LA ORACION PERFECTA ES LA QUE ENTRA EN SU PRESENCIA

¿Cómo entraremos en el Señor, cómo me presentaré ante su Presencia? Dios siempre es el mismo. Su fidelidad es por siempre.

¿Hay en nosotros bienvenida, hay regocijo por esperarle, hay perfume de oración?

La Sunamita, le supo preparar casa al profeta y su recibimiento fue el mejor que le podía preparar. Alguien que no se reencuentra con el primer amor, no es apto para entrarle al Señor. El perfume molido en nuestras manos es para ofrecérselo al Señor.

Los que están cerca del ministerio deben llevar sus manos purificadas, para poder echar el perfume que le pertenece a Dios.
La palabra “nardo puro” equivale a que era el más caro que existía. Traer una imitación de perfume equivale a que no hemos pagado un precio para merecernos estar aquí.
No hay excusa para los que buscan de corazón, no hay nada más importante para un adorador que presentarse ante el Creador.
Cuando la mujer “pecadora” entró en casa de Simón fue juzgada antes de tiempo por todos los que estaban en la cena.

Es un problema creernos que nosotros estamos cualificados para analizar y juzgar a alguien. Cuando Jesús se dirige a alguien y le toma con sus palabras es para levantarlo y no para hundirlo. Dios exige a grandes y a pequeños que se arrepientan.

Debemos vigilar que nuestras avaricias, envidias, celos, religiosidades, etc. no nos cieguen para poder ver su Verdad y de oír la palabra del profeta.

El hermano del hijo pródigo era cumplidor solamente por fuera, pues su corazón estaba rencoroso contra su hermano perdido.
En las iglesias actualmente también existe esta clase de hermanos cumplidores o como Simón el fariseo que se atrevió a juzgar al Señor Jesús como mal profeta.
! Que error más grande verse uno mismo justificado ¡

Jesús no miró a la mujer pecadora según su pasado, sino que se fijó en su forma de llorar y de besar sus pies.
Esta mujer no sabía orar, pero sabía llorar arrepentida de su pecado. Ella recibió la aprobación del Profeta de Profetas, pues supo entrarle de la mejor manera.

Salmo 15:1

15:1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?

David se preguntaba cuál era la forma de entrar en el Cielo.
David conocía que su oración se presentaba delante de la Presencia Divina. Él sabía bien que en pecado era imposible alcanzar su benevolencia.

Isaías 56:7

56:7 yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

La Iglesia Samaria es el monte de Dios, lugar de oración y de invocación. Sobre todas la naciones el templo que construyó Salomón, fue llamado “Casa de Oración”

Daniel 9:3

9:3 Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

Sin besos y sin lágrimas no hay favor de Dios. Sin oración y sin clamor no hay respuesta ni vuelta del rostro de Dios hacia nosotros.

Daniel 6:10

6:10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

Cuando Daniel supo lo del edicto del Rey en contra de honrar a otros dioses que no fueran Nabucodonosor, aun así él se dispuso a buscar a Jehová en oración. Él no temía ser perseguido por los religiosos y paganos de aquella época.

Efesios 6:18

6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

A lo largo de todas las escrituras, el secreto para acercarse a Dios, ha sido, la oración y la súplica en el Espíritu. Muchas sectas y diferentes movimientos se levantan para confundir e inventarse un camino más sencillo, pero la realidad es ORACION Y SUPLICA EN EL ESPIRITU.

Juan 3 Entre muchas cosas, cuando oramos le estamos confesando al Señor que estamos necesitados de Él.