DISCIPULOS DE CONTINUIDAD

A lo largo de toda la historia en las iglesias, cuando los pastores han echado la red al evangelizar, han entrado toda clase de peces.
Unos tienen más valor, otros menos a nuestros ojos, pero tanto los unos como los otros, tienen un alma que va a ser salva.

El Pastor sigue el discipulado que depende de la autoridad Divina y la consagración (no todos) siguen el discipulado del Pastor.

Los discípulos saben recibir al Maestro cuando aparece por las puertas de la iglesia del templo o la ciudad.
Estos no se avergüenzan de servir al Mesías. Entienden el lenguaje de excelencia que viene a traer el Espíritu Santo.
La autoridad del Hijo supo dominar y controlar al pollino que nadie había montado. Ese pollino nos representa a nosotros y a nuestra dureza, que puede ser transformada y dominada para después pasar a servirle a Él.

El testimonio que cuenta es el que demuestra lo que Dios ha hecho con nosotros. El Señor sabe como hacernos entender cuando nuestra obstinación no nos deja ni respirar.

Estar llenos de la vida de Jesús es el objetivo número uno de los discípulos.

En los niños en malicia solo encontramos la verdad. Nadie puede desenmascarar la mentira si no está la luz de la verdad de Cristo.
El norte de un discípulo es Jesús. Quien descansa en su pasado no vive la vida nueva en Cristo.

Lucas 14:26

14:26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

María fue la primera discípula que tuvo Jesús, porque las palabras del profeta
Simeón, ella las guardaba en su corazón. Esa lanza que atravesó su corazón, la llevó clavada durante treinta y tres años y medio.

Un discípulo equivale a ser soldado.

Un discípulo no tiene temor del aborrecimiento natural de los sentimientos. Solo se preocupa de vivir congregado para servir al Señor.

Lucas 14:33

14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Las posesiones de Jesús son las posesiones de sus discípulos. Los que no han renunciado primero a lo que practicaban antes de conocer a Jesús, no son dignos de ser llamados discípulos.

Juan 6:66

6:66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

Cuando los discípulos escuchan palabras de renunciar, de abandonar, dejar atrás, hay muchos que dejan de seguir al maestro.
Al final de todo, lo que triunfa es la piedad y la misericordia.