más deba ser insistida y proclamada en toda la Creación: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. No a los justos, ni buenos, ni siquiera a los medios pecadores, sino a los pecadores completos, a los más viles y malvados de la humanidad, los primeros pecadores, a los impíos, transgresores, inicuos, malvados; el amor y el sacrificio de Cristo es para ellos.
De todas las enseñanzas bíblicas que hayan sido publicadas a los hombres, esta es la más escogida. Ninguna otra pudiera ser más dulce al corazón humano que esta, es la más hermosa de todas. No hay una declaración más agradable a un corazón culpable que esta: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. El sermón será así: Uno, Explicando el texto. Dos, El amor de Cristo en salvar los pecadores. Luego, La aplicación.
I. EXPLICANDO LAS PALABRAS DEL TEXTO
El texto puede ser desglosado en tres:
1. Importancia del mensaje: “Palabra fiel y digna de ser recibidas por todos.” 2. El mensaje: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar “, y 3. Los agraciados. “Los pecadores, de los cuales yo soy el primero.”
Detalles
Importancia del mensaje: Cuando las ofertas entre los hombres son muy atractivas, se suele decir: Demasiado bueno para ser verdad, o que el mensaje de oferta carece de importancia, pero aquí es diferente, el mensaje es verdad y bueno, es importante. Viene de Dios mismo, esto es suficiente para que sea importante, es Palabra del Señor, es por tanto un dicho fiel, de parte del Creador a las Criaturas: “Palabra fiel y digna de ser recibidas por todos.” No se trata de un regalo material como dinero, sino algo mucho mejor, el mensaje de Dios a ti. Es fiel o verdadero, digno o conveniente, beneficioso para todo tu ser.
Para un hombre no hay palabras más importantes que las de su Creador, así que debe ser recibido por todos y cada de uno de los seres humanos. Abre tus manos de fe, te conviene recibirlo. Ahora bien, la ternura del Señor se hace manifiesta, ya que no dice que tú debes recibirlo, como si te lo impusiera obligado, aunque bien puede hacerlo, sino que dice: “Es digno que lo recibas;” es de tu más grande conveniencia. Dios se humilla para hablarnos.
El mensaje: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar.” En la época que nos ha tocado vivir, hemos visto que hay no pocos ministerios cuyo énfasis es que Cristo vino a aliviar el cuerpo de sus diferentes enfermedades, acentúan de manera desproporcionada su sanidad. También hay otros que arguyen que como Cristo es Rey, entonces sus súbditos deben ser ricos, lo que se conoce como el Evangelio de la prosperidad material, pero ni una cosa ni otra, Su venida es bien clara, el vino a salvar. Desde antes de Su nacimiento el mensajero del cielo se lo hizo saber a José: “Llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mat.1:21).
No decimos que no quiera o no pueda darnos otras misericordias de índole terrenal, sino que Su oficio se centra en salvar del pecado: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar.” En una ocasión sus discípulos sintieron hambre, y rogaron a Jesús que comiera, y El respondió: “Yo tengo una comida para comer que vosotros no sabéis… Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra” (Jn.4:32,34). La comida del Señor Jesús es salvar.
Los agraciados: “Los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” La expresión no puede ser más sencilla y de más fácil compresión, que el oficio de Jesús es beneficiar al pecador. No hay que darle vueltas, es fácil de entender. Es cierto que la Biblia tiene verdades oscuras y difíciles de dar una clara interpretación, pero aquí no hay nada de eso, es claro como el agua: El mensaje es a los pecadores. Entonces es para toda persona hombre o mujer. De manera, pues, que la primera condición para ser beneficiado es, ser pecador, la segunda y no menos importante es estar consciente de serlo, ver su propia miseria espiritual, que tú no tienes nada que te recomiende con Dios. Pablo dice aquí que fue el primero de los pecadores.
A primera vista su declaración parece extraña, porque conocemos miles de gente que han sido peores que él, ¿por qué? , pues dice así de él mismo. Porque los pecados de otros uno lo sabe por especulación, que los ve o se lo dicen, pero los de uno mismo se saben por experiencia, no hay que contárnoslos, entonces si uno es un Cristiano honesto y en luz, debiera repetir con Pablo: “De los pecadores yo soy el primero.” Los hombres y mujeres que se beneficiarían eternamente con la salvación que da Cristo, primero deben experimentar su propia miseria de pecador, antes de recibir la vida eterna. La salvación que da el cielo es para ellos. Nos referimos a hombres y mujeres que se ven a sí mismo tan malvados que ni siquiera quisieran venir a la Iglesia, se sienten indignos de estar con gente buena. A ellos es este llamado. Ellos están más cerca del cielo que los otros.
Un caso: “Dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Simón le respondió y dijo: Maestro, toda la noche hemos trabajado duro y no hemos pescado nada. Pero por tu palabra echaré la red.” Pedro vio el mandato de Cristo con incredulidad, su duda fue muy evidente.: “Cuando lo hicieron, atraparon una gran cantidad de peces, y sus redes se rompían. Y Simón Pedro, al verlo, cayó de rodillas ante Jesús exclamando: ¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador!” (Luc.5:4-8). Pedro se vio un gran pecador, y reaccionó con incredulidad, porque si hubiese visto el porque Cristo vino a este mundo, le hubiese pedido diferente a como pidió, pediría: “Señor no te alejes de mi, porque soy pecador. Vimos el desglose del texto: La Importancia del mensaje: “Palabra fiel y digna de ser recibidas por todos.” El mensaje: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar “, y los agraciados: “Los pecadores, de los cuales yo soy el primero”.
II. EL AMOR DE CRISTO EN SALVAR LOS PECADORES
Este amor será destacado considerando Su entusiasmo en salvar, mientras estuvo sobre la tierra y cuando ya estaba en el Cielo. Estando en la tierra. Cuando leemos les Evangelios es notorio como toda clase de pecadores vinieron a El, y a ninguno que reconoció como el Mesías echó fuera, se complació en salvarlos; no devolvió a nadie que entregase su alma para consolarle. Unos vinieron con fe muy débil, tal como Jairo (Marc.5:23). El oficial del rey (Jn.2:46-52). El padre con el hijo endemoniado (Mar.9:24), y la fe de ellos fue limpiada y sacada a victoria. El joven rico trató de manipularlo, y aun cuando Jesús fue cauteloso con él, no dejó de ser cortes: “Jesús, mirándole, le amó” (Marc.9;21). Con la mujer sirofenicia parecería como si la estuviese despreciando, pero lo cierto es que la trato así para destacar la grandeza de su fe y honrarla públicamente y por todas las generaciones (Mat.15:26).
Su amor por los pecadores fue algo tan notorio que aun sus enemigos lo reconocieron, calumniándolo lo honraron, porque le llamaron “amigo de publícanos y pecadores”, y a ellos les respondió: “No he venido a llamar justos, sino pecadores al arrepentimiento” (Mat.9:11-13). Mire esta hermosa historia: “Entonces Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo… Los discípulos le rogaban diciendo: Rabí, come. Pero les dijo: Yo tengo una comida para comer que vosotros no sabéis” (Jn.4:6,31-32). Se olvidó de comer por el gozo que experimentó en salvar una mujer cuyo deleite era coleccionar maridos ajenos. Su comida fue salvarla. Otra historia: “No os regocijéis de esto, de que los espíritus se os sujeten; sino regocijaos de que vuestros nombres están inscritos en los cielos. ” (Luc.10:20-21).
Los discípulos se regocijaban en que tenían poder para echar fuera los demonios, pero El les dijo que se regocijaran más en que tenían el poder de imitar Su oficio de Salvador, y allí mismo dice: “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó” (v21); su regocijo fue que los apóstoles podían ser como El, podían salvar almas: “Has escondido estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños.” Hombres débiles y pecadores con el poder de ser instrumentos para vida eterna. En la historia de la resurrección de Lázaro, le dijo a Sus discípulos: “A causa de vosotros me alegro de que yo no haya estado allá, para que creáis” (Jn.11:15). Sus milagros fueron para confirmar que era el Hijo de Dios, que no los hacia por simplemente hacerlo, sino para que creyeran en El, de modo que se regocija cuando alguno de los Suyos mejora o crece en la fe.
Aun a la hora de la muerte, siendo varón de dolores, con grandes quebrantos, no disminuyó su amor por salvar a los perdidos, y estando colgando de la cruz se ganó un ladrón que estaba crucificado junto a El. Y antes de ascender a los cielos la encomienda a los apóstoles fue esta: “Que en su nombre se predicase el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Luc.24:47). Les urgió que empezaran predicándole a los que más le aborrecieron, quienes le crucificaron. Así fue Jesús antes y después de Su muerte: “Palabra fiel y digna de ser recibidas por todos: Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (v15). Estando en el Cielo. Si antes de sufrir la muerte fue tan vehemente en salvar, cuanto más ahora en gloria, ya que Sus sufrimientos son cosas del pasado, mire como lo dice: “La mujer, cuando da a luz, tiene angustia, porque ha llegado su hora. Pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda del dolor, por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo” (Jn.16:21). Esto es, que si padeciendo dolores fue tan entusiasta en salvar, ahora más. El apóstol Pablo hace de esto un motivo para persuadir a los Gálatas: “¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado en el Espíritu, ¿ahora terminaréis en la carne? ¿Tantas cosas padecisteis en vano, si de veras fue en vano?” (Gál.3:3-4). O que los sufrimientos de Cristo por los Creyentes no serán en vano, se ha propuesto llevarlos a la gloria, y ciertamente que lo hará.
La Omnipotencia divina está comprometida en tal santo esfuerzo, nótese: “Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones” (Mat.28:18-19). La satisfacción de Su corazón, y el poder divino están buscando los pecadores para librarlos de la condenación eterna y salvarlos. La muerte de Cristo no tiene otro fin o propósito que salvarte, y salvarte para siempre. Entonces se puede inferir con total certeza: Que así como los abogados ganan más dinero al conseguir más clientes, también Cristo gana más gloria y honra en salvar más pecadores y mientras más malvado ha sido, más brilla el poder de la Cruz del calvario, leamos esto en lenguaje del apóstol Pablo: “Para que nosotros, que primero hemos esperado en Cristo, seamos para la alabanza de su gloria” (Efe.1:12). El beneficio de tales abogados sería engrosar sus bolsillos, así Cristo recibir más gloria, porque se deleita en la salvación de los impíos: “Palabra fiel y digna de ser recibidas por todos: Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (v15).
APLICACIÓN
Lo que te mantiene alejado es, que tú no conoces la mente y el corazón de Cristo. Ahora mismo, en este lugar, si tú quieres puedes ser salvo; basta que quieras. En cuanto a El no es algo indiferente, sino la medula de Su alma, desde antes de la fundación del mundo ya estaba preparado para venir a este mundo, padecer, ser aborrecidos aun por su propia familia, lo mataron, resucito, fundó la Iglesia y ha mandado sus discípulos a salir en Su nombre a buscar los pecadores para librarlos de la ira venidera. El asunto ha sido traído delante de tus propios ojos, ahora la decisión es tuya.
Ahora bien, si tú no quieres salvarte, con todo Su obra no es disminuida, tú te condenarías a ti mismo, pero el hizo hasta lo sumo para salvarte. Más aun, si nadie fuese salvo, si todos los rechazaren, aun así será glorificado, dio descargo total al amor de su corazón por lo pecadores. Estoy hablando de una suposición, porque la verdad es que la multitud de los salvos es tan grande que su canto en el cielo es como el estruendo de muchas aguas. Entonces es si tú quieres, pero si no quieres perecerás por tu gusto. Agrego algo más: Si hay gozo delante de los ángeles que están en el cielo por un pecador que se arrepiente, cuanto más gozo habrá en el corazón de Cristo por tu conversión. Amigo, ven a Cristo, ahora mismo, y habrá gozo en Jesús, en los ángeles y en tu conciencia.
Amigo, el Evangelio nació en el cielo, viene del cielo, y este mensaje tómalo así: Del cielo para ti. Es hora de que bendigas a Dios que ha honrado tu persona. Dios encarnado a descendido a ti, te dice ahora mismo: Morí para salvar a los pecadores. El poder y dominio que Jesús tiene sobre toda la creación ha sido sujetada o puesto en operación para que en esta hora y en este lugar tú escuches esta palabra de salvación: “Que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales tú eres uno de ellos” (v15).
A ti te digo, que después de lo que has oído, y de conocer del amor de Cristo por salvarte, si lo rehúsas, no estás rehusando hombre sino a Dios, o que tu incredulidad bajo la predicación clara de este sencillo Evangelio sería lo que te condene. Te invito, pues, a considera este verso: “Mirad que no rechacéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que en la tierra rechazaron al que advertía, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos del que advierte desde los cielos” (Hebr.12:25). No te opongas a tu salvación. Recuerda esto, que Cristo no sólo es un Cordero, también es un León. Si lo rehúsas, entonces no te podrá librar de la ira venidera: Recíbele en tu corazón y serás salvo. AMÉN.
En Estados Unidos recientemente tres jueces echaron por tierra la posibilidad de boquear en las Bibliotecas Públicas el acceso a la pornografía en Internet. Es decir, cualquier niño norteamericano podrá, desde la Biblioteca de su pueblo, acceder a Internet y ver allí lo que se le ocurra. Y la bibliotecaria no podrá decirle: “Hijito, ese sitio no”.
Recientemente apareció en Estados Unidos un libro escrito por una mujer; se llama Judith Levin. En ese libro ella defiende los “derechos sexuales” de los niños. Se inspira en legislación de Holanda, donde el año 90, el Parlamento holandés legalizó el sexo entre adultos y niños desde los doce años de edad, “siempre y cuando haya un consentimiento mutuo”. ¿Qué creen ustedes que está pasando a partir de esta legislación? ¿Qué creen ustedes que ocurrirá con estos libros que se están publicando? Un diario de Estados Unidos, el New York Times, escribió un reportaje favorable a este libro.
Eso es en Estados Unidos… ¿Y qué estamos viendo nosotros en Chile? ¿Tardará mucho de llegar esta plaga, la liberalización de las costumbres, de la moral? La apostasía ya viene. El mundo está enfriando el amor de los cristianos, el mundo está influyendo sobre la iglesia.
Nos llegó una noticia sobre un evangelista norteamericano. No voy a dar su nombre. Él se divorció por segunda vez. Él dijo que la anulación de su matrimonio surgió “como consecuencia de los acontecimientos que ocurrieron antes del matrimonio y de una situación más allá de su control, y que no había cuestiones morales implicadas en el asunto”. Y agregó que, a pesar de los problemas personales, su ministerio estaba muy exitoso, que en enero había “disfrutado” una cruzada, la más grande en la historia de su ministerio, una campaña de cinco días donde asistieron unas 30.000 personas y donde unas 15.000 personas aceptaron al Señor. ¡No se conformó con despedir a su primera esposa: despidió también a la segunda! ¡Y él dice que tiene mucho éxito en su ministerio…!
Ustedes conocen a Billy Graham. Él tiene una hija que se llama Ana. Es una mujer de Dios. Hace unos días atrás, se le ocurrió predicar contra el pecado en una congregación norteamericana, y específicamente atacó la homosexualidad como uno de los pecados de que el hombre tiene que arrepentirse, diciendo que los ataques del 11 de septiembre eran un mensaje de Dios para Estados Unidos y que había que arrepentirse. Cuando ella estaba hablando esto, del coro que estaba detrás de ella, se pararon ocho de los veinte coralistas, y salieron del lugar en un gesto de protesta por lo que ella estaba diciendo. Al parecer, los ocho eran homosexuales. Ana Graham ya comenzó a ser vapuleada por predicar contra el pecado, porque recibió críticas en el diario local por lo que había hecho.
¡La apostasía ya viene!
“Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar”, -dice el verso 14 del capítulo 2- “seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad”.
El camino de Balaam… Y Judas agrega: el camino de Caín… el error de Balaam… la contradicción de Coré.
El evangelicalismo posmoderno: Una denuncia
Amado pueblo de Dios, el Señor Jesús no vendrá sin que antes se manifieste la apostasía, el hombre de pecado, el inicuo. Y la apostasía comienza por el pueblo de Dios. No hay oraciones que puedan detener la maldad, porque el pueblo de Dios se ha olvidado de orar, de interceder, de clamar, de gemir. El pueblo de Dios está ‘de fiesta’ (entre comillas ‘de fiesta’). No tiene tiempo para la Palabra, ni para la oración, ni para el ayuno, ni para el gemido. No tiene tiempo para sentirse abrumado por la nefanda conducta de los malvados, como Lot.
Tengo aquí un documento. Voy a leer algunas partes. No lo he escrito yo. Es un documento publicado por la agencia de Noticias ICPress, de España. Lo que voy a leer aquí lo dijo un cristiano llamado César Henríquez, en una convención que ocurrió en Venezuela hace unos días atrás, a comienzos de abril. Y este hermano hace una denuncia: “Las iglesias cristianas están cayendo en los lazos de la ‘posmodernidad’.
La posmodernidad, esta cultura humanista, esta influencia mundana se está metiendo -dice él- en las iglesias evangélicas. Él es evangélico, y él dice esto de las iglesias evangélicas. Echa de menos él los primeros tiempos cuando los cristianos “se reunían como iglesia para celebrar y vivir la fe de Jesucristo”, en torno a Jesucristo. La reunión de la iglesia -dice él- en los primeros tiempos, en torno a Jesucristo, “orientaba su razón de ser, y era a la vez como un termómetro que permitía medir la fe de la iglesia”. Pero ¿qué pasa ahora -dice- en la posmodernidad? En estos últimos diez años -dice- se han introducido cambios rápidos “en las rígidas liturgias anteriores”, y se ha instalado un modelo cúltico (de culto), que “ha uniformado a las iglesias de las diversas tradiciones”. Antes era posible distinguir lo que era un iglesia tradicional de una iglesia de corte pentecostal donde había mucha algarabía. Ahora -dice- se está globalizando, se está uniformando todas las iglesias evangélicas en esto, en sus cultos. Desde los días de la llamada ‘renovación de la alabanza’, el culto “ha adquirido características de espectáculo y entretenimiento” … “La sociedad posmoderna ha dejado atrás la cultura de la palabra y ha abrazado la cultura de la imagen” … “Las megaiglesias posmodernas prefieren utilizar salas de cinematógrafos, donde tienen facilidades técnicas que requiere el espectáculo, utilizan músicos profesionales, juegos de luces, butacas cómodas” … “El sermón ha dejado de ser el centro del culto, sustituido por la música y el canto”.
Esa es una característica de la iglesia posmoderna: ha sustituido la palabra de Dios por la música y el canto.
“Otra característica -dice él- es la catarsis emocional” … “Absolutiza los sentimientos. Las grandes concentraciones no son motivadas por ideas o proyectos, sino por la búsqueda de sensaciones colectivas. La alabanza, que ahora ocupa el 70% del tiempo del culto, se convierte en espacio de psicoterapia espiritual” … “La espiritualidad se confunde con la emoción y la evasión de la realidad” … “La Biblia se subordina a la experiencia. Esta producción y búsqueda de sensaciones y emociones puede ayudar a sentirse bien en el momento, pero no tiene ningún tipo de trascendencia en la vida” – agrega.
“Y una tercera característica -dice este hermano- se expresa con la palabra inglesa de moda: ‘light’, que significa ligero, frívolo, liviano. La cultura ‘light’ de la posmodernidad expropia los contenidos fundamentales de las cosas, dejándolas en una vaciedad, repleta de incoherencias y provoca una vida sin compromisos ni complicaciones”.
Cristianos que no se comprometen, ni se complican la vida. Ellos asisten a un show, a un espectáculo con harta música, luces, colores, y una buena animación desde el frente, una persona carismática que haga conmover las multitudes.
Sigo leyendo: “En esta cultura, el culto se vacía de sus contenidos fundamentales, para que pueda ser aceptado fácilmente. El evangelio se presenta como un producto que debe ser ofrecido en un formato que no espante a la clientela. Debe ser atractivo y llamativo, y vaciarse de todo aquello que signifique compromiso, sacrificio, esfuerzo y entrega.”
Primero, reemplaza la Palabra por la música y el canto. Luego, la vida cristiana se vacía de espiritualidad para transformarse en un ir y venir de emociones, en una búsqueda de sensaciones para llenar un momento, nada más. Y la tercera característica, es una iglesia ‘light’, que no se compromete. El evangelio es un producto: ofertas, bienestar, felicidad. No hay demandas, no hay compromiso, no hay cruz.
Luego, el hermano Henríquez hace un llamado. Dice: “Estamos obligados por el evangelio de Jesucristo a celebrar cultos proféticos …” (¡proféticos!, que digan la verdad, que traigan la luz de Dios, que denuncien la mentira y la falsedad, que anuncien los juicios que van a venir) “… en el sentido de denunciar todo aquello que atenta contra la lógica del reino de Dios y a anunciar las posibilidades que Dios nos ofrece para ser instrumentos transformados para transformar”. Y concluye: “Para que la propuesta salvadora del reino de Dios sea atractiva, no tenemos que trivializarla y exhibirla como producto, sino profundizarla, encarnarla con todas sus implicaciones y sus riesgos.” Hasta aquí la cita.
La vida cristiana es una vida de implicaciones, de compromisos, de riesgos, de cruz, de sufrimientos. No es vanidad, no es una cosa que toca la epidermis, los sentimientos y las emociones. La palabra de Dios penetra hasta partir el alma y el espíritu. La vida de Cristo vino para meterse adentro de nosotros. No para llenar un momento, un buen rato, para evadirnos momentáneamente de los problemas.
Esta es la apostasía que viene …
Hermanos, por eso decía al comienzo que resulta tan raro hablar de estas cosas en un ambiente como éste, donde vemos al Señor, donde podemos contemplarle …
Acuérdate de Jesucristo
Hay una palabra en 2ª de Timoteo 2:8, con la que iremos terminando. La primera frase que aparece en este versículo es: “Acuérdate de Jesucristo”.
Hermanos, ¿está clara la frase? “Acuérdate de Jesucristo…”. Sigamos leyendo: “… del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor, mas la palabra de Dios no está presa. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna”.
2ª de Timoteo -ya sabemos- fue escrita en tiempos de apostasía. Pablo había sido dejado solo, le habían abandonado todos los de Asia, y en ese momento de aflicción su corazón está afligido. ¡Si hemos leído esta epístola alguna vez con detenimiento podemos percibir que su corazón está afligido! Le dice a Timoteo, su hijo amado en la fe: “Acuérdate de Jesucristo”. Cuando todos le olvidan, cuando todos le han vuelto la espalda, cuando la iglesia se ha transformado en una iglesia sin Cristo, sin cruz; cuando surgen los Demas que aman al mundo -que aman “a este siglo” dice otra traducción-, entonces él dice: “Acuérdate de Jesucristo… resucitado de los muertos conforme a mi evangelio”.
Cristiandad, iglesia: ¡Cristo está vivo! ¡Cristo ha resucitado! ¡No lo ignoremos! ¡No tengamos sólo un slogan con su nombre! ¡No leamos sólo un versículo con su nombre! ¡Él ha resucitado de entre los muertos, y él está aquí!
¡Él debe gobernar la vida de la iglesia, él debe ser el centro de atracción, el motivo de las reuniones! ¡Cristo, y sólo Cristo tiene el primer lugar, Él es nuestro primer amor!
Parece tan raro que Pablo le diga: “Acuérdate de Jesucristo resucitado de los muertos”, como si Timoteo no lo hubiese sabido. Pero era necesario recordarle: “Timoteo, Jesucristo ha resucitado de entre los muertos. No te olvides de eso. Por él sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor”.
Pablo sufre penalidades, hasta prisiones. ¿Se han olvidado de eso los cristianos? ¿La iglesia de hoy es una iglesia sufriente o es una iglesia contemporizadora, una iglesia que se confabula con el pecado, que pasa de fiesta en fiesta, una viuda que se ha olvidado de sus vestidos de viudez? ¿Es la iglesia una reina que se sienta como reina, como aquella Babilonia?
La iglesia hoy sigue siendo como una viuda en la tierra. Su amado está lejos. Lo único que ella quiere es el reencuentro con él. Si hay algo que la alegra es el recuerdo de su persona. ¿Qué es lo que nos alegra a nosotros? ¿Cuántos se han reunido esta mañana a partir el pan? ¿Cuántos se reunirán en la tarde a partir el pan? ¿Es para ti una pesada carga acercarte a la mesa? ¿Es la reunión del partimiento del pan algo que se puede reemplazar por otra cosa? Nos ha preocupado en este tiempo pasado, hermanos, que faltan con mucha facilidad los hermanos al partimiento del pan. Aparecen en esta reunión, pero al partimiento del pan no van. ¿Saben lo que significa el partimiento del pan? Es la reunión para esto: para acordarse de Jesucristo.
Iglesia, ¡acuérdate de Jesucristo! Acuérdate de sus dolores en la cruz, de su sufrimiento en Nazaret, de su humillación, de su rechazamiento.
Participando de su rechazamiento
“Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuereis del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:18-19).
Esta frase es una rareza hoy, porque los cristianos se codean con los políticos, porque los cristianos hacen fuerza para cambiar las leyes de los países, porque los cristianos aparecen en los escenarios con los gobernantes, porque los grandes predicadores han vendido de alguna manera el testimonio de Cristo por causa de la honra humana. Uno de los principales cristianos (amado mío también), un gran evangelista de otro tiempo, después del 11 de septiembre apareció dando un discurso híbrido, sin sustancia, acomodaticio, en Estados Unidos; sólo porque ahí había detrás de él y en esa reunión gente de todas las religiones, de todos los credos, y él no podía enemistarse con nadie.
Los cristianos están perdiendo el sabor, la sal se está desvaneciendo. “A mí me aborreció el mundo, a vosotros os aborrecerán”, dijo el Señor. “A mí me han perseguido, a vosotros os perseguirán”.
Les hago una pregunta: Si Cristo fue rechazado y los cristianos de hoy son aceptados, ¿quién está mal? ¡Alguien está mal! ¿Estará él, Cristo, mal? ¿Debió haberse él hecho amigo de Pilato para escapar de la muerte? ¿Haberse congraciado con Herodes para no morir?
Cristo está siendo olvidado en los propios ambientes cristianos.
Acordémonos de Jesucristo, nacido en Belén en un establo, criado como un niño pobre en Nazaret, ayudándole a su padre en las labores de su carpintería. Acordémonos de su bautismo en el Jordán, de la sencillez de su vida. No tenía dónde recostar la cabeza. Y su caminar por los caminos de Galilea, desconocido, anónimo, rehuyendo la popularidad. Recordémoslo viajando a Jerusalén la ciudad amada, la ciudad del gran Rey, que le rechazó, que le crucificó, que le humilló, por la cual lloró.
Acordémonos de Jesucristo en el sepulcro, acordémonos de Jesucristo apareciéndose a esas mujeres el primer día de resurrección. Acordémonos de Jesucristo quien restaura a Pedro, y le dice a las mujeres que vayan a Galilea: “Allá me verán”. Recordemos a Jesucristo dándoles de comer a los discípulos a orillas de aquel mar, diciéndole a Pedro “¿me amas? Acordémonos de Jesucristo siendo rechazado.
No, el camino de los cristianos nunca será diferente, nunca será un camino de rosas, nunca será un camino ‘light’. ¡No hay tal cosa como un cristianismo ‘light’! El cristianismo tiene cruz. La cruz donde el mundo me es crucificado a mí y yo soy crucificado al mundo, la cruz que hace separación entre los muertos y los que viven, la cruz que me ha despojado a mí de mi viejo hombre, la cruz que nos ha trasladado de muerte a vida. Un cristianismo sin cruz es un cristianismo apóstata.
Para llorar y para alabar a Dios
Últimamente han llegado noticias que hacen llorar… La iglesia de Escocia está en vías de extinción: El año 71 había 1.133.000 fieles, el año 91 había 770.000 fieles, el año 2000 había 607.000 fieles. Si sigue así, en los próximos años la iglesia de Escocia no va a tener miembros. He aquí otra: “Los irlandeses prefieren ir al Pub antes que a la iglesia”. Una encuesta realizada por la empresa Mintel de Irlanda concluyó que el ir al Pub es más importante que ir a la iglesia para los ciudadanos irlandeses. ¡¡Ir al Pub…!!
Es la apostasía que viene…
Amados cristianos, amada iglesia: ahora más que nunca, ser cristiano será un motivo de dolor, de aflicción. Tú sabes, está ocurriendo algo muy parecido a lo que ocurría en los tiempos del Jesús, que los publicanos y las prostitutas iban delante de los fariseos y de los escribas al reino de los cielos.
Hoy día, cuando la iglesia en el mundo está siendo atraída por el mundo, está siendo tragada por el mar de este mundo, de pronto llegan algunas noticias buenas. Decimos: Gracias, Señor, porque tú haces como quieres, y tú te burlas de la sabiduría de los sabios, y dejas esos templos fastuosos donde tu nombre es ignorado y te vas a meter allá donde está aquel rockero inmundo, pervertido y lo traes tú y lo transformas. Uno de los peores rockeros, uno de los más diabólicos, Alice Cooper, ¿sabían? -los jóvenes deben haber oído su nombre- se ha convertido al Señor Jesucristo. ¡Bendito es el Señor! Un hombre como ése, ¡Aleluya!… Alice Cooper… Ya no se le va a ver, como se le veía antes en los escenarios, matando animales, llevando vestiduras grotescas, derramando sangre y adorando al diablo. ¡Ahora es un hijo de Dios!
¿Saben ustedes que Jess LaVey, el hijo del fundador de la iglesia satánica en el mundo, se convirtió al Señor Jesucristo? ¡El hijo del fundador de la iglesia satánica es un creyente en el Señor Jesucristo hoy! ¡Alabamos al Señor por sus maravillas! ¡Lo alabamos por sus prodigios!
El Señor nos da sorpresas gratas que nos infunden aliento. Qué precioso es cuando el Señor Jesús toma a un hombre en su mano, lo transforma y no hay cadena que sea tan poderosa que pueda resistir su poder. ¡Jesús es todopoderoso! ¡Jesús es el Señor! ¡Jesús corta cadenas! Da vista al ciego y transforma el corazón más endurecido.